Ignacio Sánchez nació en Las Palmas de Gran Canarias el 7 de julio de 1942. Hace casi 50 años que es dueño de la empresa Casa del Libro SL, que a su vez es propietaria de la marca comercial El Libro Técnico y de la marca comercial La Casa del Lector.
Ignacio Sánchez recuerda sus inicios en el mundo del los libros: “yo estaba estudiando en aquel entonces en la Escuela Industrial, había terminado el bachillerato en el Colegio Viera y Clavijo, y me matriculé en la Escuela Industrial. Allí coincidí con un compañero de cursos superiores, que se llamaba Luis Berges del Castillo, y era un hombre muy industrioso, daba clases particulares y vendía libros”.
Casualmente, Sánchez tomó clases particulares de matemáticas con Berges, el cual le ofreció vender libros a sus compañeros de la Escuela, y así fue que empezó a comercializar libros por cuenta de un agente de libros catalán, pero este agente era muy anciano y falleció al año. La familia del catalán le ofreció a Ignacio quedarse con el nombre de la empresa, por lo que continuó un tiempo más en el negocio.
Cuando finalizó la carrera comenzó a trabajar en el aeropuerto como ingeniero, trabajo que continuó realizando durante años, y abandonó la venta de libros. Pero en su vida se cruzó una vez más aquel compañero de la Escuela que lo había iniciado en la venta de libros, y le presentó la posibilidad de vender libros a las escuelas superiores de ingenieros industriales y de arquitectura. Esta vez Sánchez retomó el negocio del libro para no abandonarlo nunca más.
Según Sánchez, el negocio del libro vive en permanente crisis debido a que “se vende poco y el margen es pequeño, los libros se venden con un margen entre el 25 y el 30%, pero hay libros que los vendemos con el 15% y en algunos casos hasta con el 5%”. También existen algunos casos de libros que tienen un margen del 0%, por ejemplo cuando un autor nuevo se edita su propio libro y les pide si se lo pueden vender en su librería, el empresario no puede evitar decir que sí, ya que entiende el esfuerzo que ha hecho esa persona para poder editar su obra; no cobrarles nada es una forma de colaborar con los nóveles escritores para Sánchez.
Consultado acerca de cómo ve la evolución del negocio del libro en los últimos años, Sánchez explica que “el sector del libro, igual que el resto de la economía española, ha ido evolucionando favorablemente en los últimos 50 años, incluso desde antes”. Igualmente, dentro de este recorrido evolutivo existe “un mojón claro que es el surgimiento de la televisión”, la cual según el librero ha restado lectores.
Tal como en aquellos años surgía la televisión y la gente tendía a leer menos, hoy en día está surgiendo el libro electrónico, herramienta que para Sánchez tendrá una repercusión negativa en el mercado del libro en papel: “En primer lugar porque muchas librerías nos mantenemos gracias a la venta de libros de texto, y el premier sector que se va a ver afectado por el libro electrónico, dentro del sector de libros, va a ser el libro escolar”, explica el empresario.
“A nosotros ese tipo de cosas nos van a afectar muchísimo porque el formato digital es algo que se copia con mucha facilidad y a muy bajo coste” asegura Sánchez con cierta resignación. Está convencido de que a medida que se popularice el libro electrónico, las librerías clásicas van a caer en un 30% sus ventas, hasta desaparecer, y se volverá “al librero polvoriento, al antiguo librero de un local muy polvoriento, con su bata azul” agrega con humor el empresario.