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El jefe de mantenimiento en el accidente de Spanair en 2008 niega presiones a los técnicos

Efe

Madrid —

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El jefe de mantenimiento aéreo de Spanair en 2008, Jesús Torroba, ha negado este martes que los técnicos recibieran presiones para hacer sus trabajos durante la revisión del vuelo JK5022 siniestrado en agosto de ese año y que causó 154 fallecidos.

En su comparecencia en la Comisión del Congreso que investiga el accidente de Spanair, Torroba ha considerado que los procedimientos que seguía la compañía eran los adecuados desde el punto de vista de la seguridad, ya que la empresa se sometía a auditorías tanto internas como de otras autoridades y si hubiera habido alguna anomalía se hubiese detectado.

No obstante, tras haber reiterado su pésame a los familiares de las víctimas, el entonces jefe de mantenimiento ha dicho que ante un accidente tan grave “todo el mundo y todas las compañías deben reaccionar”.

Torroba ha explicado que su función se ceñía al mantenimiento en tierra y que se limitaba a organizar y coordinar los trabajos de la base de Spanair en Madrid, al tiempo que ha recordado que el juez levantó su imputación en este caso al no ver responsabilidad alguna con el accidente.

Ha insistido en que eran los departamentos de ingeniería los que consideraban cómo actuar ante una incidencia que se repetía varias veces, como fue el caso del calentamiento de la sonda RAT en tierra o el error en el sistema denominado TOWS, que debería dar un doble aviso de advertencia.

Ha señalado que la avería del calentamiento de la sonda la detectó el comandante y se actuó según la documentación de mantenimiento -MEL- y al final el piloto “siempre tiene la última palabra para decidir si sale o no sale”.

“Se le comentó al comandante y se le propuso una acción y el comandante lo aceptó”, ha dicho.

Ha negado que el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que amenazaba a la plantilla de Spanair aquel año perjudicara a los trabajos de los técnicos de mantenimiento (TMA), que hacían sus labores con independencia y con todas las garantías y todos los medios que tenían disponibles.

“En la parte de mantenimiento no se trabajaba bajo presión y se respetaba al 100% el trabajo. Actuaban con el tiempo que necesitaban y nadie presionaba para nada. En absoluto”, ha reiterado Torroba, que ha reconocido que antes del accidente existieron reportes sobre el calentamiento de la sonda, pero que “nunca” tuvo conocimiento de ese problema hasta después del siniestro.

“Los reportes que hacían los TMAS yo no los veía, se veían en la base de Palma de Mallorca”, ha señalado en varias ocasiones tras incidir en que sus tareas eran las de organizar la base en Madrid y no revisar técnicamente el avión.