El sector primario quizá ya no pueda caer más abajo en su participación en la economía de Canarias. En la actualidad, según los datos más recientes publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), ese conjunto de actividades productivas sólo aporta el 1,4% al Producto Interior Bruto (PIB) regional de 2015, lo que en términos absolutos y a precios corrientes supone llegar a la cifra anual de 582 millones de euros.
El nivel relativo del 1,4% es el peor de toda la historia de la islas, o sea, el más reducido nunca antes registrado, y se llega a él por las caídas encadenadas del año 2011 en adelante. En este ejercicio económico, el sector primario de las islas aún suponía el 1,7% de la riqueza autonómica.
Los 582 millones de euros contabilizados el año pasado por las actividades agropesqueras y forestales que se practican en las islas estaban, tan sólo por tener una referencia comparativa del potencial de esa aportación, muy por debajo de la facturación de empresas radicadas en Canarias como Disa o Dinosol.
El sector primario es el más débil en la estructura económica de la Comunidad Autónoma de Canarias, seguido de las actividades financieras y de seguros, y de la construcción, que ha caído durante la crisis de porcentajes de dos dígitos al 4,3% de 2015.
El nivel relativo de representación del sector agropesquero en el PIB regional no se parece en nada al mismo registro para el PIB español, que casi duplica al canario, pues a escala nacional la presencia del sector primario en la economía está por encima del 2,5%.
La secuencia del descalabro conocido en las islas es la que sigue: en 2011, el 1,7%; en 2012, el 1,6%, y en 2013, el 1,5%, mientras que en 2014 y 2015 se mantiene el 1,4%. Las razones de tendencia tan desastrosa guardan relación con el retraimiento de las exportaciones agrícolas, en especial de las hortalizas -aquí entra el tomate- y de las flores, plantas y esquejes, y con el continuo debilitamiento de las actividades pecuarias, mucho más las de carne que las de leche.
Con las producciones destinadas al mercado interior, como bien se sabe, también ha habido muchos problemas debido a la fuerte competencia de las masivas importaciones, en algunos casos primadas por la Unión Europea (UE) a través del Régimen Específico de Abastecimiento (REA).
Este sistema de apoyo a la entrada de productos de fuera, hoy integrado en el programa Posei, ha perjudicado de manera especial a la ganadería local, o mejor dicho, lo ha venido haciendo, con mayor o menor intensidad, desde el año 1992, cuando se pone en marcha.
Ese efecto pernicioso se ha ido aplacando en los últimos años con reducciones unitarias de algunas ayudas del REA y/o con la supresión de los apoyos comunitarios (la ayuda es de la UE) a algunos grupos de productos alimentarios de importación (es el caso de los quesos tipo manchego a partir del 1 de enero de 2017, por poner un ejemplo).