Por su parte, los analistas auguraron que al final de año los tipos podrían situarse en el 4,5% frente al 4% estimado en marzo, aunque consideraron que su repercusión será escasa porque los futuros incrementos ya han sido descontados por el mercado.
El Euribor, indicador más utilizado para calcular las hipotecas, cerró hoy al 4,493%, por lo que ya habría anticipando los futuros incrementos en el precio del dinero y presentaría poco recorrido al alza.
“No es un problema que afecte de forma generalizada a las familias”
El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Pedro Solbes, consideró que la subida de los tipos de interés hasta el 4% “no es un problema que afecte de forma generalizada a las familias” ni al consumo en general. En su opinión, el incremento de este miércoles no constituye ninguna novedad y recordó que las personas que tienen contratada una hipoteca a tipo variable deben tener en consideración este elemento, al tiempo que insistió en que el número de préstamos que se pueden ver afectados es “relativamente limitado”.
Por contra, el secretario de Economía del PP, Miguel Arias Cañete, dijo que la subida de tipos “afecta, y mucho, a miles de ciudadanos que pagan una hipoteca”, máxime cuando el pago mensual de una hipoteca se ha incrementado en 215 euros en los últimos 18 meses, lo que se traduce en un incremento de casi 2.600 euros al año. “A lo mejor, a Solbes no le parece dinero 2.600 euros al año”, dijo el dirigente popular, que recordó que su formación lleva tiempo advirtiendo de que las sucesivas subidas de tipos tienen entre sus orígenes la “relajación” del Pacto de Estabilidad.
El coordinador de Economía de IU, Javier Alcázar, exigió al Gobierno que no se quede de brazos cruzados ante la subida de tipos, ya que afectará negativamente a las familias de renta media y baja que han tenido que hipotecar la práctica totalidad de sus ingresos para comprar una vivienda. Alcázar pidió una “cuenta básica” sin comisiones para empleados, jóvenes y pensionistas que sólo cuentan entre sus activos con la vivienda hipotecada; así como la subsidiación de un punto del tipo de interés en las hipotecas de trabajadores y pensionistas cuyos ingresos no duplican del salario mínimo interprofesional.
Desde el PNV, el diputado Pedro Azpiazu advirtió de que el repunte de tipos podría enfriar la economía española “más de lo deseable” y consideró que el 4% es una tasa “suficiente”, dada los actuales niveles de inflación. Por su parte, el secretario adjunto del grupo socialista en el Congreso, Francisco Fernández Marugán, aseguró que el “balance global” de la decisión del BCE “es positivo para el conjunto de la economía española”, y subrayó que a España le conviene que crezcan el resto de países de la Unión Europea para equilibrar su balanza comercial, ya que así podrá ampliar sus exportaciones.
Desde los sindicatos, UGT consideró que el aumento supone una pérdida de competitividad para España y un lastre para el crecimiento de su economía, por lo que pidió que el Ejecutivo español recuerde al BCE que la inflación no es la única variable a vigilar. CCOO dijo que el incremento es un “mal necesario”, a pesar de que encarecerá las hipotecas, ya que ayudará a frenar la “locura” que en España suponen los precios de la vivienda.
Entre las organizaciones de consumidores también se dieron discrepancias, de forma que mientras la OCU dijo que la subida “no tendrá una repercusión directa” en los créditos, porque el mercado ya la ha descontado, Adicae advirtió de que causará problemas a “más de 100.000 familias”.
Revisión al alza de las previsiones de crecimiento
Tras la reunión del consejo de gobierno, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, dijo que “nuestra política monetaria todavía está en el lado expansivo, con unas condiciones financieras favorables, un crecimiento monetario y del crédito vigoroso y una amplia liquidez”.
De este modo, según el banco Commerzbank, Trichet “sugirió que tras el aumento de este miçercoles, el precio del dinero está más cerca de un nivel neutral” para el crecimiento económico y para la inflación. El economista jefe del Commerzbank, Jörg Krämer, consideró que “con unos tipos de interés en el 4%, el BCE ha relajado algo su tono”, pero mantiene sus advertencias sobre los riesgos al alza para la estabilidad de precios, y, por ello, pronosticó una nueva subida de las tasas para la zona del euro en un cuarto de punto porcentual en septiembre.
Además, el BCE revisó al alza sus previsiones de crecimiento e inflación para la eurozona en 2007, respecto a las de marzo, debido a unas mejores perspectivas económicas y a unos precios del petróleo más altos. El banco europeo prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) del área crezca este año una media del 2,6, entre el 2,3 y el 2,9%, por lo que ha incrementado en dos décimas la parte inferior de la horquilla publicada en marzo.
Además, el BCE aumentó frente a marzo dos décimas sus pronósticos de inflación para el conjunto de 2007 y ahora prevé que el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) se incrementará en 2007, entre el 1,8 al 2,2%. El barril de petróleo Brent para entrega en julio se pagaba este miércoles en Londres a 71,47 dólares, un 17,4% más que a finales del pasado año y un 37% por encima de los niveles de mediados de enero.
Fuentes financieras de Fráncfort opinaron que el BCE subió los tipos de interés porque considera que la coyuntura de la zona euro es buena, incluso mejor de lo previsto, y quiere frenar ahora posibles presiones al alza sobre los precios derivadas de esta robusta reactivación económica. Además, con las alzas del precio del dinero el BCE puede evitar que el reciente incremento del crudo y de los alimentos tenga efectos en otros sectores económicos.
Al mismo tiempo, el BCE apostilló que actualmente “la utilización de capacidades en la economía de la zona euro aumenta y los mercados laborales mejoran gradualmente”, por ello existe el riesgo de que las subidas salariales sean mayores de lo previsto y creen riesgos al alza para la estabilidad de precios. Este aumento de la utilización de las capacidades de producción de las fábricas, hasta sus niveles límites, señala un aumento de la demanda frente a la oferta, que puede generar incrementos de los precios.