El autoconsumo demuestra por qué Canarias es la Arabia Saudí de las renovables
“Haciendo la prueba de un autoconsumo fotovoltaico en Gran Canaria se logró un récord: 1.500 vatios en paneles solares produjeron 10,80 kWh en un solo día. Mientras tanto Canarias sigue pagando el Megavatio a 200 euros y necesitando ayuda del Estado para pagar la energía”. Así de exultante se mostraba el pasado 16 de agosto el ingeniero Álvaro Artiles, miembro del Instituto de las Comunidades Energéticas Autosuficientes de Canarias (ICEACAN), que en Twitter contaba el caso de su última instalación fotovoltaica en la isla.
¿Qué es lo que hay detrás de este mensaje?, como apunta a este periódico Artiles, lo que se logra con esta instalación es un rendimiento de siete horas frente a las cinco de media que hay en la Península. “Esas siete horas de sol al día es algo que demuestra que Canarias es la Arabia Saudí de las energías renovables. Se dice, pero no se soportaba detrás de una documentación, cuando se publica este tuit lo que se viene a hacer es una confirmación de eso, estamos rodeados por todas partes de potenciales energéticos y no los estamos utilizando”, recalca.
Entre los problemas que ve para que el potencial de las energías renovables en Canarias no se aproveche es que no existe “ni formación ni conciencia sobre el tema”, y lo concreta al decir que la principal traba que existe es el dinero. “Estamos importando miles de millones de euros para traer combustibles para las centrales térmicas de las Islas, si dejamos de importar la mitad por las renovables, ese dinero deja de existir en la cuenta de alguien. Es el primer hándicap, hay un poder que gestiona ese dinero que va a hacer todo lo posible para seguir gestionándolo”. A esta presión le añade otra desventaja para el desarrollo de las energías limpias que es el problema técnico de casar la demanda con la producción. “Es una operación muy compleja, las centrales eléctricas por ahora casan la producción de la electricidad con la demanda”, señala, cuando a su parecer lo ideal es el revertir a la red, es decir, el exceso de producción de electricidad se vierte a la red y que esta la devuelva para los momentos que no hay luz solar con un precio menor.
“Uno puede generar toda la energía que consume en su casa, la única parte que falta es que si yo produzco por la mañana y por la tarde no tengo sol, faltaría que el excedente que yo genero por la mañana me sea devuelto por la noche, porque si no necesitaría baterías, ser autosuficiente es posible, lo que es necesario es que me compensen de alguna manera los excedentes en la red”, lamenta, y recalca que en la actualidad el exceso de energía se está perdiendo.
Según explica, una vivienda particular puede ser autosuficiente a partir de una instalación de paneles solares de 1.500 vatios, que tiene una inversión que ronda los 5.000 euros y estaría amortizada en cuatro años. No obstante, reconoce que se pueden hacer instalaciones más económicas con menos vatios, pero en este caso no permitirá verter electricidad a la red, que es por el sistema que él apuesta. “Trabajamos para que a una empresa o una familia si le sobra electricidad la pueda conectar a la red y si conseguimos que de aquí a cinco años cambiemos la legislación y hacerla más amigable, que le paguen por esta producción. Ahora en Canarias se paga a 200 euros el megavatio, nosotros con 50 euros el megavatio haríamos negocio”. Pero también propone que en vez de vender la electricidad generada por los particulares, se cree un balance neto entre lo que se produce y se consume, que a su parecer es más sencillo.
Otra de las ventajas que ve con los paneles fotovoltaicos es que se elimina la pérdida de transporte, que en Canarias se traduce en torno a 120 millones de euros al año, porque además de producir energía renovable, esta es 100% kilómetro cero.
Impuesto al sol y nueva legislación
Impuesto al sol y nueva legislaciónAunque en Canarias el impuesto al sol fue suprimido a raíz de las negociaciones de Nueva Canarias con el Estado para los Presupuestos Generales, Artiles cree que en el resto de España esto ha supuesto un freno al desarrollo de las renovables porque con él se aplica un gravamen sobre la energía autoconsumida.
“A la gente no le entra en la cabeza que se le ponga un impuesto al sol, pero esto es en defensa de los intereses de las eléctricas, que se defienden y ponen trabas para que la gente pueda ponerse a producir de manera libre”. Ante esto, propone un nuevo sistema de leyes que sean más amigables con las energías limpias, como sucede en Francia y Alemania, que pase por gastar el dinero que ahora se destina a subvencionar la producción eléctrica a mejorar el modelo energético. Este pasaría por una negociación entre todos los agentes implicados: la ciudadanía, los políticos y las empresas del sector eléctrico. “Que pongan todos sus cartas sobre la mesa porque ahora lo que hay es una ley que sale de los despachos de los distribuidores y comercializadoras”, sugiere.
Con todas estas ideas cree que es posible llegar a un acuerdo entre los ciudadanos y las eléctricas para que los primeros no se desconecten de las segundas con sistemas que ya están funcionando, como las baterías inteligentes que se instalan en el hogar, aunque opina que estas no son tan ecológicas como la red que ya existe y a la que todos los particulares ya están enganchados. “Lo ecológico es que esa red sea de todos, claro que cuesta dinero que sea reversible, pero podemos hacernos cargo nosotros de los gastos y ser así copropietario de la red. Lo que no puede ser es que paguemos unos gastos y los propietarios sean otros”, ilustra.
“Estamos dando pasos para que el nuevo modelo energético cambie y esté en manos de la ciudadanía, no solo que sean renovables si no que esté en manos de la gente”, concluye esperanzado.