La férrea defensa del Granca forja una victoria épica en su castillo

El Herbalife Gran Canaria, con su armadura bien encajada, ha conseguido mantener intacto su castillo, defendiéndolo con uñas y dientes del invasor que hasta el último segundo del encuentro tuvo opciones de asaltar el pabellón.

Un 93 a 90 que evidenciaba e ilustraba un partido tremendamente igualdado en el último cuarto, con ambos equipos metidos en una pugna de recíproca de embestidas. El público puesto en pie alababa y reconocía el gran trabajo de su equipo al final del partido.

Kevin Pangos fue vital para desatascar el aro en ataque con 15 puntos, 9 asistencias y 24 de valoración (el mejor del encuentro) y Sasu Salin, totalmente desatado, llegó hasta los 22 de valoración con 16 puntos, cinco rebotes y dos asistencias. Mención aparte y especial merece Xavi Rabaseda, que, aunque no se vea en la estadísticas, fue fundamental en los momentos claves, con robos de balón cruciales, una defensa brutal y anotando cuando más lo necesitaba el equipo.

Y eso que en el lado contrario Mike James sumó hasta 21 puntos, Bourousis 19 y Planinic 17, haciendo gala de su capacidad anotadora tanto desde el exterior como en pivoteando.

El partido comenzaba con la igualdad como tónica dominante. Los dos equipos se tanteaban sin encontrar canasta. Hasta que el Baskonia, por medio de Adams y Planinic comenzaban a tirar de los suyos y hacer gala de su superioridad yéndose de siete de diferencia (10-17 en el minuto seis).

La reacción amarilla no se hacía esperar gracias a su intensidad defensiva. Entre Rabaseda y Oliver recortan hasta los cuatro puntos de diferencia (15-19) y Pablo Aguilar redondea desde el exterior, hasta entonces negado al equipo de Aíto.

Pero el Baskonia consigue ejecutar con éxito dos jugadas en ataque donde sacan petróleo cuando el Granca mejor lo hacía en defensa.

Xavi Rabaseda ayudaba a desatascar y Seeley mete en ataque, con un esfuerzo tremendo. Alen Omic recibe la asistencia de Oliver en una rápida transición en ataque (22-24).

A un minuto del final Albert Oliver consigue robarle la cartera a James justo cuando sacaban y Seeley recibía falta para poner el empate. Es el momento de subidón de los amarillos, que se comen a los visitantes con otro robo de Rabaseda que machaca el aro para ponerse por delante 26 a 24, pero James consigue dejar las tablas en el marcador con dos tiros libres.

En el inicio del segundo cuarto Bourousis estrenaba a los suyos comiéndose a Omic bajo el aro con dos anotaciones consecutivas.

Cuando parecía que mejor lo hacían los visitantes, tras un triple de Corbacho y el fallo de Savané bajo el aro, apareció de nuevo Xavi Rabaseda para robar otro balón y asistir a Seeley, dando algo de aire a los suyos (31-35), que hasta ese momento veían impotentes cómo el Baskonia iba poco a poco alejándose de nuevo en el marcador.

Curisamente todos los intentos amarillos venían desde los tiros de dos, el exterior quedó relegado a unos seis intentos (anotando sólo uno de la mano de Aguilar). Querían asegurar el tiro y el aro parecía cerrarse cada vez que trataban de meter más allá de la línea de 6,75.

La poderosa defensa con Bourousis contribuía a que el Granca sufriese lo indecible para poder sumar en su marcador (37-43, min. 19).

A pesar de la intensidad tanto en defensa como en ataque de los amarillos, inapelables, el poderío de los vascos dejaba el marcador al descanso a siete de diferencia (41-48).

En la reanudación la balanza se decantaba a favor de los locales, tratando de recortar distancias, pero el exterior seguía negándose en un día horroroso (1 de 12 en triples en ese momento).

El Baskonia seguía a lo suyo, buscando al pívot para anotar con facilidad ante la impotencia defensiva de Alen Omic, no así en ataque, ya que la torre eslovena no fallaba una (49-50, min. 24).

El público se ponía en pie, reconociendo el tremendo esfuerzo del Granca por seguir disputándole la victoria al Baskonia. Báez remataba con la guinda y volvía a poner por delante a los suyos (51-50), lo que provocaba el tiempo muerto de los visitantes.

Y entonces Kevin Pangos volvió a abrir el aro, a acercarlo y volver a recuperar la fe desde la línea de 6,75 con un triplazo. El camino abierto por el base canadiense lo continuaba Rabaseda para hacer las delicias de los aficionados en el Gran Canaria Arena (57-50) que veían cómo los amarillos lograban su mejor ventaja gracias sobre todo a una tremenda labor defensiva.

A la tercera se erró. Pangos falló el triple y a pesar de coger hasta en dos veces el rebote defensivo el titán Bourousis evitaba que Omic siguiese aumentando la renta. Blazic daba aire a los suyos desde la línea de tiros libres y con un triple, pero Salin contestaba rápido para que el pabellón amarillo no enmudeciese (59-55, min. 27).

El esfuerzo coral de los Aíto resonaba en el público, en un cuarto que estaba siendo una lección de baloncesto teñida de amarillo tanto en defensa como en ataque, anotando rápido.

A pesar ello el oficio del Baskonia les permitió irse al descanso con un marcador más disputado de lo que supuso un tercer cuarto tremendo del Granca (parcial de 26 a 18). Ventaja de un punto (67-66) y todo por disputarse.

Tras un primer minuto del último cuarto muy similar al inicio del partido, ambos conjuntos fallando en ataque, Pablo Aguilar conseguía dar el primer golpe con dos tiros libres tras una falta personal de Bertans (68-66).

Se auguraba un bonito duelo cargado de emoción hasta el final. James metía un triple y los amarillos contestaban rápido con dos consecutivos (primero Pablo Aguilar y luego Seeley) para poner el 74-69 en el marcador a siete minutos de un final de vértigo.

Salin anotaba de dos tras fallar de tres, después de que Omic cogiese el rebote ofensivo y James volvía a dar vida a los suyos con otro triple: 75 a 74 y tiempo muerto en el Gran Canaria Arena a cinco minutos del final.

El duelo se convirtió en un toma y daca, con el Granca tratando de defender con uñas y dientes la pequeña ventaja en el marcador en su castillo mientras que el Baskonia quería asaltar el pabellón poco a poco, sin desesperarse y a base, sobre todo, de tiros libres. (James volvía a poner las tablas con 81 a 81 en el marcador).

Cada canasta era oro puro. Los amarillos fallaron en su ataque para desatascar el marcado agotando la posesión y lo mismo le pasaría a los visitantes en la siguiente jugada. Hasta que volvió a aparecer Pangos con su típica bandeja para dar dos de ventaja (83-81) y otro tiempo muerto.

Se sudaba, se buscaba, se sufría, pero a falta de un minuto Salin conseguía seguir anotando aunque fuese desde la línea de personal (85-84). El mismo, al que todos llaman copito, robaba el balón y anotaba de nuevo de dos, pero James volvía a meter otro triplazo. Omic contestaba rápido de dos (89-87) y el Baskonia pedía tiempo muerto a falta de 27 segundos del final.

Salin volvía a ser decisivo anotando dos tiros libres que parecía encarrilar la ansiada victoria, pero Blazic de tres metía el miedo y toda la emoción del mundo a ocho segundos del final (91 a 90).

Sacaban los amarillos y Salin de nuevo, el héroe en la recta final, recibía falta y anotaba sus dos tiros libres. Último ataque del Baskonia, James se juega el triple y falla. El público, extasiado grita de alivio y la victoria se queda en casa gracias, sobre todo, a una tremenda labor defensiva.