Hoy el derecho a existir pasa por tener dinero

Usuarios de una oficina pública de empleo, en Canarias

Eva González

Las Palmas de Gran Canaria —

En Canarias, más aún que en el resto de territorios nacionales, donde los datos de pobreza son altos y los presupuestos se programan en base a los valores del mercado, la población se siente impotente. La grave situación de desempleo, los gastos de vivienda para muchos, incapaces de afrontar la educación y la sanidad que no responden a las necesidades reales, y todo un compendio de políticas, ponen en evidencia los resultados. Y lo más grave es que la ley se rige por los mismos mecanismos y está en manos de quien controla el llamado estado neoliberal.

Una de las mayores preocupaciones sobre la Renta Básica Universal (RBU) es cómo financiarla. La respuesta podría llegar sin necesidad de manejar grandes operaciones, en virtud de una aritmética sencilla. En los últimos cuatro años en España ha habido 7.140 detenidos por corrupción. 87.600.000 de euros robados ¡al año!, más de 500 euros por ciudadano. Mientras esto ocurre en nuestro país, sólo en Canarias, hay 13.400 familias a la espera de una vivienda social . La situación no es mucho más alentadora que la reflejada por el director Ken Loach en la cinta Yo, Daniel Blake (2016). Loach retrata las vicisitudes actuales para acceder a las prestaciones sociales en el entorno británico, pero es extrapolable al resto de Europa, y sobre todo revela los problemas que se generan con los “supuestos” adelantos tecnológicos, o las dificultades a las que se enfrenta una familia monoparental. La película describe el cruento panorama que supone sobrevivir en nuestros días. Tiempo al tiempo y voz a las verdades, porque lo cierto es que el número de afectados es cada día más numeroso y continua en aumento.

Del desempleo a la marginación

José Iglesias Fernández explicó en su libro El derecho ciudadano a la Renta Básica. (La Catarata, 1998)  que en las economías capitalistas, la única posibilidad que tiene la mayoría de la población no propietaria de capital de acceder al mercado de bienes y servicios es que los sustentadores pasen previamente por el mercado de trabajo. Sólo posteriormente, con el salario ganado, las personas asalariadas podrán intercambiarlo por mercancías y cubrir las necesidades que exige la supervivencia. Y si no hay trabajo, ¿qué?

Las máquinas harán tu trabajo

Tenemos verdaderos beneficios del uso de las máquinas y la tecnología, pero hay otra cara B a la que no es tan grato atender.  ¿Nos hemos parado a pensar en datos como este? “En EE.UU por ejemplo, en 1982 se produjeron 75 millones de toneladas de acero con 300.000 trabajadores, veinte años después, en el 2002, se produjeron 100 millones de toneladas de acero con muchos menos trabajadores, tan sólo con 74.000.  Es lógico que las empresas busquen maximizar sus beneficios y minimizar los costes pero no aplastando a una sociedad. El abuso de poder en el que desemboca esta situación, está a la vista. Cuando las condiciones suponen abusos, suicidios, pobreza y demás no se puede consentir.

¿Es la RBU una alternativa dentro de un sistema económico que no puede garantizar empleo digno para todos?

Depende para quien. Sergio Santana y Eugenio Reyes argumentan su postura a favor.  Sergio Santana, miembro del sindicato ATTAC impartió una charla en el CCSN (Centro Cívico Suárez Naranjo) en Las Palmas de Gran Canaria para informar de esta medida, que, -según los que la defienden-,  es la única capaz de paliar a corto plazo la pobreza. No siendo partidario de las medidas a corto plazo -reconoce Santana- salvo en casos de vida o muerte, las medidas deben ser eficaces y rotundas, y sobre todo capaces de evitar que ciudadanos inocentes paguen las consecuencias. Si el derecho al trabajo no se salvaguarda, hay que remediarlo.  El avance tecnológico proporciona ventajas innegables pero hay que contemplar las desventajas y la marginalidad a la que arrastra a muchas personas.

Sergio Santana hizo referencia a la pirámide de Maslow, “si quieres desarrollar tus capacidades intelectuales o espirituales debes tener las necesidades de supervivencia cubiertas. Comer, respirar y descansar”.  

En 2014 ya se apuntaban datos escalofriantes como que 10.000 suicidios habían sido causados por la crisis económica.  Hoy señala Sergio Santana 17.000 suicidios desde que empezó la crisis en 2007. Pobreza significa falta de dinero. Quizás sea necesario y urgente - añade Santana- corregir esa pirámide que diseñó Maslow y añadir en la base “derecho al dinero”. Hoy suponemos que tenemos derecho al trabajo pero no al dinero. Sergio Santana asegura que hoy en día ni la máxima de Descartes se mantiene. Pienso luego existo, no es real, tengo dinero luego existo, si no lo tengo no existo. ¿Alguien acaso puede vivir sin dinero?

A la vez, el empresario crea puestos de trabajo donde vislumbra que genera dinero, podemos acceder a la vida si tenemos dinero, por tanto trabajo. Si estuviéramos hablando de una sociedad en la que el pleno empleo fuera una realidad se trataría de conjugar  derechos y obligaciones, pero la realidad es que en Canarias la tasa de desempleo supera el 30%.

Tener mano de obra disponible no puede ser gratis

Eugenio Reyes, doctor del Aula de Estudios de la globalización de la ULPGC, se muestra totalmente a favor de la RBU y lo basa en tres argumentos principales.  Todo ser humano al venir a este mundo tiene derecho a una garantía básica para sobrevivir. En segundo lugar, piensa que las sociedades avanzan a medida que más población cuenta con la renta necesaria. Y el tercer punto -recuerda Eugenio- es un argumento clásico que ya daban los fundadores del concepto de la Renta Básica. En aquel entonces, se calculó que por cada trabajador parado hay otro que conseguía trabajo. En los días que vivimos, por cada tres, uno lo logra. El empresario se puede permitir el lujo de elegir el trabajador que quiere, con el sueldo que le parece y que su economía sea competitiva, tiene tres parados detrás dispuestos a hacerlo si este no acepta.  Lo que Marx llamaba el ejército de reserva, la mano de obra.

El hecho de que la gente cobre la RBU, y tenga cubiertos los alimentos y las necesidades básicas permite negociar con el empresario unas condiciones de dignidad, estabilidad y solvencia.

Eugenio Reyes alude al fraude fiscal que hay en España. Sólo con eso se podría financiar la Renta Básica Universal. Y por otro lado, ya existe una Renta Básica universal encubierta, sólo que la sociedad no lo reconoce.

¿La pobreza viene impuesta o es un constructo ideológico?

Cive Pérez, en su libro Renta Básica Universal. La peor de las soluciones a excepción de todas las demás, dice: “El estado de pobreza no es, en absoluto, una exigencia a priori de la condición humana, sino una realidad justificada sobre un constructo ideológico más o menos burdo que sentencia que siempre ha habido ricos y pobres. Pretende explicar la pobreza como si se tratase de una calamitosa circunstancia que sobreviene a determinados individuos por designio de la naturaleza.  Hay, no obstante, una poderosa razón para sospechar que esta tesis no se apoya en argumentos serios. Al igual que la historia -sobre todo la explicada a corto plazo- la escriben siempre los vencedores de un conflicto, la ideología la inventan las clases dominantes. Esta nefasta conjunción de falsas descripciones históricas y falacias ideológicas consigue que muchas creencias que se acostumbran a tomar por verdades no sean más que meros artificios o simulacros de las cosas. El reino de la necesidad es un invento o institución exclusiva de la especie humana”.

La RBU se viene planteando desde hace tiempo, ya en Alemania por los años ochenta del siglo pasado había colectivos que hablaban de su necesidad y también en Dinamarca, Austria y Francia. Y por estos caminos fue como en la primavera de 1995 se formalizó el debate del reparto del trabajo, al reparto de la renta.  Se han realizado distintos tipos de ensayos de RBU, se le han asignado más de treinta nombres diferentes y aunque aún existe el miedo a la dificultad en la financiación hay estudios que demuestran su viabilidad como el realizado por Jordi Arcarons, Daniel Raventós y Lluís Torrens.

Cuatro herramientas poderosas

En la pirámide que describe Sergio Santana el nivel más inmediato a la masa son los altos cargos de las administraciones públicas, quienes manejan cantidades importantes de dinero y negocian con los empresarios y toman decisiones que nos afectan.  Por encima están las organizaciones políticas, medios de comunicación, etc. y en este nivel se fabrican cuatro herramientas poderosas; el boletín oficial del estado, los libros de texto y los medios de comunicación. Todos sabemos lo que nos condicionan estas herramientas. Por encima están los organismos internacionales sin olvidarnos que los que los gestionan y gobiernan son personas,  hay responsables de las decisiones que se toman, y nos referimos a Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial de la Salud, Banco Mundial, OCDE, etc…Por encima estarían las trasnacionales de armamento, farmacéuticas, petroquímicas, tecnológicas, etc… Más arriba los grandes bancos como Goldman Sachs, Morgan Stanley, etc…y por encima de ellos está el Banco de Pagos Internacionales (BPI) o en inglés, Bank for International Settlement (BIS),  una organización internacional financiera propiedad de numerosos bancos centrales con sede en Basilea, Suiza. No rinde cuentas ante ningún gobierno. Sergio Santana lo define como  un “lobby al servicio de la banca”. En este organismo tienen voz y voto los trece bancos más importantes del mundo. No sé si han visto desde un avión cómo se ve la tierra. Las rectas son las más rectas que se han visto jamás. Y las curvas están bien definidas. Es una vista atractiva y evidentemente superior. Cualquiera diría que fue un artista quien pintó la tierra vista desde las alturas. Desde la ventanilla  vemos lo bonito del paisaje y es cierto, porque no se registra el dolor, ni la pobreza, ni las penurias de la gente. Desde esas alturas es desde donde se manejan las cuentas y se decide sobre vidas, desde la cabina de un avión. No se divisa a las personas, sólo figuras geométricas  a modo de puzzle, tierras y edificaciones, carreteras y mar. El azul y la superficie que se divisa desde un avión no tiene nada que ver con la profundidad que amenaza a las personas. Desde dentro.

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