En la jornada del sábado de Womad Fuerteventura los artistas canarios, en el concierto de apertura, hicieron sonar algo más que sus timples: las voces contra las prospecciones petrolíferas que el Gobierno Central pretende llevar a cabo frente a la playa del Gran Tarajal – frente a donde están ubicados los escenarios – sonaron más altas y claras que nunca. Fue en el concierto creado para la ocasión por el timplista Germán López, en el que se dieron cita artistas canarios en torno a la música tradicional del archipiélago: “las siete islas gritan juntas en Fuerteventura no queremos petroleras”, lanzaba al público Eduardo Duque, artista de La Gomera, parte del proyecto de López, que subió al escenario a una selección de jóvenes talentos ofreciendo un repertorio de música tradicional renovado y de versiones de grandes éxitos del pop – Black or White de Michael Jackson, por ejemplo – con los que hizo vibrar a los cientos de personas que se acercaban a los alrededores desde primera hora de la tarde.
A continuación le llegaba el turno a la “rumba canaria” de El Vega y la Farraband con títulos tan cercanos como Qué bonita es la vida pa compartirla con la gente, un canto a la amistad escrito frente a una puesta de sol. El cantante grancanario alentó al público a cantar contra las petroleras, un público mayoritariamente adolescente que cantaba todos los temas de la joven banda.
Balcanes, flamenco y lenguas romance
El segundo escenario abría el sábado a las 20 horas con la banda She’Koyokh, cuyos integrantes hacen constar sus orígenes sobre el escenario a través de un auténtico viaje musical capaz de trasportarte de los Balcanes a Turquía con tan solo cerrar los ojos. El flamenco más elegante llegaba directo del frío asfalto neoyorquino, Argentina, joven cantaora referente internacional que fue capaz de hipnotizar a todos. La onubense dedicó sus canciones a todo el público asistente y antes de irse agradeció a Dania Dévora, organizadora del evento, el haber hecho posible este Womad. Por otro lado, la energía de Lo Còr de la Plana sorprendió por su estilo salvaje, divertido y directo justo antes de una de las grandes estrellas de la noche, el del argelino Rachid Taha, quien hizo uno concierto de menos a más rememorando sus grandes temas, algunos de ellos usados como himnos durante la Primavera Árabe.
Todos a la pista
The Correspondents, palabras mayores. Estos dos jóvenes británicos consiguieron convertir la playa del Gran Tarajal en la mayor pista de baile del sur de Europa por una noche. Versiones incombustibles, ritmos frenéticos. Dejaron los ánimos en lo más alto, pero los chicos de La Pegatina tomaron el relevo con una explosión – literal – de confeti y buen rollo. Todos bailando, todos disfrutando, todos con Womad Fuerteventura. En su última canción se soltaron los globos gigantes de no al petróleo que danzaban sobre la cabeza de los asistentes.
La fiesta acabó con una sesión a cargo de D Juan León, quien remezclaba temas tradicionales del folclore canario con música electróniac: buena música para un festival que ha venido para quedarse, sobre todo tras la gran respuesta del público que abarrotó la arena negra de Gran Tarajal.