El Cabildo de Tenerife ha editado un libro sobre el cultivo de la pitaya, un fruto exótico de las selvas tropicales de Centroamérica de interés para los agricultores de Tenerife por su bajo consumo en agua y abonos.,
Agueda Coello y Clemente Méndez, autores del libro, han señalado durante la presentación que con él se pretende llenar el vacío documental existente en relación con este cultivo, además de compartir con los agricultores los conocimientos adquiridos durante las investigaciones realizadas por estos dos ingenieros.
El fruto es un cultivo en expansión, y ha pasado de 1.000 metros cuadrados hace una década a una superficie cultivada en la isla de 60.000 metros cuadrados, según los datos aportados.
Según han explicado el vicepresidente y consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, Jesús Morales, y el responsable del Servicio Técnico de Desarrollo Rural, Javier Suárez, la pitaya puede ser un cultivo alternativo con un mercado importante para la agricultura que puede dar beneficios a los agricultores y que de hecho ya se está comerciando en los mercados del agricultor de varias zonas de la isla.
La pitaya procede de las Antillas Mayores y significa “fruta escamosa”, y su fruto es una baya de forma ovoide, alargada, en algunos caos redonda, y llega a alcanzar los 600 gramos de peso, mientras que la cáscara está compuesta por formaciones salientes denominadas brácteas, cuyo tamaño y cantidad varia dependiendo de la especie o el clon que se traten.
El fruto cuando madura es rojo por fuera, pero en su interior la pulpa puede ser blanca, violácea o de distintos tonos de rojo, además es climático porque madura en la planta y si se recolecta antes de que esté maduro quedará verde y ácido, por lo que no sería comercial.