Irina del Río, correr, sufrir, tal vez ganar

Ángeles Arencibia

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Tres días, 120 kilómetros, el peso de todo lo necesario para sobrevivir en la mochila y las noches en tiendas de campaña. Hablamos de Marathon Des Sables, una modalidad de prueba deportiva que se corre en distintos puntos del globo y que acaba de celebrar la sexta edición de Fuerteventura con ganadora canaria. Irina del Río Vallés (Las Palmas de Gran Canaria, 1988) se colgó el oro femenino, sacó 53 minutos de ventaja a su inmediata seguidora y fue 7ª de la general si contamos también a los corredores masculinos. En total, 105 participantes; 45 de ellos, mujeres.

Del Río, profesional de la educación física y ex futbolista, participa en carreras  desde 2014. Ha hecho todas las transgrancanarias desde 2019 en distintas distancias (fue 5ª canaria en la prueba de 85 kilómetros de este año) y acumula victorias, podios y tops 5 en algunos clásicos de la agenda canaria como Entre cortijos (3ª en 2022), Santa Cruz Extreme  (oro en 2023); Artenara Trail (2ª en 2024) o Neblina Tres Valles de Valleseco (bronce en 2023). 

También ha corrido en los Dolomitas (Lavaredo Ultratrail 2023) y en el Valle de Arán (55 kilómetros en 8 horas), pero nunca se había enfrentado a una prueba tan singular como Marathon des Sables.

“Es una carrera en autosuficiencia, lo llevas todo encima, menos la caseta donde duermes. Cada mañana hay que recoger todo y dejar la caseta vacía. Te dan 5 litros de agua al día para todo, para beber durante la etapa, para cocinar, para lavarte, para lavar tu ropa …”.

La primera etapa fue el lunes 30 de septiembre: 33,6 kilómetros con salida en la playa de Majanicho y meta en Esquinzo, donde se instaló el vivac. Nuestra protagonista empleó 3 horas y 55 minutos en completar la etapa no sin su buena dosis de sufrimiento debido a un fallo en el ajuste de la mochila que le provocó heridas en los hombros. Preguntas como dónde estoy o dónde me he metido rondaron por su mente mientras sumaba kilómetros, pero acabó esta primera etapa en tercera posición, a 17 minutos de la primera y a solo 20 segundos de la segunda. 

Esa noche durmieron por primera vez en las tiendas de campaña dispuestas por la organización en Esquinzo, con los sacos de dormir que cada uno cargaba en su mochila.

“Es una experiencia dura, porque no tienes nada de confort, dormimos prácticamente sobre piedras y ese día nos levantamos a las 4 de la mañana porque empezábamos a correr a las 6:00”. 

La segunda etapa fue una circular con salida y meta en Esquinzo: 57 kilómetros de recorrido y casi mil metros de desnivel.  “Llevo tantos años corriendo que nada más empezar ya sabía que iba a tener un buen día. Me gusta correr de noche y sabía que tenía dos horas de oscuridad: me concentré en ir a mi ritmo y las piernas respondieron”. 

Resultado: llegó en cabeza con 27 minutos de ventaja sobre la primera líder de la carrera, que ahora era segunda.

El miércoles fue jornada de descanso sin salir del vivac, y el jueves hubo que madrugar un poco más para afrontar la tercera y última etapa. A las 3:30 am se tocó a diana porque la salida de la última etapa estaba en la playa de Sotavento, al otro extremo de la isla, y llegar hasta allí requirió de una hora de guagua. 

La última etapa transcurrió entre dunas y pistas de tierra. Un tramo de 29,3 kilómetros de recorrido, 587 metros de desnivel y arena.

“Fue duro porque apretó el calor. Cuando corres por dunas vas a un ritmo más lento, hay mucha cantidad de arena y ya vas con ampollas en los pies, pero el paisaje lo compensaba todo. En los últimos 10 kilómetros sabía que tenía mucho margen y me dediqué a disfrutar”.

Irina del Río entrena fuerza tres días a la semana y hace una media de 130 kilómetros entre carrera y bicicleta para poder afrontar sus desafíos. El próximo será la prueba reina de la Transgrancanaria (126 kilómetros de distancia y 6.800 metros de desnivel), y confía además en poder correr el Ultra Trail de Chamonix (Francia), la carrera más famosa del calendario mundial, tan solicitada que, como pasó con las entradas de la última gira de Taylor Swift,  para inscribirse primero hay que ganar la opción en un sorteo.

Corredores y corredoras de distintos países europeos, pero también de Canadá, México o Estados Unidos, con diferentes motivaciones, edades y preparación, participaron en el Marathon des Sables de Fuerteventura, ejemplo superlativo del nuevo turismo deportivo.

“En carrera los momentos malos te hacen más fuerte, tienes que decirte venga, venga … pero yo preparo mi cuerpo para estos esfuerzos, lo admirable son personas que tardaban el triple y que llegaban tardísimo al vivac para prácticamente dormir unas horas y tener que volver a salir”.