El gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez, anunció este lunes que el PIB nacional se acercará al 2,5% en 2008 y al 2,1% en 2009, tal y como piensa la mayoría de los expertos.
Al término de una conferencia sobre perspectivas a medio y largo plazo de la economía mundial, celebrada en la capital grancanaria, Fernández Ordóñez no quiso precisar más sobre el comportamiento de los próximos indicadores económicos, ya que mañana el Banco de España publica por segunda vez en su historia las perspectivas económicas españolas.
En cualquier caso, señaló el gobernador del Banco de España, estos datos reflejarán una coyuntura de desaceleración económica de cara a la que recomendó “cautela” y no caer en “alarmismos” porque eso puede hacer daño “a todos”.
Fernández Ordóñez reiteró en su exposición que el objetivo del Banco Central Europeo es “reconducir a medio plazo los tipos de interés” para que vuelvan a situarse “cerca del 2%, pero por debajo”.
En relación a los efectos de la crisis hipotecaria de Estados Unidos, el gobernador del Banco de España consideró que al sistema financiero español “no le ha llegado ninguno de los virus que sí han afectado al sistema financiero mundial”, como demuestra el hecho de que “no ha habido pérdidas”.
Así, afirmó que la banca española está en una situación muy favorable en relación al contexto económico mundial, “lo que no significa que vaya a ser inmune a lo que pase”, sino que “está bastante preparada para asumir lo que venga” debido, entre otros factores, a la labor desarrollada por su antecesor, Luis Ángel Rojo.
Algunos han llegado a decir que los beneficios de la banca española en los últimos tiempos han sido “obscenos” y lo cierto es que se enfrenta a una “posible desaceleración con bastante preparación”.
Preguntado por el futuro de la política económica española en este contexto de “tiempos difíciles, pero interesantes” a nivel mundial, Fernández Ordóñez pidió tener “ojo” a la hora de modificar la fiscalidad y abogó por “dejar jugar a los estabilizadores automáticos”.
“Para eso está pensada una buena situación fiscal, para acometer una situación de desaceleración viendo que los ingresos van bajando y que algunos gastos, como el de desempleo, pueden subir y esperemos que transitoriamente, hasta que vuelva a acabar el proceso de desaceleración”, afirmó.
Fernando Ordóñez negó que el Banco de España tenga intención de intervenir alguna entidad financiera, y dijo que la ventaja de la institución que gobierna es que “está continuamente vigilando” a todas las cajas y bancos, cuya situación “de base de partida” en este país es “muy sólida”.
“La situación de las instituciones financieras es muy sólida mientras en otros países estamos viendo problemas porque el modelo español no ha sido, como en otros países, de dar un crédito y colocarlo por ahí fuera, sino de seguir el crédito”, dijo.
Esto no significa que “tengamos que estar absolutamente satisfechos”, agregó Fernández Ordóñez, quien afirmó que el Banco de España seguirá vigilante porque, “mientras no funcionen los mercados, las instituciones financieras” del país “tendrán que acudir, para financiarse, a sus depósitos” y a otras vías.
En cualquier caso, aseguró que, “hoy por hoy, la situación es muy positiva”.