MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha afirmado que los recortes en el gasto público y las reformas estructurales que los países de la UE, España incluida, han emprendido para hacer frente a la crisis buscan “generar confianza en el presente” y crear una economía “más sólida” y “competitiva en el futuro”.
En un acto en el Congreso con parlamentarios de los 27 países de la UE donde ha hecho balance de estos cinco meses de presidencia española del Consejo de la Unión, Zapatero subrayó que este periodo ha estado marcado en lo económico por la “necesidad de hacer frente a las consecuencias de la crisis más grave que ha sufrido la UE en su historia”.
Una crisis, remarcó, que ha supuesto la “mayor” contracción del PIB europeo (un 4 por ciento en 2009) “en 30 años”, un “intenso aumento del desempleo, en más de 7 millones de personas en los últimos 20 meses, y un importante deterioro de las cuentas públicas europeas”, con “todos los países de la eurozona en situación de déficit excesivo”.
Zapatero reiteró que crisis financiera originó una “grave” crisis económica que “obligó a articular un ambicioso programa europeo de estímulo fiscal que hiciera frente a la recesión y evitara el derrumbe de las economías europeas”, lo que originó “fuertes déficits”.
Ahora en cambio, indicó, “toca anticipar e intensificar los procesos de consolidación fiscal y las reformas estructurales que sitúen a la recuperación europea en una senda firme y estable”.
Admitió que la tarea no está siendo fácil, porque nunca antes nadie había diseñado la 'hoja de ruta' para hacer frente a un reto “de tal magnitud”, pero consideró que la UE está dando “pasos muy importantes” desde una “perspectiva histórica”, como la operación de apoyo financiero a Grecia.
Pero la inestabilidad económica persistía y frente a ello, destacó, los jefes de Estado y de Gobierno del Eurogrupo (los países que comparten la moneda única) crearon el mecanismo europeo de estabilización “capaz de movilizar hasta 750.000 millones de euros en defensa de cualquier estado en dificultades por circunstancias extraordinarias”.
Este “cinturón de seguridad”, añadió, para toda la zona euro ha venido acompañada de medidas “excepcionales” de provisión de liquidez por el Banco Central Europeo y por un programa de los Estados para “acelerar sus procesos de consolidación fiscal con el objetivo de garantizar la estabilidad presupuestaria en el medio plazo” y “agilizar las reformas estructurales con el fin de generar confianza en el presente y una economía más sólida, competitiva en el futuro”.
La crisis griega y la que tiene que ver con la solvencia y sostenibilidad de las deudas soberanas no han hecho “más que confirmar”, en opinión de Zapatero, la “necesidad de contar con un gobierno económico más fuerte y eficaz en Europa”, algo por lo que abogó la presidencia española desde un primer momento.
Zapatero señaló que el grupo de trabajo que dirige el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, prepara medidas concretas para reforzar el gobierno de la eurozona “que estarán listas en los próximos meses” y subrayó que ya existe un acuerdo en reforzar “tanto el brazo preventivo como el correctivo” del Pacto de Estabilidad y Crecimiento que fija en un máximo del 3 por ciento el déficit público de los Estados.
PROPUESTA PARA EL G-20
En lo que va de presidencia española, ha habido también avances, enumeró, en la mejora de la regulación del sistema financiero en Europa (citó entre otros ejemplos la directiva sobre los 'hedge funds') y en paralelo, avanzó, la UE llevará a la próxima reunión del G20 en junio en Toronto (Canadá) una “propuesta” sobre la “implicación del sistema financiero en los costes de la crisis”.
España ha contribuido también, continuó, al relanzamiento del nuevo plan económico y para la creación de empleo de la UE para los próximos 10 años (Estrategia 2020) que persigue avanzar “hacia un nuevo modelo de crecimiento económico” que dé respuesta a los desafíos actuales: “la globalización, el cambio económico y el envejecimiento de la población”.
En definitiva, señaló, en este semestre la UE está dando los pasos “más relevantes” en su proceso de integración económica “desde el nacimiento de la Unión” y del euro que “exigen fortalecimiento político, superar deficiencias fundamentales en el funcionamiento de la Unión y desde luego poner en común un ambicioso plan, como es la Estrategia 2020 de gobernanza económica real”.
Sobre el resto de las prioridades que la presidencia española de la UE se fijó, destacó que se ha impulsado la creación del servicio europeo de acción exterior, que ahora se tramita con el Parlamento Europeo, y se ha trabajado en la puesta en marcha de la iniciativa legislativa ciudadana.
Zapatero no se refirió a las dos cumbres que debían celebrarse en este semestre y que se cancelaron, la cita con EEUU y la de la Unión por el Mediterráneo.
ZONAS “GRISES” EN EL REPARTO INSTITUCIONAL
Con respecto a los cambios institucionales que introdujo el Tratado de Lisboa, reconoció que “aún existen zonas de complejidad, grises, en el reparto de competencias”, pero pidió que se dé “tiempo para consolidar los resultados y las mejores prácticas” que se han ido poniendo en marcha en este semestre.
Su experiencia al frente del Consejo de la Unión, dijo, le ha confirmado que el nuevo tratado ofrece “grandes posibilidades” pero “exige una responsabilidad compartida, un gobierno compartido entre distintas instituciones, las antiguas y las nuevas, las ejecutivas y las parlamentarias, las genuinamente europeas y las de carácter nacional”.
Por ello, confió en que la reunión de hoy de la COSAC, un órgano especializado en asuntos europeos formado por parlamentarios de los 27 países de la UE y por eurodiputados, les permita analizar en detalle el papel de los parlamentos nacionales en este nuevo marco jurídico que introduce el Tratado de Lisboa.