Corbacho: “Sería injusto no reconocer el esfuerzo de los funcionarios del Inem”

MADRID, 7 (EUROPA PRESS)

El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, ha defendido el trabajo realizado por los funcionarios de los servicios públicos de empleo (antiguo Inem) durante los años de la crisis, en los que el número de parados ha pasado de 1,5 millones a 4,5 millones. “Sería injusto no reconocer el gran esfuerzo y la presión que han tenido los funcionarios de los servicios públicos de empleo”, ha dicho.

Corbacho respondía así al ser preguntado por las declaraciones que hizo ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en las que reconocía que los parados “no tienen la suficiente atención” y que se puede “hacer mucho más”, tarea de la que se encargará el próximo ministro de Trabajo.

El todavía titular de esta cartera, que ha admitido que su sustituto va a tener “mucho trabajo”, ha manifestado que le “parece bien” que Zapatero quiera hacer cambios en el Ministerio, pero acto seguido ha señalado que “se debe hablar con propiedad de algunas cosas”.

“Cuando llegué al Ministerio de Trabajo las personas perceptoras del desempleo eran 1,5 millones, ahora estamos atendiendo a tres millones. Cuando llegué, el tiempo de reconocimiento de la prestación era de 25 días, ahora es de entre dos y tres días. Yo quiero poner en valor el gran trabajo que están haciendo los funcionarios de los servicios públicos de empleo, tanto del estatal como de las comunidades”, ha subrayado Corbacho en declaraciones a TVE recogidas por Europa Press.

A partir de ahí, el ministro ha admitido que hay que hacer más cosas, pero ha precisado que, para ello, los servicios públicos de empleo necesitan más recursos económicos y medios humanos. “Espero que en el trámite presupuestario se incrementen las partidas para políticas activas y para formación”, ha dicho Corbacho, que ha deseado suerte a su sustituto.

NO SE CREARÁ EMPLEO HASTA CRECER MÁS DE UN 1,5%

El titular de Trabajo ha reconocido que hasta que la economía española no crezca por encima del 1,5% no se creará empleo al margen de la estacionalidad, pero ha destacado que la economía está mejorando. “La economía estaba en la UCI en 2008 y 2009 y ahora está en planta”, ha indicado.

En todo caso, ha explicado que, aunque el crecimiento previsto para 2011 es positivo, todavía será débil como para actuar sobre la tasa de paro, que continúa siendo muy alta.

Preguntado por cuándo dará frutos la reforma laboral, Corbacho ha señalado que sus efectos empezarán a notarse cuando la economía se estabilice y empiece a crecer, pero, de cualquier modo, ha considerado que lo razonable, a la hora de hacer balance de cualquier ley, es tomar como mínimo un periodo de referencia de un año.

Sobre la reforma de las pensiones, el ministro ha destacado que la necesidad de reformarlas está “fuera de toda duda”, pero ha precisado que ello no se debe a la crisis, sino a los cambios demográficos.

Corbacho ha dicho que habrá que esperar a que el Pacto de Toledo tenga sus conclusiones sobre por dónde debería encaminarse la reforma, aunque ha indicado que ésta tendría que estar prevista, como muy tarde, para el primer trimestre de 2011. “No vamos a estar dos años debatiendo”, ha declarado.

El ministro ha asegurado que, si alguien le pide que elija qué medida sería la primera a adoptar dentro de esta reforma, él diría la de acabar con las jubilaciones anticipadas en empresas en beneficios e incentivar la vida laboral.

QUE LA CEOE RESUELVA SU INDEFINICIÓN

En relación con los consejos del FMI, Corbacho ha subrayado que el Gobierno español ya ha hecho recortes “muy profundos” y que este organismo debería entender, por tanto, que ya se han adoptado medidas muy duras, como el recorte salarial a los funcionarios o la congelación de las pensiones.

Preguntado por la situación de la CEOE, el ministro ha expresado su deseo de que la patronal “resuelva de una vez por todas esa indefinición” que han tenido en estos años para sentarse a negociar cuanto antes las reformas pendientes, entre ellas la de la negociación colectiva, de la que los sindicatos se quejan que la organización empresarial no quiere negociar.