Canarias ha producido y exportado mucho plátano en lo que va de año, hasta la semana con inicio el 6 de noviembre de 2023, la número 45. En casi los 11 primeros meses del año, las islas han enviado, principalmente a Península, aunque también cantidades pequeñas, testimoniales sobre el total, a otros países europeos y a Marruecos, un volumen de 341,3 millones de kilos de fruta, lo que representa un alza del 30% (78,3 millones de kilos más) respecto al mismo periodo del año anterior, un ejercicio, el de 2022, calificado como “muy bueno” en precios medios por los agricultores isleños, mejor incluso que el “aceptable” de 2021, con la erupción del volcán en septiembre en la isla de La Palma y el destrozo o el daño estructural a más de 200 hectáreas entonces en cultivo.
En 2022, hasta la semana 45 de este año, el archipiélago solo había expedido 263 millones de kilos a Península y otros pocos países. Nada que ver con la marcha que lleva este 2023.
La diferencia de oferta exportada entre una etapa y otra es descomunal, y ello pese a la pica practicada a lo largo de 2023 para contener la caída de precios en el casi único destino de la fruta isleña, el de Península, donde la oferta canaria compite con la banana importada desde América y África, esta con cada vez más mercado nacional, según los datos oficiales servidos por Aduanas del Gobierno de España.
Este año 2023, atendiendo a los precios medios ya abonados a los agricultores canarios, está siendo una “ruina” (así lo califican algunos operadores), pues los pagos por kilo comercializado recibidos por los plataneros locales en sus cuentas bancarias, descontados todos los gastos de comercialización, en muchos casos no cubren los costes de producción del cultivo ni con la suma de la ayuda directa del Posei, esta en 0,30 euros por kilo, fondos públicos detraídos de una ficha financiera anual de 141 millones de euros (comunitaria al 100%) y con abonos a los cosecheros por semestre.
Y esas bajas cotizaciones en verde (a partir de la que se liquida al platanero) se han producido y se siguen dando incluso con la potente retirada de fruta del mercado (no remunerada al agricultor) que ha sido solicitada por Asprocan y ha alcanzado los 22 millones de kilos hasta la semana 43 (del 23 al 29 de octubre). Esta es la cifra acumulada (la suma de la denominadas picas obligatoria y voluntaria) y aceptada por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno de Canarias. Según asegura Asprocan, de esa cantidad autorizada solo se han inutilizado, por ahora, 12 millones de kilos, algo más de la mitad. “En años anteriores, como 2010, o más recientemente en 2016 y 2017, ese umbral fue superior”, afirma la misma entidad platanera.
A modo de ejemplo de lo que está ocurriendo, con marcas semanales en estos meses por encima de los ocho millones de kilos, se muestra esta comparativa entre años para una misma semana: en la 45 del año 2022, Canarias envío fuera de las islas 6,72 millones de kilos de plátanos; en el mismo periodo de 2023, la cifra es 1,8 millones de kilos más elevada, hasta los 8,5 millones.
Con los volúmenes producidos en lo que va de 2023 y lo que ya se ha exportado, a falta de mes y medio para que termine el año, en este ejercicio se prevé sobrepasar el umbral de fruta comercializada en 2017 (mercado local y deexportación), cuando se llegó a los 421,3 millones de kilos.
Con múltiples factores de oferta y demanda en contra
El origen de la caída de precios en Península tiene que ver con la combinación de múltiples factores, a saber: el potente incremento de la oferta por las condiciones meteorológicas en este 2023, más calor y adelanto de los cortes a fechas con menor demanda, y la mayor productividad de las fincas y el aumento de la superficie cultivada (más oferta), que en 2022, el último año con datos oficiales de Asprocan, supuso tener en cultivo 53,4 hectáreas más, todas ellas radicadas en las islas de Tenerife, la productora principal, y de Gran Canaria.
El potente incremento de la oferta en este 2023 además se produce en una coyuntura en la que La Palma, debido al volcán, ha perdido extensión en producción que aún no ha sido recuperada, y son más de 200 hectáreas. La intención es que vuelvan al cultivo, y entonces la oferta total podría ir a más.
A esas circunstancias se unen otras, como la cada vez más agresiva competencia de la banana en el casi único mercado de destino de la fruta canaria y el efecto en la disminución de la demanda de plátano de las islas por el calor, por existencia de fruta de temporada más barata y por otras razones.
En relación con esta misma cuestión, Asprocan, que agrupa a las seis organizaciones de productores de plátanos (OPP) de Canarias, sostiene que “la causa [de la caída de precios en Península] es el alto nivel de oferta que de forma constante se ha producido como consecuencia del incremento medio de las temperaturas, por encima de grado y medio”. Y añade: “2023 es hasta el momento el año de mayor producción de plátano en Canarias”.
A ese planteamiento, Asprocan añade que, “por parte de las islas, se ha incrementado significativamente la producción comercializada tanto en España como fuera de nuestro país, en un contexto de caída del consumo en todas las frutas no estacionales. Esto, a pesar de que el producto cuenta con un competidor directo un 45% más económico en situación de fuerte inflación”. Asprocan indica como estrategia que se “continuará motivando el incremento del consumo y la disposición a pagar más por la calidad diferenciada” que representa la fruta certificada que se produce y comercializa desde Canarias, con Indicación Geográfica Protegida (IGP).
La misma asociación subraya que “una medida imprescindible [para competir de igual con la banana] es igualar las condiciones de producción en los terceros países con las de la Unión Europea [todas regiones RUP] y perseguir el dumping sistemático que hace la banana en España, el mercado con precio de banana más barato de la UE”, remata.