PALMA DE MALLORCA, 5 (EUROPA PRESS)
Trabajadores y directivos de Quesería Menorquina, empresa propiedad de la familia Ruiz-Mateos, ultiman la compra de la compañía por un precio simbólico de un euro, informaron a Europa Press en fuentes cercanas a la negociación.
La operación, que podría cerrarse previsiblemente la próxima semana, incluye la asunción de la deuda por parte de los nuevos propietarios, cuyo importe se está renegociando en la actulidad con el fin de cerrar el proceso de adquisición.
Quesería Menorquina, fabricante de marcas como 'Tranchettes' y 'Santé', se encuentra en concurso voluntario de acreedores desde el pasado mes de abril, un procedimiento en el que la juez ha apartado de la gestión de la empresa a la familia Ruiz-Mateos. Carcesa, también propiedad de Nueva Rumasa y a su vez en suspensión de pagos, ostenta la totalidad del accionariado de la empresa balear.
Precisamente, la consellera de Turismo y Trabajo, Joana Barceló, ha apelado a la “prudencia”, al tiempo que ha recordado que Quesería Menorquina es una empresa que “siempre se ha tenido claro que es rentable” y que, por tanto, “vale la pena luchar por ella”.
“Esperamos que en este proceso que se está siguiendo se avance para que Quesería Menorquina pueda ser una empresa independiente”, ha subrayado, al tiempo que ha recordado que, en estos momentos, hay un concurso de acreedores, lo que da una garantía de administración judicial en cada uno de los pasos que se están dando“.
Por su parte, el secretario general de la Federación Agroalimentaria de CC.OO., Jesús Villar, ya avanzó que existe un “compromiso de compra” por Quesería Menorquina.
“Hay un compromiso de compra, se está trabajando intensamente para que se materialice y hay un plan de viabilidad bastante avanzado”, afirmó Villar ayer en rueda de prensa, donde declinó ofrecer más detalles y se remitió a dentro de unos diez días.
Nueva Rumasa adquirió esta empresa en junio de 2009 a la multinacional Kraft Foods, en una operación que incluía la planta de Mahón y las marcas Tranchettes, Santé y Quesilete. La familia Ruiz-Mateos tiene aún pendiente de pago alrededor de 1,4 millones de euros a Kraft por esta compra.