Los múltiples usos que ofrece la lana

Beatriz Ballester haciendo una boina

Romina Cabeza Izquierdo

Valverde —

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De una forma u otra siempre ha estado vinculada a la lana, lo que no sabía es que con los años acabaría teniendo su propio taller en la isla más occidental. A partir del año 2004 decidió formarse sobre este material, se negaba a que tal tradición y con tanto valor se perdiera con el paso de los años. Durante un tiempo se dedicó a visitar los telares de El Hierro: “Quería saber más sobre el proceso, la forma en la que se trabajaba, para que se había empleado en la isla y su utilidad”, afirma la hiladora y preparadora de la lana Beatriz Ballester.

Opciones de la lana

En los últimos meses no solo ha dedicado tiempo a su taller, en el cual pasa una gran parte del día, rodeada de un sinfín de tipos de lanas, diseños y colores; también ha decidido transmitir sus conocimientos a los más pequeños impartiendo cursos en diferentes colegios de las islas. “Me gusta que sean ellos los que creen, así como dar a conocer las posibilidades que tiene la lana”.

Nos cuenta todas las alternativas que tiene la lana y el uso que se le puede dar, como un claro ejemplo de sus palabras nos muestra algunas de sus creaciones, desde talegas hasta boinas e incluso forros para el móvil o la tablet, todo realizado por ella.

-Te dedicas profesionalmente a esto. ¿Cómo surgió tu pasión por la lana? ¿Por algún miembro de tu familia?

- Te explico. Yo estudié el primer ciclo de Psicología, pero a partir de ese momento comencé a buscar otras opciones, por lo que me fui a Inglaterra y durante cuatro años estudié psicofonética. Una rama que trata de invitar a las personas a buscar sus propios espacios creativos para cubrir determinadas carencias o vacíos. Con ese material combino mis dos grandes pasiones, ya que se trabaja con las manos y además, requiere creatividad. Recuerdo que en esa época vi una revista denominada El telar que traía muchas pautas e instrucciones para hilar, me pareció muy interesante y me lancé a ello.

- ¿Te encargas tú de realizar todo el procedimiento?

- Es lo que me gusta, con el tiempo son los ganaderos los que te avisan cuando van a trasquilar sus ovejas. Yo me encargo de buscar esa lana y de lavarla, es un proceso en el que solo se necesita agua, ya que con la grasa que contiene y el amoniaco, pues crea su propio jabón. Así es que voy pasando la lana por distintos cubos porque es la forma en la que se queda limpia y sale tanto el barro como cualquier mineral.

Ignoramos la cantidad de objetos útiles que podemos crear a través de la lana, solo puedo decirte que hasta una cortina para el baño, porque aunque parezca extraño, son opciones y a su vez propuestas artísticas.

Jornadas formativas

-Además de contar con tu propio taller y de impartir cursos sobre el tratamiento de la lana, organizas jornadas formativas en distintos centros educativos.

- Sin ir más lejos hace unas semanas en Adeje. Lo primero que se hace es crear una exposición con todo el trabajo tradicional que se realiza con la lana y después en función de la edad, los alumnos pueden formar parte del proceso, unos se encargan de lavar la lana, y otros, de hilar o de cardar. Con cada curso aumentaba el nivel de dificultad. Finalmente, se lleva a cabo una actividad de creatividad en la que al carmenar la lana, tenían que darle una forma, es la parte que más me apasiona, ya que es donde se activa un espacio que cada vez ha ido quedando más anulado, como es la imaginación.

Desde diciembre del año pasado surgió un proyecto para artistas de arte contemporáneo enfocado a los colegios, el objetivo es trabajar con los más pequeños. Yo lo que hago es unir lo tradicional, con una propuesta creativa en la que los niños transforman ese material al que le van a dar una utilidad. Es realmente fantástico, se da todo un proceso, en el que se ven tan implicados y motivados que hasta los padres de esos alumnos terminan participando. Eso no tiene nombre, el tacto y el calor de la lana estimula otras partes que están calladas, por eso me parece una actividad fascinante.

- Por lo que expresas, desde hace unos años que te implicas para que parte de tu trabajo también se centre de algún modo en vincular a los más pequeños con la naturaleza y el medio...

- Sí y es curioso porque comienzas dando talleres en las aulas y a partir de ese instante, se activa todo un círculo en el que no paras. Yo tenía una finca con ovejas, hasta la que venían los colegios. Lo primero que hacían los niños era ver a los animales y, posteriormente, comenzaba el trabajo con la lana. No nos damos cuenta, pero nos hemos desligado de lo que ofrece la naturaleza y caemos en el error al pensar que son los supermercados los únicos que suministran.

Tonalidad natural

- Según el producto que elabores con la lana, también le aportas el color a partir de determinadas hierbas.

- Ahora estoy trabajando con los colores naturales. Fíjate las diferentes gamas y variedades que podemos encontrar, desde marrones hasta negros. El ganado se seleccionaba en función del color de la lana y todos son necesarios porque, por ejemplo, las talegas no las vas a hacer todas blancas o beige, hay que ir combinando.

En el taller también tengo lana teñida con multitud de tonalidades, para ello uso la gualda o la hierba pastel, en esta última se está indagando cual es la mejor época para utilizarla, ya que entre mayor cantidad de tinte tenga, pues mucho mejor.

Está de moda para la próxima temporada de otoño invierno los colores pasteles, esos tonos que no son ni verdes ni azules. Por lo general, siempre tiño, principalmente cuando hago cursos para adultos o niños. Como yo digo, hay que ir investigando porque cada planta tiene sus peculiaridades a la hora de aportar el color.

La lana en El Hierro

- Si te dijera que me contaras el enlace que existe entre la isla de El Hierro y la lana. ¿Qué me dirías?

- Ahora El Hierro está en un punto que ofrece al resto de islas lo que se ha perdido en las demás, pero debe tener cuidado de no perder su propia tradición, es decir, hago referencia a toda una generación que ha aportado una forma ecológica y sostenible de mantener un territorio. Aquí ahora mismo quedan en activo cuatro trabajadoras de la lana, por lo que estamos indagando sobre las distintas posibilidades de hacer visible la lana y dar a conocer los usos que tiene, tanto desde el plano pedagógico, como artístico y terapéutico.

Imagina que con los niños más pequeños se crean juegos, a los mayores les enseñas que se pueden hacer un forro para el móvil o un sillín para la bici. En este sentido, la idea es hacerla común para que vuelva a formar parte de la vida y que no se quede como “lo que mi abuela hacía”.

Cuando trabajas la lana, desarrollas otras capacidades. Por ejemplo, en los centros de mayores les ayudaría a mejorar las articulaciones y a su vez, estarían vinculados a sus tradiciones, activando de este modo la memoria al recordar historias de vecinos, amigos o familiares artesanos.

La lana es un mundo que para mí está por descubrir y con un nuevo sentido, la talega era una herramienta de trabajo y hoy le podemos dar un nuevo uso, ya que es mucho lo que se puede hacer con ella. Está claro, hay que cambiar la visión, no es un deshecho generado por las ovejas, es una oportunidad para crear.

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