El Consejo de la Unión Europea (UE), la Comisión Europea y la Eurocámara cerraron este jueves las negociaciones a tres bandas sobre los puntos principales de la reforma de la Política Pesquera Común (PPC), enfocada en lograr una pesca más sostenible.
El acuerdo sobre el futuro de la pesca europea, que por primera vez se produce en el marco de un proceso de codecisión entre el Consejo (donde están representados los Estados miembros) y el Parlamento Europeo (PE), se produjo de madrugada tras “doce horas de negociaciones” a lo largo de “dos noches” en el llamado “trílogo”, informó la Presidencia de turno irlandesa de la UE en Twitter. En esa misma red social, el ministro irlandés de Agricultura y Pesca, Simon Coveney, calificó de “momento histórico” el haber logrado el “primer acuerdo sobre política pesquera en codecisión”, que a su juicio traerá “cambios significativos”.
Los detalles del acuerdo los darán a conocer en una rueda de prensa que tendrá lugar en el Parlamento Europeo a las 8.00 GMT el propio Coveney junto a la comisaria europea de Pesca, Maria Damanaki; el presidente de la Comisión de Pesca en el PE, el eurodiputado canario del PP Gabriel Mato, y la ponente del informe sobre la reforma en la Eurocámara, Ulrike Rudust. La Presidencia irlandesa destacó que aún falta por precisar algunos detalles técnicos.
Una de las principales novedades de la reforma será la obligación de desembarcar toda la captura y la consiguiente prohibición de los descartes (los peces que se devuelven al mar ya muertos por su difícil conservación en el barco o por su escaso valor comercial), salvo excepciones que el PE y el Consejo han negociado duramente. También ha habido que decidir, entre otros asuntos, cómo fundamentar el esfuerzo pesquero según el rendimiento máximo sostenible (RMS, índices de mortalidad por pesca a niveles que permitan la recuperación de las poblaciones en 2020).
Mientras que el Consejo ponía el énfasis en que la reforma debía procurar la conservación de los recursos pero cuidando también la sostenibilidad económica y social de la flota europea, el Parlamento Europeo mantenía una posición más conservacionista. La Presidencia irlandesa había marcado como objetivo lograr un acuerdo a finales de mayo, teniendo en cuenta que el calendario para negociar se complicaba bajo la Presidencia de Lituania, a partir del 1 de julio.
A continuación, el acuerdo deberá ser refrendado a nivel de embajadores de la UE.