Los científicos llevan años indagando qué repercusiones tendrá el cambio climático para los millones de personas que viven en la costa en todo el mundo, una pregunta cuya respuesta puede estar en el pasado: La última vez que la Tierra tuvo la temperatura actual, el mar subió unos ocho metros.
El Servicio Geológico de Estados Unidos está recabando datos sobre fósiles marinos de todo el mundo para conocer qué puede pasar si el calentamiento global derrite las masas de hielo que hoy cubren la Antártida y Groenlandia, en un estudio internacional en el que solo participa un científico europeo: el profesor de Biología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Joaquín Meco.
Y esos registros fósiles apuntan en la misma línea: existen restos de corales y moluscos en distintos continentes a cotas situadas entre ocho y 24 metros por encima del nivel actual del mar.
En el caso de España, el Servicio Geológico estadounidense se ha fijado en Canarias porque en dos islas (Gran Canaria y Fuerteventura) hay capas con fósiles que acreditan los dos últimos momentos de mayor subida de los océanos entre glaciación y glaciación: hace 481.000 y 130.000 años, respectivamente.
Meco ha explicado a Efe que si la historia del planeta se examinara a través de una gráfica de temperaturas, esos dos momentos del Cuaternario serían los únicos que mostrarían picos por encima de los niveles medios que hoy marcan los termómetros en todo el mundo.
Este investigador, que lleva toda su carrera trabajando en el estudio de los paleoclimas marinos, subraya que para que todos los océanos del mundo se situaran hace 130.000 años unos ocho metros por encima del su nivel actual, tuvieron que fundirse todos los hielos de Groenlandia y una parte de la Antártida.
Esa referencia, añade, puede arrojar luz sobre el desastre que puede provocar el cambio climático si prosigue a su ritmo actual, porque en el pasado geológico de la Tierra no hay ningún otro momento en temperaturas que se parezca más al presente que el periodo interglacial ocurrido entre hace 130.000 y 120.000 años.
Con una salvedad, apunta. Entonces, los océanos, los grandes reguladores del clima, estaban unos tres grados de media más calientes, como acreditan de nuevo la presencia de fósiles de fauna marina propia de aguas calientes del Golfo de Guinea en Canarias e, incluso, en latitudes más al norte, en el Mediterráneo.
El proyecto del Servicio Geológico de Estados Unidos con el que colabora Meco ha calculado cuánto subiría el mar si se derritieran todos lo hielos que cubren la Tierra: solo los glaciares del Himalaya, los Alpes, los Andes y otras grandes cordilleras tienen agua suficiente para elevar los océanos medio metro.
Si los hielos de Groenlandia se fundieran, todos los mares del planeta crecerían otros siete metros y, si se derrite la Antártida, los océanos subirían de golpe 55 metros más (una altura equivalente, por ejemplo, a la del Coliseo de Roma).
¿Puede ocurrir algo así? Los científicos no tienen duda de que puede pasar, lo que no saben es cuánto se van a derretir las distintas capas de hielo del planeta y a qué velocidad.
A aquellos a los que una subida de los mares de casi 65 metros les parezca una exageración, Joaquín Meco les recuerda que su nivel ya se la elevado 120 metros desde la última glaciación, ocurrida hace bien poco, 20.000 años, cuando el Homo Sapiens empezaba a pintar los techos de la cueva de Altamira.