Hoy Sabinosa, y todo El Hierro, reciben entre la incredulidad y la tristeza la noticia de la pérdida de un hombre arraigado como pocos a su tierra. Un enamorado de su pueblo y de su gente, reservado y afectivo.
Domingo León era ante todo un tipo cabal, de principios férreos y con la personalidad suficiente y sobrante para convencer sin necesidad de aspavientos y protagonismos exacerbados, cuál era la mejor solución ante un dilema o un problema.
Se nos ha marchado demasiado pronto. Al igual que el tango herreño que tanto bailó con su grupo de Sabinosa y del que siempre esperábamos que durará más su interpretación, a mí me hubiera gustado poder haber disfrutado más de él, de sus conversaciones pausadas, entretenidas y distendidas. De su sabiduría llana y de sus conocimientos acumulados de la vida.
Esta foto representa para mí el fiel reflejo de su personalidad y el alma interior de este gabetero y maestro del baile enamorado de las tradiciones del pueblo. Fue sacada en la Piedra del Regidor, minutos antes del primer toque de pitos y tambores que marcaban el comienzo de la Bajada de la Virgen de los Reyes 2017 y en la que como “guío” de su grupo tendría el honor de marcar el camino que conduciría a nuestra Patrona a la Villa, cumpliendo así el Voto de 1741.
Con ella quise agradecerle su contribución a la tradición, su moderación y su mediación entre dos pueblos que habían siempre sido hermanos, Sabinosa y El Pinar. El no tardó mucho en contestar, de esto hace algo más de un año: “la emoción me embarga, gracias a todos y Raúl muchísimas gracias, no es para tanto, solo cumplo con mi misión que es ayudar que nuestra madre llegue a la Villa lo mejor posible”.
Domingo, siempre encuentro en el Baile del Santo, mi mejor respuesta a lo que debió pasar pero no pudo ser: “las costumbres de los viejos no deben de abandonarse”.
Permíteme que esta vez te dedique esta estrofa a ti para decirte “las costumbres de Domingo no deben de olvidarse”. Mis condolencias a toda su apreciada familia, aquella que conocí y conviví por primera vez en mi época estudiantil de La Laguna, en la la pensión de don José y Doña Julia, vivencias imborrables.
Nunca te olvidaré amigo. DEP.