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MUCHO MÁS QUE UN ICONO

En cambio, si les digo que les voy a hablar de Barbie, seguro que les sonará más, sobre todo porque Barbie es, con permiso de las muñecas que se fabrican por Famosa Comercial -en la localidad alicantina de Onil- la muñeca más famosa de cuantas han irrumpido en la cultura popular contemporánea. Su impronta y legado hace ya décadas que sobrepasaron el ámbito del juguete original -presentado, éste, en la Feria Internacional de juguete de Nueva York, un nueve de marzo del año 1959- para convertirse en un icono, rodeado tanto de una merecida fama, como de esa turbia escala de grises que acompaña a un producto tan recurrente y difundido como lo es dicha muñeca.

Sin embargo, su misma creación, de la mano de la emprendedora y visionaria creadora Ruth Mosko Handler (1916-2002) ha terminado por resultar todo un alegato contra el encasillamiento al que se lleva sometiendo al sexo femenino desde tiempos inmemoriales. Y si bien es cierto que el cuerpo de Barbie, dotado de unas medidas anatómicas de difícil traslación en la realidad, siempre han sido fruto de controversia -medidas que, en realidad, venían dictadas por la muñeca alemana Bild Lilli, la cual sirvió de fuente de inspiración original-, no es menos cierto que la principal motivación de su creadora fue ofrecerles a las niñas una herramienta para que éstas pudieran soñar con quien querían ser cuando llegaran a la edad adulta.

Barbie empezó siendo una muñeca circunscrita al escenario más convencional, una mujer con los atributos, la forma de vestir y el recato de finales de los años cincuenta y principios de los sesenta, aunque su “look” ciertamente sofisticado también bebía del glamour de las grandes actrices de la década anterior, sobre todo de Marilyn Monroe, Rita Hayworth y Elizabeth Taylor. En aquellos momentos, donde el movimiento para la liberación de la mujer empezaba a dar sus primeros pasos -gracias a Comité Presidencial sobre el status de las mujeres (President's Commission on the Status of Women), impulsado por la administración de John F. Kennedy- Barbie empezó ya a despuntar por encarnar roles que siempre solían ser representados por varones, saliéndose, con ello, de los patrones marcados por la sociedad de su época.

Y el mejor ejemplo de todo esto fue la Barbie Rocket Scientist, comercializada en 1965, una muñeca que seguía la estela dejada por la piloto, ingeniera y cosmonauta soviética Valentina Vladímirovna Tereshkova quien, en 1963, completó 48 órbitas alrededor de la Tierra a los mandos de la nave Vostok 6.

Tal osadía -más si se tiene en cuenta la involución social que, luego, sacudió a los Estados Unidos de América cuando Richard Nixon llegó al despacho oval, cuatro años después del lanzamiento de la muñeca en cuestión- fue solamente un aviso de todo lo que llegaría después. Baste con citar las siguientes profesiones que Barbie desempeñó, además de modelo de alta costura y/ o diseñadora de modas -consideradas, éstas, como las dos primeras ocupaciones de la muñeca creada por Ruth Mosko Handler- para entender lo anteriormente dicho.

La lista empezaría con Barbie ejecutiva de una empresa, Barbie tripulante de cabina de pasajeros, Barbie bailarina de ballet profesional, Barbie profesora, Barbie enfermera, Barbie cirujana, Barbie deportista y atleta olímpica o Barbie cantante, sólo por citar aquellas profesiones que desempeñó durante sus dos primeras décadas de existencia, cuando el papel de la mujer seguía estando circunscrito a unas áreas muy determinadas del mercado laboral.

Con el paso de las décadas, Barbie se ha puesto a los mandos de un avión, tanto civil como militar, ha sido policía -y policía montada del Canadá-, bombero, jugadora de baseball profesional, veterinaria, piloto de la NASCAR automovilística, embajadora de la UNICEF, chef e, incluso, superheroína y candidata presidencial en cuatro ocasiones distintas. Todas estas profesiones son las mismas a las que, hoy en día, una niña puede llegar a optar, llegado el momento, y demuestran que la idea original de Ruth Mosko Handler no iba nada desencaminada, tal y como la historia se ha encargado de atestiguar.

Otra cosa bien distinta es el espíritu mercantilista que siempre ha motivado la mayoría de las acciones de la compañía que la comercializó, Mattel, Inc., creada en 1945 por Harold Matson, Elliot y Ruth Handler. Ejemplos de la mala praxis empresarial que ha rodeado la historia de la muñeca los hay de todos los “tipos y colores”, pero, en su mayoría, responden a esa falta de perspectiva que termina por rodear a un producto que mantiene una posición incontestable de privilegio en un mercado tan terriblemente exigente como lo es el mercado del juguete. Por dicha razón, Mattel, Inc. ha comercializado productos que bordeaban la discriminación racial, sexual o intelectual de las mujeres sin ser del todo conscientes, sobre todo a tenor de las paupérrimas respuestas que dio la compañía en aquellos casos en donde se vio inmersa en algún tipo de controversia relacionada con la muñeca.

Otra cosa es el estereotipo femenino que la muñeca se ha encargado de propagar en todos estos años, el cual también ha servido, por otro lado, para que otras compañías, tales como Lammily doll hayan comercializado una muñeca que sí respeta las proporciones reales de una mujer, en contraposición al idealizado producto de la multinacional norteamericana.

Sea como fuere, y tras más de cinco décadas, la muñeca, su historia y su influencia han sido merecedoras de ocupar su lugar en el concepto de museo contemporáneo y de ahí que, ahora, el Museo Nacional Finlandés -Kansallismuseo- (Mannerheimintie 34. Tel. +358 295 33 6000. kansallismuseo@kansallismuseo.fi) albergue desde el próximo viernes día 27 de abril y hasta el 26 de agosto, la exposición Barbie The Icon, exposición comisariada por Massimiliano Capella, autor del libro que hace las veces de extenso catálogo ilustrado, cuya edición se puede encontrar ya en las instalaciones del museo.

Barbie The Icon se presentó en el Museo della Culture de Milan (MUDEC) en octubre del año 2015 y tras un largo periplo por diversas ciudades europeas llega hasta la capital finlandesa para mostrarnos que aquella muñeca comercializada a finales de los años cincuenta del pasado siglo XX pasó de ser un mero juguete y se convirtió en una herramienta que ayudó a que varias generaciones de niñas soñaran con quienes querían llegar a ser cuando fueran mayores, sin importar los corsés impuestos por la sociedad imperante en aquellos momentos.

© Eduardo Serradilla Sanchis, 2018

Barbie the Doll © 2018 Mattel. All Rights Reserved.

En cambio, si les digo que les voy a hablar de Barbie, seguro que les sonará más, sobre todo porque Barbie es, con permiso de las muñecas que se fabrican por Famosa Comercial -en la localidad alicantina de Onil- la muñeca más famosa de cuantas han irrumpido en la cultura popular contemporánea. Su impronta y legado hace ya décadas que sobrepasaron el ámbito del juguete original -presentado, éste, en la Feria Internacional de juguete de Nueva York, un nueve de marzo del año 1959- para convertirse en un icono, rodeado tanto de una merecida fama, como de esa turbia escala de grises que acompaña a un producto tan recurrente y difundido como lo es dicha muñeca.