¿Cuándo empezaste a dibujar?
He estado dibujando desde que tengo uso de razón. Tal y como te comenté en Å-fest -celebrado en Porvoo el pasado 9 de febrero- soy una niña de la época pre-Internet que creció en un pueblecito rural de Finlandia. Eso significa que mis opciones de entretenimiento eran mucho más limitadas que las que tienen los niños hoy en día. Además, tampoco es que se me dieran muy bien los deportes, por lo que prefería quedarme en casa leyendo y dibujando. Creo que los niños, normalmente, dibujan mucho durante un tiempo, pero luego lo dejan. En mi caso, nunca les he dado un descanso a los diferentes utensilios que uso para dibujar. Puede que también influyera el hecho de recibir halagos por mis dibujos, o que a mi mejor amiga le encante dibujar… Me encantan los cómics y la fantasía en general. El aspecto visual de las cosas siempre ha sido muy importante para mí en mi vida al igual que para otra gente lo es la música o los deportes.
¿Cuáles son tus influencias principales?
¡Hay tantas que no sé por dónde empezar! Mi madre nos leyó, como cuento antes de irnos a dormir, a mí y a mis hermanas de pequeñas, El Señor de los Anillos y eso me marcó profundamente. No exagero, creo que ese libro me definió, me hizo ser quien soy. Durante toda mi etapa de Primaria quise ser un elfo y pasaba las horas dibujando cosas del mundo que describiera Tolkien. Otra gran influencia, a nivel estético, es Elfquest, de Wendy Pini. Me entretuve horas interminables copiando su trabajo y creando mis propias tribus elfas en Primaria. Creo que su influencia se deja notar incluso en mis dibujos de hoy en día. Pini, por su parte, se basaba mucho en manga y, aunque a mí también me llamaba la atención, en los años noventa del pasado siglo, en Finlandia era prácticamente imposible conseguir leer manga. Sin embargo, sí que había videocasetes de anime, que coleccionaba compulsivamente, tales como Ginga Tetsudou 999 o Galaxy Express 999, basado en el manga de Matsumoto Leiji, y OVAs de Devilman, a partir del manga de terror de Nagai Gou.
Así que, aparte de elfos, también me pasé muchos días dibujando monstruos y dragones, temas que me gustaron desde muy pequeña.
Una vez crecí, considero que la influencia de manga fue mucho más patente -además de que me era mucho más fácil tener acceso a las producciones venidas de Japón- aunque tampoco es que pueda decir que mi estilo sea estereotípico manga. Creo que donde sí se puede notar es en los elementos básicos de las ilustraciones, en el estilo decorativo y una cierta forma de belleza que no es exclusiva del estilo manga. Es más, se puede apreciar en el estilo Art Nouveau o en el estilo Prerrafaelita, que también admiro profundamente. Puede que, además, también se vea algo de manga en mi estilo por la violencia estética, dado que ésta también está presente en el estilo manga además de en el cine venido desde Japón. Existe un estilo artístico llamado Erótico-grotesco, originario de ese país asiático, del que debo admitir mis ilustraciones beben mucho.
Además, hay otros autores japoneses cuyas obras me han marcado profundamente. Puede que, de la lista, Amano Yoshitaka esté el primero, con sus increíbles líneas expresivas. Lo admiro, pero creo que nunca podré llegarlo a emular, pues mi estilo se centra más en los detalles. Después se encuentran Kojima Ayami y Yamamoto Takato -éste con su estilo Erótico-grotesco- y de un tiempo a esta parte he estado alucinando con los mangas de los años setenta destinados a un público femenino, sobre todo los de Hagio Moto y Takemiya Keiko. Me parece increíble la forma en que estos creadores rompieron con la estructura tradicional de contar historias para ofrecer al lector argumentos poéticos y melodramáticos que saltan de una página a otra.
¿Por qué le confieres a tu obra tal cantidad de detalles? ¿Cuánto tardas en terminar una ilustración?
Creo que tengo un poco de pánico a dejar demasiado espacio libre en mis ilustraciones, y por ello necesito llenar el papel de tantos detalles. Es más, me siento gandula, como que no he hecho mi trabajo, si dejo mucho espacio en blanco. Por supuesto que tengo claro que dejar que el papel respire no es ningún signo de no querer realizar una buena labor, pero la psique es más fuerte y, por ello, son muy pocas las veces que consigo minimizar los detalles en mis ilustraciones. De alguna manera me convenzo a mí misma de que el esfuerzo que supone incluir todos esos detalles demuestra la validez de la ilustración, o por decirlo de otra forma, que si no me pasara tanto tiempo dibujando el resultado final no merecería la pena mostrarlo en Internet, imprimirlo o venderlo… Dicho esto, también hay que añadir que, desde bien pequeña, me han gustado los estilos artísticos donde predominan los detalles. Art Noveau, el estilo Prerrafaelita y la ilustración clásica de fantasía, todos ellos cargan las tintas con los detalles. Me encantan esas piezas de arte que desvelan sus secretos poco a poco, en las que realmente te tienes que fijar para entender qué están contando, y las obras que contienen objetos escondidos en su decoración me apasionan.
Si nos fijamos en los trajes típicos tradicionales, en el mobiliario antiguo y en los objetos diarios de diferentes grupos étnicos venidos desde cualquier rincón del planeta, se observa claramente que están decorados de forma exquisita, con un alto nivel de detalles. El añadir detalles en abundancia a mis obras ayuda, pues, a conferir una cultura a las criaturas que dibujo y paso mucho tiempo pensando en cómo la cultura, la decoración y lo simbólico se pueden transmitir en una ilustración a través de lo visual. Tan solo después de la época postindustrial occidental se aprecia ese cambio de mentalidad; es decir, de adornar los objetos cotidianos y la ropa de los seres humanos, confiriéndoles singularidad y significado a los mismos, a la producción en cadena masiva de objetos y ropa sin pensar en la decoración.
Mi forma de trabajar es lenta y puedo tardar varias semanas en completar una ilustración una vez he empezado. Por supuesto, dado que tengo otras cosas que hacer, y es bueno dejar una ilustración descansar y retomarla con ojos frescos, tampoco me dedico a ello todos los días. En un buen año consigo terminar una gran ilustración al mes.
¿Qué técnicas utilizas?
Tengo dos modalidades ahora mismo. La que más utilizo es un proceso de múltiples partes donde esbozo, primero, a lápiz, luego utilizo herramientas digitales -son geniales para probar diferentes composiciones- y una vez estoy satisfecha dibujo la ilustración a mano, con lápiz. Muchas veces también la entinto y uso lápices para sombrear. La pieza original suele ser de tamaño A3, y para las composiciones más grandes dibujo en varios papeles y los combino de forma digital. Una vez que se ha hecho el esbozo lo escaneo por piezas, las combino, limpio el dibujo y le añado color, ya sea a mano o de forma digital. Con el paso de los años este último paso ha tenido más importancia y, ahora, considero que añadir el sombreado a mano se ha vuelto obsoleto, puesto que también uso las herramientas digitales para sombrear.
Aquí dejo un enlace para que se vea cómo trabajo. http://haltijakapala.blogspot.com/2016/12/ninavel-progress-animation.html
Otra técnica de la que también hice uso mucho, pero que ahora tan solo la aplico de vez en cuando es pintar con acuarelas y ayudarme de tintas de color y pintura acrílica blanca. Me encanta utilizar acuarelas, pero, si lo comparo con las herramientas digitales, se trata de un proceso que lleva al ataque de nervios. Con las herramientas digitales un error se puede corregir fácilmente, con las acuarelas, mejor lo dejamos… Es por ello que me he pasado más al dibujo digital.
¿Prefieres la nueva tecnología a la hora de trabajar o eres más de la vieja escuela?
Debo confesar que me he pasado poco a poco hacia la nueva tecnología, aunque hay muchos elementos tradicionales en mis ilustraciones. A modo de ejemplo, soy un desastre para dibujar de forma digital. Si quiero hacer algo que merezca la pena debo dibujar a mano. Sé que, como todo, con práctica mejoraría, pero no tengo claro si eso es algo que quiera hacer. Siento como que mis ilustraciones tienen una profundidad añadida debido a que las dibujo a mano, aunque eso me suponga más horas de trabajo para mí de forma considerable. Además, hay muchísimos virtuosos en el campo del dibujo digital que no quiero ni empezar a pensar en competir con ellos… Puede ser que me encuentre sentada, en medio de esta división de áreas, sin querer tomar partido por ninguna.
¿Cuáles son tus temas preferidos?
El legado de Tolkien es muy recurrente, por lo que mis temas preferidos son más de tipo fantástico. No es raro ver criaturas con orejas puntiagudas aparecer en mis ilustraciones… He creado un mundo fantasmal propio, que suelo ilustrar en casi todo lo que hago, por lo que puedo decir que cada ilustración tiene una historia detrás, aunque a primera vista eso no se aprecie. Estoy tratando de cambiar en cuanto a presentar simplemente personajes a una composición más elaborada, cosa que solía hacer hace unos seis años, pero, de alguna forma, me pasé a presentar imágenes estáticas sin darme cuenta.
Me gusta dibujar pelo largo, movido por el viento, y alas, pues encuentro que estos elementos son relajantes, y también me gusta pensar en los elementos decorativos de las vestimentas y los entornos en los que sitúo a los personajes.
¿Has dibujado alguna vez una historia gráfica? ¿No solamente ilustraciones, sino con una historia?
¡Sí! He auto-publicado tres cómics hasta ahora. Dos de ellos, hace diez años, se han agotado. Una vez publiqué esos dos empecé a estudiar en la universidad, por lo que hubo un largo hiato. Esos dos de los que hablo fueron las dos primeras partes de la historia que comenté en la pregunta anterior y, vistos con el paso del tiempo, debo admitir que no están muy bien… ¡Era demasiado joven! Ahora he tenido diez años para perfilar y retocar la historia, por no hablar de mi estilo, así que estoy trabajando en ello. Mi idea es presentar un cómic de verdad, de forma online, no una cosa ridícula hecha por una adolescente imberbe.
El tercer cómic se publicó en el año 2017. Se trata de un libreto en formato acordeón en el que expongo un argumento cíclico, no lineal. También se trata de la misma historia, pero en un momento espacio-temporal más mítico y abstracto. No tengo ni idea de cuánta gente pudo leerlo, pero me lo pasé genial haciéndolo. Aquí dejo una pequeña introducción, que aparece en mi blog: http://haltijakapala.blogspot.com/p/feather-scale.html
Me interesa muchísimo contar historias de forma gráfica, a pesar de que, por mis estudios universitarios, me he pasado muchos años haciendo ilustraciones. Hacer un cómic requiere disponer de mucho más tiempo, tiempo que no tenía. Por fin he terminado mis estudios, en la primavera pasada, por lo que ya puedo dedicarme a ello.
¿Si alguien estuviera interesado en pedirte una ilustración, qué debería hacer?
Tan solo he hecho un par de ilustraciones por encargo, pero siempre estoy dispuesta a oír proyectos e ideas interesantes. Nunca se me ha pasado por la cabeza ser una ilustradora en el sentido tradicional; es decir, alguien que hace visual las ideas de otras personas, o que cambia su estilo para adecuarse a lo que un cliente requiere, pero si mi estilo es lo que atrae a alguien, entonces sí que me puede interesar la propuesta.
Para ponerse en contacto conmigo lo mejor es a través de mis cuentas en las redes sociales o por email. Intento leer y responder a todos los mensajes que recibo. De igual forma, si estoy en un evento y alguien interesado me ve, por favor, que se acerque, diga hola y que me cuente su idea.
Para más información, por favor, consulte el siguiente link: http://haltijakapala.blogspot.fi/
© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2019
© Haltijakäpälä, 2019
Traducción:
© Elena Santana Guevara, Helsinki, 2019