Diez emprendedores en busca de inversores se dieron cita este martes en el Gabinete Literario de Las Palmas de Gran Canaria. Como finalistas de la primera convocatoria del Programa Disa Emprende al que se han presentado desde octubre más de 70 proyectos, los diez elegidos recibieron como premio ganarse la confianza y poder captar el capital necesario del empresariado canario, que bien representado en el PIB regional asistió atento a la presentación de todos los proyectos.
En un receso, dos de estos emprendedores explicaron a los medios presentes sus ideas, inquietudes y expectativas ante tanto capital reunido. Son Sergio Barroso, arquitecto, y Cándido Caballero, doctor en Informática. Sus proyectos, dispares, convergen en los parámetros marcados por Disa Emprende: potencial crecimiento del mismo, adecuada estructura de ingresos y costes y un producto no cubierto ahora mismo en el mercado.
Sergio ha presentado como proyecto I+D del estudio de arquitectura Stuart Tec un desarrollo de modelos tridimensionales para gestión de infraestructuras. En el proyecto denominado Novaurbanvision trabajan diez personas ligadas a su estudio, ya que como bien aclara, “la crisis de la construcción obliga a renovarnos también”. Su propuesta es bien sencilla a la par que novedosa: dotar sobre todo a las cadenas hoteleras de una base de datos tridimensional de sus infraestructuras para erradicar los viejos planos confusos.
“Después de diez años de trabajo con cadenas hoteleras nos hemos encontrado a veces con planos orginales de hoteles que han sido modificados a bolígrafo por electricistas”, explicaba como anécdota este arquitecto de 35 años, dispuesto a explotar un mercado de documentación técnica para urbanismo e ingeniería que quedaría perfectamente catalogado en tres dimensiones y actualizado de manera periódica.
Para ello, el grupo de Novaurbanvision intentaba recabar este martes una inversión inicial de 250.000 euros entre el grupo de empresarios que asistió a la decena de presentaciones de los proyectos finalistas, entre ellos también Vaipho, del programador informático Cándido Caballero, una aplicación de software para dispositivos móviles dirigida a informar, entre usuarios, de la situación del tráfico en las grandes capitales.
Vaipho [baifo] estará en breve, en su primera fase y sin necesidad de financiación externa a sus promotores, en las tiendas de los principales operadores. Se trata, simplemente, de una app localizador del vehículo cuando está aparcado, para aquellas personas que suelen olvidar donde dejaron su coche, que haberlas, haylas. Sin embargo, el proyecto es mucho más ambicioso y en siguientes fases busca convertirse en una alerta de atascos, fundamentalmente, gracias a la información generada entre sus usuarios.
Cándido Caballero explicaba este martes que su idea ya le ha hecho tilín al potente Grupo Intercom, matriz de las iniciativas de éxito infojobs.net o softonic.com, interesado en invertir parte de los 70.000 euros iniciales de la segunda fase de su proyecto, siempre y cuando aparezca otro socio inversor. Y las buenas vibraciones las transmitía el promotor del Vaipho.
Sergo y Cándido fueron solo dos de los emprendedores con sus ideas bajo el brazo. A lo largo de toda la mañana, por la segunda planta del Gabinete Literario desfilaron otro tipo de proyectos innovadores, desde un transporte aeromecalizado de pacientes y órganos denominado Airzurik hasta un condensador de energía solar en el nivel térmico de baja temperatura (CES-BET) desarrolado por Heliocom Sistemas Solares SL.
Ante potenciales inversores interesados, “no en dar un préstamo a devolver o un crédito como si fuera un banco, sino en invertir para multiplicar esos dividendos en un tiempo prudencial”, como explicaba el presidente de Disa, Demetrio Carceller, emprendedores canarios mostraron sus ideas ya en fase bien desarroladas, como “un banco de memoria social en Internet donde crear, organizar, conservar, consultar, y compartir tu historia de vida o la de terceros de manera segura”, de Historia Vitae SL, o videojuegos para dispositivos móviles inteligentes, de The Tropical Gadget Company SL.
Carceller marcó con nitidez el espíritu de este Foro de Inversión que busca perpetuarse en las Islas como incentivo a su economía. “La gente que toma riesgos debe estar premiada socialmente”. En este caso, el premio sería la financiación de su idea. O al menos, “iniciar una dura ronda de negociaciones para captar inversión, porque esto no es tomarse un café y poner dinero sobre la mesa”. De entrada, ya se han ganado la experiencia del Programa y el asesoramiento final del profesor Joan Roure, del IESE Business School.
Pero Carceller hizo también referencia al objetivo primordial de este Foro, su otra pata: la inversora. Inculcar también en el empresariado de las Islas la cultura del inversor, de apostar por proyectos, “pero no para poner 25, 30 o 50.000 euros y olvidarse de ellos, sino hacerles un seguimiento y perseguir la rentabilidad de la inversión”. Algo inédito por estas latitudes de la piñita asá, piñita mamá de toda la vida...