Menos conocidas que las participaciones preferentes, las cláusulas suelo o los denominados contratos de permuta financiera o swap, las hipotecas multidivisas se han convertido en un nuevo frente de batalla contra los abusos bancarios en los tribunales españoles. Recientemente, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de La Orotava (Tenerife) ha fallado a favor de un usuario que suscribió un préstamo de este tipo con el Banco Popular, al considerar que la entidad financiera le ocultó los riesgos inherentes al producto. En 2007, cuando firmó el contrato, la deuda ascendía a 170.000 euros. Cuatro años después, debido al cambio de divisa del importe de la hipoteca (a yenes), la cifra se incrementó hasta los 230.000 euros. La sentencia obliga al banco a reconvertir el préstamo a una hipoteca tradicional, referenciada en euros, y a restarle esa diferencia (60.000 euros).
Patricia Suárez, presidenta de Asufin (Asociación de Usuarios Financieros), ha explicado este martes en una conferencia en el Club Natación Las Palmas de la capital grancanaria que las hipotecas multidivisas fueron comercializadas de forma masiva por las entidades financieras entre 2007 y 2008 con el aliciente de que la cuota mensual sería más baja porque los tipos de interés de las divisas a las que se indexaba el préstamo (el yen japonés y el franco suizo, principalmente) eran menores que el Euríbor. “Un engaño”, en palabras de Suárez, ya que estos productos llevaban aparejado un riesgo tanto por el tipo de interés (el Euríbor empezaba a bajar en ese momento y el Líbor -referencia para el yen y el franco suizo- “planteaba problemas”) como por las divisas y su evolución, con el euro depreciándose.
La presidenta de Asufin ha relatado que si el euro se depreciaba ante esa divisa indexada, “la deuda podía aumentar hasta un 100%”. Se incrementaba, por lo tanto, el capital y la cuota de estas hipotecas que fueron publicitadas por los bancos entre colectivos con ingresos fijos garantizados (pilotos, controladores, azafatas, bomberos...), pero que se colocaron a usuarios con todo tipo de formación. El producto daba la posibilidad de regresar al euro, pero con esa operación el aumento de la deuda “se consolidaba”.
La Asociación de Usuarios Financieros sostiene que los bancos sabían que el tipo de interés de referencia (Euríbor) iba a bajar y que vendieron las multidivisas porque “querían salvaguardar sus ingresos”. Estas previsiones se las proporcionaba la denominada pantalla Bloomberg, un sistema de recogida de datos de las grandes entidades financieras del mundo (entre ellas el Banco Santander y el BBVA).
“Los bancos repartieron el riesgo de las divisas. No es arbitrario, se basa en previsiones razonables”, ha afirmado Suárez, que lo ha ilustrado con el ejemplo de una hipoteca de 200.000 euros firmada en 2007 y referenciada en yenes. Con la proyección de los valores de la moneda japonesa que contemplaba Bloomberg entonces, ese usuario “hubiera perdido en 2008, en el mejor de los casos, 10.000 euros, y en 2009, 20.000”. “Muchas sentencias hablan de dolo omisivo, porque los bancos ocultaron información”, agrega.
El Banco de España ha reconocido que se trata de un producto complejo y que, por lo tanto, debe ser objeto de una “información exhaustiva” por parte de las entidades, en especial sobre las oscilaciones de las divisas. Según el organismo regulador, los bancos no tienen que hacer énfasis sólo en los efectos positivos de los tipos de interés aplicables, sino también en las consecuencias negativas derivadas de los riesgos que acarrean los mismos.
A este respecto, Patricia Suárez considera que las simulaciones que presentaban los bancos “no eran razonables”, puesto que los clientes “no podían inferir el riesgo que asumían”. Como conclusión, el Banco de España determinó que este tipo de productos eran “contratios a las buenas prácticas y los usos bancarios”, pero dejaba la posibilidad de anular sus cláusulas en manos de los juzgados.
“Remontada” en los tribunales
Entre 2011 y 2012 se presentaron las primeras demandas por las hipotecas multidivisas. Entonces, Asufin sólo ganaba el 36% de los procesos judiciales en los que se embarcaba. “Ahora, estamos de remontada”, ha señalado Patricia Suárez, que ha precisado que en la actualidad la asociación logra resoluciones favorables en nueve de cada diez pleitos.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictó en abril de 2014 una sentencia pionera en la que reconocía, en un caso que afectaba a un matrimonio húngaro, que los préstamos multidivisas eran productos complejos y advertía de que las claúsulas tenían que estar redactadas de forma comprensible y de forma que el cliente fuera capaz de conocer qué riesgos asumía al suscribirlas. Además, defendía que los jueces nacionales debían salvaguardar el contrato, porque si se anula en su totalidad, “el cliente podría salir perdiendo y, por lo tanto, sería disuasorio”. “Hay que eliminar las cláusulas abusivas y mantener el resto”, expone Patricia Suárez.
Ya en 2015, el pleno del Tribunal Supremo falló por unanimidad a favor de los afectados por las hipotecas multidivisas. En su resolución también reconocía la naturaleza compleja del producto y lo definía como un híbrido entre una hipoteca y un derivado financiero. Asufin explica que, como derivado financiero, la normativa aplicable no es la bancaria, sino la MIFID, de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que obliga a realizar un test a los usuarios de este tipo de productos para comprobar que se ajustan al perfil.
Sin embargo, en diciembre de 2015 una nueva sentencia del TJUE, apoyada en las tesis de abogados del Estado de importantes países europeos, estimó que las hipotecas multidivisas no eran un derivado financiero. “Aún así, las cláusulas no superan el control de transparencia, son abusivas”, remarca Patricia Suárez, que asegura que, a pesar de esta resolución, los jueces han seguido dándoles la razón en el 90% de los casos. “Algunos siguen manteniendo que es un derivado financiero; otros, que las escrituras están plagadas de cláusulas ininteligibles, que los usuarios no pueden entender el riesgo que asumen”.
De forma paralela a los procedimientos individuales, Asufin prepara una demanda colectiva contra las hipotecas multidivisas. “Queremos retirar el producto del mercado, que sea ilegal. La batalla va a ser larga”, augura Suárez.