MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, considera que subir los salarios siguiendo únicamente el criterio del IPC, “a un ritmo que no se acompase a la productividad”, no es “razonable” y provoca “más inflación” y más “desempleo” en lo que supone un problema “casi matemático” y no “ideológico”, aunque ha señalado que la cuestión está “mejor” en las manos de los agentes sociales en el marco de la negociación colectiva.
Durante el Pleno monográfica sobre el Consejo Europeo en el Congreso, Zapatero ha señalado que aunque el criterio de inflación es “razonable”, en un contexto de falta de competitividad puede llevar a que a las empresas se vean superadas por los costes. “En vez de pagar a cien, puedes pagar a ochenta”, ha insistido.
En este sentido, y aunque ha defendido el diálogo social, ha remarcado que hay que hacer una negociación colectiva “flexible y adaptable” para que “acompañe” y no sea un “problema” para la economía y permita ganar productividad.
MODERACIÓN DE LOS BENEFICIOS
Así, ha remarcado que en 2009, cuando la economía caía un 4% y se destruían más de 800.000 empleos, la evolución salarial fue del 3,9% como consecuencia de un modelo que “no parece razonable”. “Resultado: un millón de desempleados”, ha indicado Zapatero, aunque se ha apresurado a manifestar que “no fue sólo por eso”.
El jefe del Ejecutivo ha remarcado que todos los factores de las tensiones inflacionistas se reparten a “partes iguales” entre la negociación colectiva, la falta de competitividad en sectores como el de servicios y también los beneficios de las empresas que, según ha asegurado, también deben “moderarse” para mejorar la productividad.
Zapatero ha defendido que su política es “socialdemócrata” y progresista, pero “con los pies en la tierra”, por lo que, por ejemplo, no contempla elevar la presión fiscal, como le reclamaban las minorías de la izquierda parlamentaria, y ha reiterado que los datos confirman que la recuperación ha comenzado, pese al aumento del paro.
LA MILONGA DE LAS PENSIONES
Sin embargo, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, ha asegurado que no se puede confiar en el presidente del Gobierno porque ha llevado al Parlamento “doce paquetes de medidas económicas y 30 decretos leyes” y, sin embargo, “desgraciadamente cada vez el paro aumenta más”.
En materia de estabilidad presupuestaria, el líder de la oposición ha reclamado a Zapatero que “no crezca el gasto por encima del PIB real, no del nominal, al menos mientras España esté en la situación de desequilibrio en la que se está en este momento”.
“ERRORES” QUE “PAGA EL PUEBLO ESPAÑOL”
Tras asegurar que el PP no ha podido apoyar las medidas del Gobierno porque no eran “buenas para España”, Rajoy ha recalcado ante la Cámara que su grupo parlamentario está “muy contento y orgulloso” de haberse opuesto a la congelación de las pensiones y ha subrayado que hoy volverían a votar 'no'.
“El problema de eso es que no paga usted sus errores sino el conjunto del pueblo español y, en este caso, los pensionistas”, se ha quejado, a lo que Zapatero ha replicado que la posición del PP se debió únicamente a que pensó que podía hacer caer al Gobierno. “No nos cuente la milonga de los pensionistas porque no se la cree nadie”, ha remarcado.
NO CONVENCE A LA IZQUIERDA
El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, instó al presidente a “no bajar la guardia” pese al relajamiento de la presión de los mercados sobre España, y volvió a lanzar su propuesta de subvenciones de 5.000 euros por empleo para relanzar la contratación.
El portavoz del PNV, Josu Erkoreka, replicó a Zapatero que el “dilema” de crecimiento o austeridad es “innegable”, al considerar que el ajuste resta tracción a la economía, si bien admitió que a medio y largo plazo será posible por estas medidas de control del gasto público.
Para el portavoz de ERC, Joan Ridao, el presidente pretende “cargar el muerto” con la regla de gasto para garantizar la estabilidad presupuestaria, en tanto que su compañera de grupo parlamentario y diputada de ICV, Nuria Buenaventura, reprochó los recortes “en favor de los ricos”. “No me ha convencido”, espetó.