La misma historia se repite una semana más, y ya son cinco consecutivas este verano: cuatro semanas en el mes de agosto recién terminado, de la 32 a la 35, y la primera del llegado septiembre, la semana 36 de 2024. En este periodo identificado, Canarias ha destruido fruta, la ha retirado del mercado o la ha picado, como se denomina en el argot platanero. Se trata de un volumen de género alimentario que llega a los seis millones de kilos, la suma de las cantidades autorizadas por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno de Canarias para las semanas de la 32 a la 36.
Esa cantidad acumulada corresponde a las llamadas retiradas obligatorias y voluntarias ya oficialmente aprobadas, con un porcentaje habitual del 70% para el primer caso y del 30% para el segundo, siempre según lo pedido como pica o destrucción de fruta por la organización Asprocan y luego autorizado por la Consejería de Agricultura. El balance final de lo realmente picado siempre se conoce más tarde, tras las notificaciones por parte de los productores locales a Agricultura del destino último de la fruta sacada del mercado (la pica), lo que suele otorgar niveles definitivos siempre próximos a lo solicitado.
Las razones de esa retirada, inutilización o destrucción de fruta, que es el plátano en verde que, hallándose en estado óptimo para ser comercializado, no llega a los mercados convencionales, tienen que ver con la sobreoferta de fruta en estas fechas del verano; o sea, el exceso de género apto para cortar que coincide con un periodo en el que la demanda baja muchísimo en el único mercado de esta fruta canaria, el de Península. A ello se une, entre otros factores reseñables, la cada vez más intensa competencia de la banana, que ya representa el 50% de la oferta de esta fruta en el mercado peninsular español.
La semana que entra, la primera de septiembre de 2024, Canarias tiene una marca de corte, las piñas en condiciones de ser recolectadas y llevadas a los empaquetados para su envasado, de 8,5 millones de kilos, pero Península en estos momentos, por las razones ya explicadas, solo admite en torno a 5,5 millones de kilos por semana. Así las cosas, sobran tres millones de kilos. ¿Qué se puede hacer entonces? Debido a ese desfase entre oferta y demanda y a la necesidad de reducir al máximo las pérdidas de los cosecheros canarios, pues lo que ahora se vende en verde y primera transacción en Península, a los maduradores, solo genera eso, pérdidas, la Consejería de Agricultura, a petición de la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan), da por válida la pica, que esta semana vuelve a estar por encima del millón de kilos, con 1,3 autorizados; esto es, el 15% de la cantidad señalada para corte en la semana 36. Suma y sigue...
De esta manera, Canarias, pese a disponer de 8,5 millones de kilos de plátano con calidad suficiente para mandar al mercado de Península (se incluyen Baleares y las ciudades autónomas), solo expedirá, según lo ahora previsto, el resultado de restar a ese total la denominada pica, los 1,3 millones de kilos señalados, con lo que el volumen de envíos en la semana que entra seguirá siendo muy elevado respecto a lo que puede asumir el mercado peninsular: 5,5 millones de kilos, tal y como reconocen los productores y comercializadores de la principal fruta canaria para los meses centrales del verano. Pese a ello, en la semana del 2 al 8 de septiembre se ordenarán 7,2 millones de kilos.
A expensas de que en esta primera semana del mes de septiembre ya se pueda activar la gestión de parte de la pica como fruta entregada al Banco de Alimentos (beneficencia), algo aún por ver, o de que la exportación a Marruecos asuma más plátano de las islas (tampoco se sabe ahora mismo), que también sale de la pica, este caso de esos 1,3 millones de kilos, la fruta destruida, con seis millones totales en cinco semanas (en 2023, año récord histórico en Canarias de producción, hubo 26 millones de kilos en la pica), volverá a convertirse en alimento para engordar el ganado, en insumo para hacer compost, en más estiércol o en residuo atendido por gestores autorizados o llevado a complejos ambientales.
De los 1,3 millones de kilos que la primera semana de este septiembre se anuncian como volumen a destruir, el 70% corresponde a pica obligatoria (900.000 kilos), por el 30% restante a la voluntaria (400.000). Con esta nueva señal de retirada del mercado, Canarias eleva hasta los seis millones su pica acumulada en cinco semanas fatídicas para los agricultores, con precios percibidos de ruina por la fruta comercializada y muchas pérdidas acumuladas.
La recompensa para el productor local, lo que recibe como ingreso por la fruta vendida en Península en verde y primera transacción, ha mermado en unos 60 céntimos por kilo de las primeras semanas de julio a este agosto, lo que coloca los precios percibidos por los plataneros de Canarias en umbrales que no cubren costes, por debajo de 0,50 euros por kilo, y, dependiente de las categorías, hasta en niveles que no dan para atender los todos gastos de producción ni tras la suma de la ayuda directa del programa Posei, la pagada por la Unión Europea (UE), en 0,30 euros por kilo de promedio. El coste de producción por kilo oscila entre los 0,70 y 0,80 euros en Canarias. Hay que recordar que la fruta destruida solo tiene como recompensa que entra el cálculo para el abono de la ayuda directa de la) UE, los señalados 0,30 euros por kilo y año.
La brutal caída en los precios percibidos por el productor local nada tiene que ver, y esta es una queja general del consumidor final, con la fotografía que se saca en los estantes de la distribución minorita, que ofrece esa misma fruta, comercializada en verde y primera transacción en Península a los valores tan bajos antes reseñados, a precios de venta al público (en amarillo, madura) por encima de dos euros por kilo en establecimientos de Canarias, donde ya se han tirado seis millones de kilos, y a niveles superiores a 2,5 o tres euros en Península, con la banana en muchos casos a la mitad de ese umbral.
La Consejería de Agricultura sigue mirando a los celajes
Pese a esta nueva coyuntura de crisis en el plátano de Canarias, tras un año 2023 para olvidar por lo ruinoso que fue para todos los productores locales, la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno de Canarias, que dirige el herreño Narvay Quintero (de AHI), sigue mirando a los celajes, incluso teniendo los máximos apoyos ahora posibles en el sector agrario isleño, y no se anima a modificar el decreto territorial que regula el cultivo del plátano en las islas (habría que cambiar la normativa que afecta a la medida II del programa Posei -plátano con indicación geográfica protegida, IGP- a través del Decreto 48/2018, de 16 de abril, el que regula el reconocimiento de las organizaciones de productores y sus asociaciones en el sector del plátano), que solo debe contar con aprobación del Consejo de Gobierno, según las recomendaciones o peticiones recogidas en la proposición no de ley (PNL) aprobada el 26 de julio pasado por la Comisión de Agricultura del Parlamento de Canarias.
Esa petición cuenta con el consenso de todos los partidos políticos con representación en la Cámara autonómica y además con el apoyo de las cuatro organizaciones profesionales agrarias (OPA): Asaga-Asaja, COAG, UPA y Palca-Unión de Uniones, más dos de las seis organizaciones de productores de plátanos (OPP) existentes en Canarias, con casi el 50% de la producción total comercializada desde las islas. Estas OPP son Coplaca y Agriten.
El consejero Quintero ya lleva más de ocho meses sin hacer nada en relación con ajustes previstos en la normativa vigente, desde que anunció cambios en ella a realizar antes de enero de 2024, y un mes y algo desde que se aprobó la citada PNL, una estrategia diseñada en lo político y lo profesional para ponérselo lo más fácil posible en la aplicación de las soluciones descritas, además con el máximo consenso. Por ahora, nada se ha hecho desde la Consejería de Agricultura, pero este lunes se inicia el nuevo curso político. Las OPA no pierden la esperanza.
El cultivo de la fruta dominante en las islas
El plátano es el principal cultivo de exportación en Canarias, tras el fallecimiento con mucho sufrimiento y de forma escalonada del tomate que se mandaba al Reino Unido y Holanda. Hay unos 7.400 agricultores plataneros, algo menos si el cálculo se realiza según los beneficiarios de la ayuda del Posei (solo 6.462 si se considera la lista de perceptores del primer pago de la ayuda UE del año 2023), y se hallan en explotación unas 8.629 hectáreas, según datos oficiales de 2022 reconocidos por Asprocan.
Este cultivo contribuye a la definición de un paisaje singular en las cinco islas principales en que esa fruta se cultiva sobre todo para mandar fuera. Es testimonial su presencia en Fuerteventura y Lanzarote, y nula en La Graciosa.
Todo el plátano que se comercializa en Canarias y desde las islas tiene una calidad garantizada a través de la indicación geográfica protegida (IGP) Plátano de Canarias, con parte de la oferta además amparada por la denominación de origen protegida (DOP) Agricultura Ecológica.
El plátano que se produce en las islas (en ejercicios normales con una producción en torno a las 400.000 toneladas/año) accede a una ayuda directa anual de la UE con ficha financiera de 141,1 millones de euros que se regula dentro del programa Posei, a los que se unen 20 millones al año en ayuda estatal al transporte de mercancías, desde 2023 y prorrogada este año.
Esta fruta tropical tiene casi como único mercado el de Península, la española y la portuguesa, pues los envíos fuera de esos destinos no supusieron ni un millón de kilos en 2022.
El reparto de la producción entre islas y OPP
Tenerife sigue liderando el cultivo del plátano en Canarias, con el 46,4% de toda la producción en 2023 (50,3% en 2022) y 30 millones de kilos más en 2023 frente a 2022, por delante de La Palma (29,7%, antes 22,1%), Gran Canaria (22%, antes 25,6%), La Gomera (1,1%, antes 1,2%) y El Hierro, sin cambios y con el 0,8%. En 2023 se comercializaron 467 millones de kilos, cifra récord en las islas.
Por organizaciones de productores de plátanos, las OPP, seis en las islas, la dominadora es Coplaca (entidad que además participa en Eurobanan, firma que también importa y vende banana en España y Portugal, los mercados casi exclusivos de Canarias), con el 31,29% de la producción comercializada e inutilizada en 2023, de los 467 millones de kilos totales; seguida de Cupalma (17,82%), Europlátano (16,15%), Llanos de Sardina (12,56%), Plátanos de Canarias (11,41%) y Agriten (10,82%).