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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Cocinando con el sol en la isla más sostenible

Decidieron hace un año venirse a El Hierro y dejar su país, Francia. La rutina, el día a día y el estrés en el que estaban sumergidos Andrea y Thomas estaba poniéndolos a prueba para un cambio de etapa y de vida. “Llevábamos un ritmo agobiante en el trabajo, cada uno con nuestras profesiones en el que nos veíamos muy poco, nos sentíamos mecanizados, como encerrados en una caja constante y necesitábamos esta inspiración de la naturaleza para desarrollarnos como persona”, destaca Andrea.

Tras unos minutos con ellos, te conviertes en testigo de la gran complicidad que mantienen. A su vez, es fácil percibir que comparten una misma inquietud y necesidad, la de trabajar en un espacio libre de polución y haciendo uso de todo lo que les ofrece el medio. Tras viajar por diversos lugares y visitar antes otras islas, como Tenerife o Lanzarote, esta joven pareja optó por instalarse en un lugar que consideraron más idóneo no solo para ellos, sino también para su bebé, la isla del meridiano. El cambiar de vida era algo que ya tenían tan en mente, como su proyecto basado en la obtención de calor a partir de la energía solar.

Nuevo proyecto

Con la idea en la cabeza, solo les faltaba ponerla en práctica y eso fue lo que hicieron. Han comenzado por un horno solar con forma de parabólica que han ubicado en la terraza de su hogar, ya que siempre que el tiempo se lo permita lo quieren utilizar para realizar la comida diaria, de hecho lo estrenaron con un plato muy nuestro y típico, como son las papas arrugadas. El pensamiento de ambos es crear en unos meses un guachinche, para el que ya están buscando local, pero según cuentan no es tan fácil, ya que “al querer cocinar solo con esta energía debe ser un espacio al que lleguen bastantes rayos de sol a lo largo de todo el día”, recalcan.

Thomas llevaba varios años trabajando como ingeniero en Francia en proyectos vinculados a las renovables, de ahí que ya supieran con claridad como enfocar la nueva etapa de sus vidas. En una mesa que ellos mismos han diseñado, me cuentan su proyecto con mucha ilusión, porque confían en que saldrá adelante al llevarse a cabo en “el espacio perfecto al estar en medio, entre África, Francia y Ecuador”, explica Andrea con entusiasmo.

“Los dos hemos crecido concienciados de que hay que cuidar la naturaleza y estamos en el mejor momento de nuestras vidas para poder lanzar este proyecto”

– Andrea, ambos tenían sus correspondientes trabajos en Francia, familia, amigos… ¿Cómo deciden llegar a la isla de El Hierro?

– Siempre teníamos en la cabeza que cuando tuviéramos un hijo se tenía que criar en un cuadro como este, en una naturaleza lo más virgen posible, que crezcan con valores, sabiendo respetar la tierra y que puedan consumir productos que ellos mismos hayan plantado. Eso para nosotros era muy importante.

Yo soy francoecuatoriana y cuando conocí a Thomas, ya tenía bastante trabajo desarrollado en relación a este proyecto del horno solar en Burkina Faso. De ahí que nuestra intención fuera situarnos en mitad del camino, por decirlo así, entre Francia, Ecuador y África. Por eso llegamos a esta isla, al considerar que cuenta con una buena calidad de vida.

También pensamos en el idioma, pues quiero que mi bebé aprenda, por supuesto, el español. Todas las condiciones estaban reunidas para que nos instaláramos aquí. Una decisión de la que a día de hoy estamos muy orgullosos.

¿Por qué un horno?

– Hay multitud de formas de hacer uso de la energía solar, ¿Por qué optaron por este horno?

– Es una energía ecológica. Sabemos que en unos años no habrá suficiente gas, ni petróleo, ahora es el momento de buscar otras fuentes de energía.

Optamos por este horno porque su tecnología y funcionamiento es muy sencillo, llegan los rayos del sol a un punto único y entre más grande sea, mayor será el calor que proporcionará. Tiene una gran garantía, de hecho en los Pirineos hay uno de 20 metros que puede llegar hasta 3.600 grados. En Europa existen dos lugares principales donde se puede estudiar este tipo de concentración solar, uno en Almería y otro en los Pirineos que es el lugar al que anteriormente te hacíamos referencia.

“La idea es crear un guachinche con este material y al mismo tiempo, que los visitantes puedan observar cual es el funcionamiento”

Creen que este tipo de iniciativas puede tener salida en El Hierro...

Por supuesto, debemos aprovechar este recurso en nuestra vida cotidiana. En nuestro caso, hemos comenzado por un solo horno, pero necesitamos muchos más. La idea es crear un guachinche con este material y al mismo tiempo, que los visitantes puedan observar cual es el funcionamiento de estas parabólicas donde se elaboraría la comida.

El alimento nos nutre, pero también nos inspira, un plato puede ser una verdadera obra de arte. Y esa poesía de la que hablamos, nos gustaría también reflejarla en nuestro guachinche.

Incluso, en una isla tan sostenible como esta, se podría emplear la energía solar para el reciclaje de materiales como el plástico o el vidrio, ya que se necesita calor y es un recurso que obtenemos en el espacio que estamos.

La tecnología solar para el reciclaje es algo muy interesante, nos gustaría poder iniciar este guachinche para demostrar que es posible usar un horno solar como el que tenemos delante en una actividad de todos los días. En realidad, el impacto de la actividad humana se reduce considerablemente gracias a este tipo de mecanismos que cualquiera puede tener.

¿Un proyecto viable?

– Muchos se preguntarán cuanto tarda en hacerse cualquier plato en un horno solar. ¿Será viable si por ejemplo tienen 20 comensales en su futuro guachinche?

– Claro que sí, por eso es importante la ubicación, que haya suficiente sol, ya que al centrarnos en este tipo de negocio dependemos de las condiciones meteorológicas. El único problema es su almacenamiento, pero existe un material a base de piedra volcánica que por corto plazo, sí garantiza la acumulación de calor.

– Un horno solar que además utilizan diariamente para llevar a cabo una mermelada que ya han registrado con marca propia La Bimbacha…La Bimbacha

– Sí, nuestro principal objetivo es hacer buen uso de lo que nos regala el medio, por eso ya hemos comenzado a elaborar mermelada de tuno en este horno. Ha sido una fruta muy olvidada, a la que no se le presta atención y que abunda aquí. Además, es muy rica.

Lo primero que hicimos nada más llegar, fue observar que se desaprovechaba y nos centramos en eso. Valorizar todo esto, no solo aquí, sino también en el extranjero. Ya hemos evolucionado mucho en las recetas, tenemos mermelada de tuno con menta, tuno con albahaca y una a la que hemos denominado la de los amantes.

Estamos trabajando en esta marca, que sea un sello de identidad y todo con la misma filosofía, reciclar desde el papel hasta el cartón utilizado en los botes. Ahora hay un plástico llamado PETE, que es una variedad autorizada para lo alimenticio y será el que emplearemos. Si queremos ser coherentes en nuestra actividad tenemos que tratar de serlos desde la a a la z.

Iniciativas renovables

– Por todo lo que me han comentado, lo vuestro es un horno vinculado a la sostenibilidad y a su vez preparar en el productos muy típicos…

– Eso es. Por ejemplo, el tuno no necesita ningún tipo de fertilizantes, ni químicos para poder crecer y por definición es una planta autosuficiente en agua.

“Estamos trabajando en esta marca, que sea un sello de identidad y todo con la misma filosofía, reciclar desde el papel hasta el cartón”

Según un estudio que hizo en su momento la ONU, se dijo que el tuno es una de las plantas del futuro. Me gustaría comentarte que cuando llegamos, nuestro proyecto era mucho más amplio que el horno solar, porque desde hace bastante tiempo la intención era crear una empresa que respondiera al principio de responsabilidad social y dedicarnos de forma sostenible a mencionada actividad. Nosotros vamos pasito a pasito, ya que el horno que estás viendo, solo la parabólica costó 500 euros, pero creemos que merecerá la pena.

Los dos hemos crecido concienciados de que hay que cuidar la naturaleza y estamos en el mejor momento de nuestras vidas para poder lanzar este proyecto. Aún así, debemos continuar documentándonos, hay datos muy básicos que debemos controlar, como que el material que necesita este horno es el cobre, al tratarse del medio mediante el cual se distribuye mejor el calor.

– Ya saben de lo que hablan en cuanto a energías limpias, debido a que Thomas había trabajado en este ámbito en Francia como en Estados Unidos ¿O me equivoco?

– Correcto. Por esta razón primero hemos estado en Lanzarote, luego en Tenerife, nos planteamos en que isla debíamos quedarnos. Nos documentamos y estudiamos mucho antes de elegir nuestra residencia. Ahora tenemos que trabajar en la forma de almacenar el calor, puesto que, siempre no habrá sol y de poner un guachinche la comida y el servicio sí hay que ofrecerlo cada día.

“Nos gustaría poder iniciar este guachinche para demostrar que es posible usar un horno solar como el que tenemos delante en una actividad de todos los días”

Nos gustaría ejecutar todo de lo que te hemos hablado en El Hierro, pues estamos enamorados de la isla, mi hija también la veo feliz. Mi familia está encantada de visitarnos, por lo que para nosotros después de haber viajado tanto, hemos dado con el lugar perfecto.