Aprender a cultivar, ver crecer hortalizas y saber recolectarlas, objetivo de la docencia escolar en La Granja del Cabildo

Las lechugas, tomates, pepinos, calabazas, berenjenas y una amplia variedad de hortalizas no nacen en los supermercados, sino que son fruto del trabajo en el campo, todo un descubrimiento para los escolares que visitan La Granja del Cabildo de Gran Canaria cada semana y que este viernes tampoco escatimaron en sus comentarios de asombro mientras aprendían a cultivar y recolectar.

Escolares y colectivos sociales poseen un espacio en el complejo de la Institución insular donde también aprenden a distinguir plantas aromáticas y se llevan su propio esqueje en una maceta para verlo crecer día a día.

Los más de treinta alumnos de ocho años de tercero de Primaria del Colegio Santidad que protagonizaron una de estas divertidas jornadas recibieron con atención la animada exposición que los técnicos les ofrecen sobre las nociones básicas de lo que luego podrán comprobar en la tierra.

Caras de asombro y comentarios, unos más acertados y otros más disparatados, respondieron a las afirmaciones y preguntas de los técnicos insulares, quienes se vuelcan en estas acciones tan especiales para acercar el mundo de la agricultura a los más pequeños.

Después de la teoría llegó la práctica, acogida por los pequeños con aplausos, que consistió en plantar una hortaliza, toda una novedad para la mayor parte, poco acostumbrados ya al campo, y después en recolectar las que otros escolares plantaron hace apenas unas semanas para llevárselas a sus casa.

Luego, los técnicos de La Granja les enseñan a cultivar una hierba aromática, que en muchos de los casos es un esqueje de albahaca, en una pequeña maceta para que puedan continuar cuidándola y viéndola crecer día a día en sus hogares.

Rotación anual de cultivos

Una de las áreas del complejo de La Granja está destinada a un amplio huerto dividido en dos zonas: uno donde es aplicado el sistema Gaspar Caballero de rotación anual de cultivos muy diversos en un espacio limitado, y otro donde se realiza la misma labor pero con una rotación mayor, lo que es posible debido a la benignidad del clima canario.

Las pequeñas calles de esta zona están repletas de solanáceas (papas, tomates, pimientos, berenjenas), leguminosas (judías, arvejas, lentejas) y cucurbitáceas (calabaza, calabacín, melón, pepino), entre otros tipos de cultivo de los que con frecuencia los alumnos de la Escuela de Capacitación Agraria y de institutos de la Isla recolectan varios kilos de verdura y plantas aromáticas frescas, cultivadas sin pesticidas ni productos químicos.

Aquí los escolares aprenden a planificar cultivos, la rotación correcta de cada especie, los ritmos de crecimiento y, al mismo tiempo, experimentan con variantes gracias a las condiciones climáticas que ofrece la costa norte de Gran Canaria.

Junto a estas dos zonas aparecen otras parcelas bien delimitadas donde los diversos grupos que visitan las instalaciones aprenden que las lechugas no proceden del supermercado, algo que reciben como novedoso, y que con un poco de cuidado pueden ver crecer comida sana y sabrosa.

Junto a cada planta, un pequeño cartel amarillo informa de la variedad de plantas, desde hierba luisa a perejil, pasando por incienso canario, albahaca, melisa o hierba huerto, entre una amplísima gama de productos crecidos al amparo de los cuidados voluntarios de los visitantes de La Granja.

El Cabildo de Gran Canaria mantendrá esta programación anual de visitas semanales porque son cientos de alumnos los que se benefician, porque siempre muestran interés por la vida del campo, en muchos casos desconocida para ellos, y porque es fundamental para la soberanía alimentaria de Gran Canaria la implicación de la ciudadanía desde temprana edad.