Análisis

La baja competitividad de la economía canaria tiene un triste aliado en la todavía débil apuesta por las TIC

En Canarias ha vuelto a aflorar otro parámetro más, uno de tantos, que justifica, aunque solo sea en parte (por la escasa tecnificación), la baja competitividad de la economía canaria. En este caso, se trata de un aliado que, en vez de sumar, resta; de una variable que de nuevo destapa la aún débil apuesta por las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) de las empresas con sede social en el archipiélago. Así mismo lo recoge la Encuesta sobre el uso de las TIC y del comercio electrónico en España para 2022 y el primer trimestre de 2023, la más reciente, por ahora, publicada estos días por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La foto de Canarias en esas estadísticas sale borrosa una vez más y refleja que poco, o de manera muy lenta, se ha avanzado en los últimos tiempos. La prueba está en que la comunidad autónoma de Canarias no sale del grupo de abajo, donde suelen estar las regiones de siempre: Andalucía, Extremadura y Murcia. Esa misma variable calculada para el primer trimestre de 2021 en las islas alcanzó el 67,9%; en el mismo periodo de 2022, el 73,9%, y en enero-marzo de este año, algo menos, el 72,5%, a seis puntos relativos de distancia del registro español, en el 78,5%.

Canarias, en el epígrafe Uso de internet y página web para las compañías con sede social en la región, obtiene un porcentaje del 72,5%, por el 78,5% de promedio nacional y muy lejos de territorios con mayor potencial económico en España: Cataluña, País Vasco, Navarra… Estas comunidades forman el pelotón de cabeza y tienen valores relativos en cotas por encima del 82%; esto es, en un entorno 10 puntos porcentuales superior al actual del archipiélago.

Ese registro sería una simple anécdota estadística si no recurriéramos al análisis, por ejemplo, del contenido del Informe anual de competitividad regional en España 2022, documento que elabora el Servicio de Estudios del Consejo General de Economistas (CGE).

Esta organización profesional evalúa en ese trabajo el llamado índice de competitividad regional (Icreg) con datos de 2021 y, en su edición de 2022, además incluye registros sobre competencias digitales. Ese indicador se define a partir del cálculo de 54 variables agrupadas en siete ejes competitivos, a saber: entorno económico, mercado de trabajo, capital humano, entorno institucional, infraestructura, eficiencia empresarial, e innovación (donde claramente se hallan las TIC). El eje innovación incluye ratios sobre el número de investigadores por cada 1.000 habitantes, compras por internet en los últimos tres meses, porcentaje de gasto en I+D+i de las empresas o tanto por ciento de personas que utilizan ordenadores con fines empresariales.

Atendiendo a ese mismo estudio, se observa que, en conjunto, la competitividad estructural de las 17 comunidades autónomas (media nacional y con alza del PIB de España en 2021 del 5,5%) se elevó el 4,4% en 2021, cuando ya se superan los valores de la prepandemia. Madrid, Navarra y País Vasco son las únicas comunidades españolas con nivel de competitividad alto. Tras ellas, Cataluña, en un nivel de competitividad medio-bajo, y luego, por este orden, Aragón, La Rioja, Castilla y León, Cantabria, Galicia y Asturias, en tanto que en un nivel bajo de competitividad se hallan la Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla-La Mancha, Baleares, Canarias, Andalucía y Extremadura.

En cambio, Madrid es la región que ocupa el primer lugar de la clasificación en un mayor número de ejes (entorno económico, mercado de trabajo e infraestructura básica), mientras que Navarra y País Vasco son las que alcanzan las posiciones más altas (entre los tres primeros lugares) en un mayor número de ejes. Por el contrario, Extremadura, Andalucía, Baleares y Canarias ocupan las tres últimas posiciones en alguno de los siete ejes estudiados. Los niveles medio-bajos de competitividad son los más habituales en Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Murcia, junto con las regiones archipiélago (al menos en seis de los siete ejes).

Conclusiones para empresas españolas de 10 o más empleados

La misma Encuesta sobre el uso de las TIC y del comercio electrónico en España también desvela que el 9,6% de las empresas de 10 o más empleados en el país utilizaba la inteligencia artificial en el primer trimestre de 2023, que el 18,6% hacía lo propio con el business intelligence y que el 31,7% compraba servicios de cloud computing.

Además, se detalla que el 31,7% de las empresas españolas desarrolla ventas mediante comercio electrónico en 2022, con el aumento del volumen de negocio generado en el 20,3% respecto a 2021, mientras que el 66,2% de los empleados en empresas con 10 o más trabajadores usan ordenadores con fines empresariales en el primer trimestre de 2023, con el 61,2% de ellos conectados a internet. El porcentaje de empresas con acceso a la red crece 0,7 puntos, hasta el 99%.

La variable que se estudia en la encuesta y que más ha aumentado en el último año es la compra de servicios en la nube (cloud computing). En concreto, sube 4,2 puntos porcentuales, hasta el 32,4%. En cambio, el porcentaje de empresas con conexión a internet que dispone de sitio/página web se mantiene en el 78,5% (72,5% para Canarias).

En entidades con hasta nueve trabajadores

En las pymes que tienen menos de 10 trabajadores en España, el 88,7% dispone de ordenadores en el primer trimestre de 2023, lo que supone un aumento de 2,7 puntos relativos respecto al mismo periodo de 2022.

Del total de esas entidades con conexión a internet, el 17,4% permite el teletrabajo (con un alza del 5,9% respecto al mismo periodo del año anterior). El valor relativo de las empresas españolas que venden por comercio electrónico alcanza el 14,2%, lo que supone un punto más que el año pasado.