La primera jornada de esta Copa del Mundo de baloncesto no pudo acabar mejor para España. Ante una ciudad entregada a la causa, Granada, la selección no tuvo ningún problema para superar a Irán y seguir aumentando ese ritmo competitivo que tanto reclama Orenga. Y todo esto con las ausencias de los tocados Felipe Reyes y Serge Ibaka. Pese a lo abultado del 60-90 final, nada se le puede reprochar a Irán, cuyos jugadores, especialmente Haddadi y Kamrani, no dejaron de luchar ningún balón como si fuera el último.
Nada tenía que perder el campeón asiático, y ese es precisamente su principal peligro. En ataque tiene un juego excesivamente anárquico, limitados como son ahí sus jugadores, pero en defensa es un equipo físico y rocoso donde los haya. España, como no podía ser de otra forma, empezó el partido cargando el juego sobre los hermanos Gasol, y un mate en ataque de Marc le dio a España su primera renta a favor (6-8), que hasta el final del envite fue aumentado a pasos agigantados.
Cuenta además el grupo nacional con el mejor líder posible, que no es otro Pau Gasol. No entiende el nuevo jugador de los Chicago Bulls de partidos relajados en competiciones oficiales, por lo que estuvo muy metido desde el primer minuto. Pasando, tirando, machacando, reboteando. Hizo de todo, y todo bien (33 puntos, 8 rebotes, 2 asistencias). Un contrataque suyo significó un revelador 9-21, y cuando España parecía dispuesta a marcharse defnitiviamente llegó un triple de Jamshidi para frenar el ímpetu de los nuestros (15-22). Por aquel entonces ya estaba Abrines en cancha, cuya primera canasta con la selección absoluta fue un triple que dejó a España por encima de la decena de ventaja con el 16-27.
Irán, pese a saberse infinitamente inferior a España, conseguía que los de Orenga jugaran con la intranquilidad de saber que algo no iba bien.
Pero claro, cuando las diferencias son tan siderales en todos los aspectos es cuestión de tiempo, como fruta madura que cae, que España reviente el marcador. Los Gasol acumulaban muchos minutos por las ausencias de Ibaka y Reyes, mientras Navarro quiso contradecir a aquellos que afrman que este equipo carece por ahora de un tiro exterior solvente. Ese triple para el 28-45, contestado acto seguido por una acción idéntica de Kamrani, anunció el vendaval que vendría poco después.
Actitud. El 33-48 con el que llegó el partido al descanso ya anunció que se acabó la batalla. Y eso que Irán mostró un ardor guerrero poco común cuando estás perdiendo por tantos puntos de diferencia. Rudy también se desmelenó desde el triple (37-52), igual que Calderòn, que puso la máxima diferencia hasta el momento en el marcador al final del tercer del cuarto (46-60).
Y así fue minando España poco a poco la moral de Irán, al que nunca le faltó empuje. Destacó una vez más la facilidad que tienen los Gasol para entenderse sobre la marcha, desde luego, la mejor noticia para los nuestros es que su auténtico líder, Pau, está muy enchufado. Con él a este nivel todo es posible. En un último cuarto hasta cierto punto soporífero, un triple agónico de Claver le dio a España su mayor ventaja de los 40 minutos, que coincide con el marcador final (60-90).
Ficha técnica
60 - Irán (18+15+17+10): Kamrani (18), Afagh (2), Sahakian (3), Nikkhah Bahrami (9) y Haddadi (16) -equipo inicial-, Arghavan, Yakhchali (4), Kazemi, Zangeneh, Kardoust y Jamshidi (8).
90 - España (27+21+22+20): Pau Gasol (33), Navarro (10), Rubio (3), Llull y Marc Gasol (15) -equipo inicial-, Rudy (12), Rodríguez (6), Calderón (3), Claver (6) y Abrines (2).
Árbitros: Guerrino Cerebuch (ITA), Borys Ryzhyk (UKR) y Yuji Hirahara (JPN). Arghavan fue eliminado por cinco personales (min. 26).
Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada del grupo A de la Copa del Mundo, disputado en el Palacio Municipal de Deportes de Granada, ante unos 7.000 espectadores, casi lleno. Don Juan Carlos presenció el partido desde el palco mostrando su apoyo a la selección española.