Las oficinas bancarias están mutando sus funciones para cambiar la tradicional ventanilla de caja de los 70 por un centro de servicios integrado, en el que los clientes puedan desde contratar un depósito, hasta comprar un móvil, tomar un café o disfrutar del teatro. En un mercado cada vez más competitivo, en el que hasta Internet y sus infinitas posibilidades de banca electrónica se presentan como una amenaza para las sucursales de toda la vida, con sus rígidos horarios y sus colas interminables para pagar facturas, las entidades bancarias han decidido cambiar el chip y apostar por el cambio.
Aunque cada banco o caja está adaptando estrategias diferentes en su intento de potenciar la red de sucursales para captar y fidelizar clientes, sí comparten el intento de transformar el tradicional centro de transacciones, en un nuevo y moderno centro de servicios. Una de las ofertas más llamativas en esta búsqueda de valor añadido de las oficinas es la del BBVA, que ya tiene oficinas en las que, en el mismo espacio, se puede tomar un café y un bollo, contratar una hipoteca o las próximas vacaciones, como si se tratase de un “mini centro comercial de la banca”.
La relación banco-producto financiero parece próxima a pasar a la historia; el futuro está en la diversificación de la oferta, para que el cliente encuentre todo lo que necesita y su visita al banco sea lo más agradable posible.
Teatro y música
Quién hubiera dicho a nuestros abuelos que al entrar al banco podrían encontrarse con un espectáculo de teatro. Es la propuesta revolucionaria de Caja Navarra, las “canchas”, oficinas nacidas hace un año, donde además de financiarse, el cliente puede disfrutar de un espacio lúdico e interactivo, con teatro, Internet o música.
Los banqueros parecen decididos a hacer su figura más humana y cercana, mejorar su servicio al cliente y mirar al futuro, como el Popular, que recientemente ha anunciado la remodelación de doscientas de sus sucursales. Estas oficinas tendrán espacios abiertos en jornada continuada durante todo el día -adiós a salir corriendo los martes de 08.00 a 10.00 para pagar facturas-.
Además, habrá una atención “integral” para que el cliente pueda solicitar lo que quiera a quien quiera, porque todos podrán solventar sus dudas. En estas sucursales también se podrán comprar móviles, aunque de momento la oferta se queda ahí, a diferencia del café y los viajes y “los etcétera etcétera” que ofrece por ejemplo el BBVA.
Hace unos días, expertos en márketing del sector financiero español fueron convocados a unas jornadas organizadas por la consultora Tatum para tratar el futuro de las oficinas bancarias, cuya expansión, señalaron, continuará en los próximos años, para seguir configurando la que es la mayor red de sucursales de toda Europa. Los directivos que participaron en el encuentro aseguraron que las entidades continuarán invirtiendo en la creación de nuevas oficinas, aunque encaminadas hacia un modelo que transforme a las sucursales en verdaderos centros de negocio, dentro de un entorno multicanal.
Desde Banesto, su director general adjunto, Adolfo Ramírez, insistió en la necesidad del valor añadido y del personal cualificado y orientado al cliente, mientras que desde La Caixa, su director ejecutivo territorial del centro, Evaristo del Canto, lamentó la escasez de agilidad actual, que supone la pérdida de una oportunidad de negocio. Precisamente contra eso luchan las entidades financieras, contra la falta de tiempo, cada vez más extendida en la sociedad, que hace que los clientes demanden más horas de apertura y un servicio más rápido y moderno que ofrezca ese “todo en uno”.