BARCELONA, 17 (EUROPA PRESS)
La sección quinta de la Sala Contenciosa del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha establecido en 10 millones de euros la sanción a Red Eléctrica de España (REE) por la avería en la subestación de Maragall (Barcelona) y el apagón que en julio de 2007 dejó sin servicio a miles de personas.
Lo ha hecho al resolver el recurso contencioso-administrativo presentado por la compañía contra la decisión de la Generalitat de sancionarla con 11 millones de euros por el apagón que sufrió Barcelona el 23 de julio de 2007 y que dejó sin suministro eléctrico a más de 320.000 personas durante un máximo de 56 horas.
El incidente afectó a trece Centros de Asistencia Primaria (CAP), a varias líneas de Metro, Ferrocarriles de la Generalitat (FGC) y Tranvía, y al suministro de agua, entre otras afectaciones.
El Govern consideró entonces que la falta de suministro se produjo por las deficiencias de mantenimiento y conservación de la red, algo que ha confirmado ahora el TSJC, que del acuerdo de la Generalitat únicamente ha cambiado la cuantía de la sanción.
A las 10.53 horas del 23 de julio, se rompió un cable de la línea de 110 kV Can Jardí 4-Collblanc, propiedad de Fecsa Endesa, que cayó sobre las barras de 220 kV de la subestación Collblanc, de REE.
En su caída, el cable provocó tres cortocircuitos, dos de los cuales en las instalaciones de la subestación, y un tercero en la terminal del cable de 220kV Collblanc-Badalona, titularidad de REE.
Este hecho produjo un paso de corriente muy elevado por la línea Collblanc-Urgell-Maragall-Badalona, lo que provocó una avería en el cable y, finalmente, el incendio en la subestación de Maragall.
Las diligencias efectuadas concluyeron que la caída del cable de 110 kV de Fecsa Endesa se debió al mal estado de conservación y mantenimiento, ya que se rompió por el deterioro progresivo que la compañía responsable no detectó ni subsanó.
El alcance del incidente se multiplicó por el deficiente funcionamiento del sistema de toma en tierra de las pantallas de los cables de la línea de 220 kV Collblanc-Badalona, propiedad de REE.
Estas deficiencias, fruto de la falta de un mantenimiento adecuado, propiciaron el incendio de la subestación de Maragall.
Además, obligó a los servicios de protección civil, seguridad ciudadana y vial a habilitar dispositivos específicos para prevenir posibles incidencias.