“No se trata de edad, sino de aptitud y voluntad y creo que en eso estoy bien preparada”
Melisa Rodríguez se recoge la melena rubia hacia un lado para evitar que el viento que sopla en la zona de La Puntilla de Las Canteras le tape la vista. Eligió este enclave de la capital grancanaria como punto de encuentro para estar cerca del mar, que según dice, le da sensación de “libertad absoluta”. Si la entrevista hubiera tenido lugar en La Palma, su isla natal, se hubiese desplazado hasta la playa Echentive, que se encuentra próxima a la Fuente Santa, donde desarrolló su proyecto para finalizar la carrera de Arquitectura, tras lo que decidió estudiar un máster especializado en energías renovables.
A sus 28 años, encabeza la lista de Ciudadanos al Gobierno de Canarias, un partido al que diversas encuestas otorgan representación en el Parlamento tras el próximo 24 de mayo y, sin embargo, es una de las grandes desconocidas de las presentes elecciones. Se define como una persona “inquieta, trabajadora y responsable” y a su vez “algo atípica” en el terreno político.
Llega al lugar acordado acompañada por dos personas y subida a unos tacones que hacen juego con su blusa. Muestra un pendiente dorado en el trago de la oreja – seguramente de su propia marca de joyería - y, a pesar del calor y la claridad que refleja el lugar, no se oculta tras unas gafas de sol. Se sienta bajo una sombrilla que el trabajador de un pequeño local de la zona le ha cedido únicamente por representar en las Islas al partido que preside Albert Rivera, con quien mantiene una relación cordial, aunque “obviamente no es mi mejor amigo, porque tampoco lo veo todos los días”. Ante la cámara se muestra cómoda y tras sentarse en una mesa de la terraza, únicamente pide agua.
Pese a ser la más joven de los candidatos a presidir las Islas - de los partidos que tienen posibilidades de entrar en el Parlamento, según las encuestas publicadas - no cree ser la menos capacitada para el puesto. De hecho, rompe una lanza e invita a sus adversarios políticos a hacer público su currículum. Con semblante sereno, mantiene que dirigir el Archipiélago no es un asunto de años, porque “creo que tengo una experiencia ciudadana y profesional que es considerable. No se trata de edad, se trata de aptitud y de voluntad y creo que en eso sí que estoy bien preparada”.
Rodríguez comenzó a pasar la noche electoral pegada al televisor desde muy temprana edad y a seguir los escrutinios con “pasión”, algo poco habitual entre los menores de edad. Sin embargo, su contacto con la política no llegó hasta la universidad, época en que el germen de Ciudadanos comenzó a crecer en Cataluña.
Cuando se enteró de que el proyecto estaba tomando forma en Tenerife decidió afiliarse y poco después ocupó el puesto de coordinadora insular durante un tiempo, hasta que se marchó para terminar su proyecto final de máster. “Ciudadanos no es un proyecto en el que tu llegas, te clavas en un sitio y no te mueves” afirma la candidata, que en los últimos años ha hecho paradas por India y Cabo Verde, donde trabajó en un proyecto de reintroducción y reproducción de la tortuga marina y pasó una de las noches más especiales de su vida acompañando en su proceso a uno de estos reptiles.
De vuelta al Archipiélago, fueron sus compañeros en Tenerife, donde reside actualmente, los que la impulsaron a optar a una candidatura que le “costó muchísimo aceptar”, reconoce. Entre risas recuerda que “estuvieron dos meses llamándome cada día preguntándome, ¿quieres ser mi presidenta?”. Después de rechazar la idea varias veces, llegó un momento en que “quizás por la insistencia, porque el proyecto puede ser - y por qué no - llega un punto en el que o dejas de quejarte y das un paso al frente… y decidí presentarme”.
En referencia a lo que le llamó la atención de Ciudadanos, afirma que nunca se ha sentido identificada con “las políticas obsoletas de izquierdas y derechas o el afán de sectorizar ideologías”. Consciente de la falta de experiencia en el terreno político de los miembros del partido, manifiesta que “lo que nos avala es la experiencia de la ciudadanía, la gente que se tiene que buscar la vida, que, como en mi caso, tiene que emigrar y vuelve porque realmente cree que aquí tiene mucho que hacer”.
Ser candidata “impone”
Rodríguez salió elegida tras un proceso de primarias en el que ganó a su principal contrincante, Manuel Romero, por un voto. “Creo que habrán visto que soy bastante directa, clara, que se me nota que no me gusta lo que hay y que creo en el proyecto”.
En ningún momento llegó a pensar que las encuestas le darían la representación parlamentaria que en la actualidad estiman. Admite que ser candidata al Gobierno de Canarias es algo que “impone, porque yo no soy política, no tengo un bagaje de siete u ocho legislaturas a mis espaldas”. Sin embargo, asegura que esa sensación no la amedrenta, porque “los que se asustan, al final, es que son cobardes y no son conscientes de dónde están”.
La frenética actividad de la campaña la ha obligado a dejar de lado la producción de su marca de joyería contemporánea. Aun así, se muestra positiva y asegura hacer frente a su agenda diaria con una energía que relaciona con la actitud, “si uno se levanta de buen humor por las mañanas y con actitud, la energía viene sola”.
Si bien considera que el mensaje de Ciudadanos está llegando a la población, tampoco desdeña el beneficio que le puede suponer, de cara al voto, contar con poco bagaje histórico en este terreno, porque “hay un hastío hacia lo tradicional, porque en Canarias llevamos con un baile a tres desde hace 20 años y el sentimiento que se ha transmitido a los canarios es el de queja o de victimismo”.
“Llevamos seis meses saliendo a la calle con nuestras camisetas naranjas, que nos hemos comprado nosotros. Que a mi en dos semanas me pongan más decoración electoral que la que ponen en Navidad no tiene sentido”.
Marca blanca o pactos
“El partido no maneja encuestas, porque no tenemos dinero para hacerlas” afirma sin poder evitar una risa, de hecho asegura que “ahora mismo nos autofinanciamos” y que los viajes de campaña que ha hecho a La Gomera y La Palma han salido de su propio bolsillo. “Si voy a Lanzarote, los compañeros ayudan para que vaya, porque yo soy autónoma, tampoco puedo asumir todo el gasto”, añade.
Rodríguez no desmiente si ciertos comentarios que describen a Ciudadanos como ‘la marca blanca del PP’ le molestan y responde que, en su opinión, se trata de “actitudes y argumentos electoralistas puros y duros”, que vienen basados en el “desconocimiento”. Asegura que la formación se sitúa en el centro e ironiza con que “si hablan los de izquierdas, nos dicen que somos la marca blanca del PP y si hablan los de derechas, nos dicen que somos de izquierdas”.
Aunque le gustaría que las formaciones políticas dijeran en plena campaña electoral con qué otro partido formalizarían un pacto de Gobierno, tampoco habla de momento de siglas con las que llegar a acuerdos. Únicamente señala que “no vamos a pactar por ningún sillón y no venimos a desestabilizar a ningún gobierno”.
Lo que sí indica son las líneas fundamentales – de color naranja, por coincidir con el color corporativo - a seguir para llegar a un entendimiento, y esas pasan por la firma de un pacto anticorrupción y el compromiso de adelgazar la administración mediante la eliminación de personal de confianza, ya que “en Canarias padecemos por exceso de asesores de dudosa justificación”.
Una vez alcanzado el Parlamento, apuesta por la visión utópica de trabajar con el resto de partidos, sin importar el color que tengan. “No estoy dispuesta a enfrentarme de una manera directa o agresiva con nadie, ya que resta energía, fuerza y la visión para focalizarme allá donde me tengo que focalizar. Sé que no va a ser coser y cantar”.
Ciudadanos se presenta en ocho municipios de Tenerife, cinco de Gran Canaria, uno de La Palma, Fuerteventura y Lanzarote, cinco cabildos – excepto en La Gomera y El Hierro - y en lista parlamentaria acuden por las siete islas. “Hemos conseguido ser una realidad en todas las islas, pese a que vamos poquito a poco y sin correr”, concluye.