El presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio de España, Javier Gómez-Navarro, ha pronosticado este jueves un año 2009 “dramático” y un considerable aumento del paro en España para los próximos meses. Gómez-Navarro cree que la solución a la actual crisis financiera pasa por la “solución del problema financiero internacional” y, en España, por las “políticas de apoyo a la competitividad de las empresas”.
Gómez-Navarro, que protagonizó el cuarto Encuentro Informativo de ACN PRESS mostró sus dudas respecto a que las medidas adoptadas por el Gobierno de España para resolver la crisis financiera, “sobre todo esa inyección de liquidez”, vayan a suponer una mayor financiación para el sistema productivo español a no ser que el Ejecutivo “no intervenga con medidas más directas para forzar a los bancos a que den créditos”.
El presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio consideró, ante un nutrido grupo de asistentes, que “los más optimistas ya fijan la salida de la crisis a finales de 2009” y que España saldrá de ella “ a rastras de lo que ocurra en otros países. Saldremos cuando Estados Unidos o Alemania hagan de locomotoras”.
Gómez-Navarro aseguró que la banca española “no ha cometido los excesos que han ocurrido en otros sitios” aunque recordó que en los últimos cuatro años “los bancos te perseguían para darte dinero”. “La banca española es más solvente que la americana o la inglesa pero tiene inmovilizados en créditos 350 mil millones de euros. Una parte la va a perder y la otra la recuperará cuando venda pisos, pero de momento ni una ni otra”, en alusión a la 'burbuja hipotecaria' que “tarde o temprano tenía que explotar”. Gómez Navarro cree que la mayor parte de las hipotecas serán pagadas pero que, mientras tanto, los bancos tienen un problema de liquidez porque han hecho negocios con “un 10 ó un 15% de capital y un 85 ó 90% de aplazamiento”.
El presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio explicó que hay otro elemento que se ha incorporado a la crisis desde los años noventa: “el déficit de la balanza de pagos que en 2007 alcanzó el 10% del Producto Interior Bruto, unos cien mil millones de euros”.
Absentismo laboral y despidos
Además del previsible aumento del paro, Gómez-Navarro, también habló de asuntos como el abaratamiento del despido y del absentismo laboral. Sobre este último asunto denunció “un absentismo creciente importante que ha pasado del 3,5 al 8% en cuatro años. Un porcentaje inadmisible” y se mostró partidario de que patronales, sindicatos y Gobierno “busquen salidas para que las empresas puedan sobrevivir, porque, si no, aumentará el paro”.
Sobre el abaratamiento del despido, Gómez-Navarro consideró “una locura” que se paguen 45 días por años trabajado para los despidos improcedentes. Una medida que, dijo, se ha convertido “en perversa” por parte de jueces, empresarios y, sobre todo, sindicatos, que, recordó, han practicado la “cultura de los 45 días por año”.
Reforma de la administración
Gómez-Navarro también apostó por rebajar el coste de la burocracia en España que, a su juicio, aumenta exponencialmente al número de leyes y al número de administraciones y explicó que la organización que preside ha elaborado un primer estudio junto al Ministerio de Administraciones Públicas para identificar el “mapa de los trámites burocráticos en España” y para intentar “reducir en un 30%” los trámites burocráticos de las empresas con el Gobierno central.
El presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio abogó por un sistema de leyes imprescindibles y por “dejar que la libertad individual y de mercado” siga su ritmo. Además, apostó por las nuevas tecnologías para facilitar los trámites entre las administraciones y los empresarios y por una reforma en profundidad de los servicios que se prestan a los administrados.
El que fuera ministro de Comercio y Turismo desde 1993 a 1996 apostó por una reforma de la Administración Pública “porque no valora el desempeño del trabajo; del que trabaja y del que no da un palo al agua” y reconoció que “nadie se atreve a reformar porque los políticos no se fían de los sindicatos de la administración y hay una desconfianza mutua. Nadie asume el riesgo”, zanjó.