La portada de mañana
Acceder
Gobierno y PP reducen a un acuerdo mínimo en vivienda la Conferencia de Presidentes
Incertidumbre en los Altos del Golán mientras las tropas israelíes se adentran en Siria
Opinión - ¡Con los jueces hemos topado! Por Esther Palomera

La arrolladora victoria de los demócratas fuerza el cese de Rumsfeld

Los demócratas lograron una victoria arrolladora en los comicios legislativos de EEUU con un mensaje de cambio en Irak y del fin de la corrupción en el Congreso, y forzaron este miércoles la dimisión del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.

Los demócratas ganaron todo lo que podían ganar en las elecciones del martes, a excepción del Senado, donde todo depende de quién se lleve las ajustadísimas elecciones en Virginia, donde podría haber un nuevo recuento de votos.

El presidente de EEUU, George W. Bush, admitió en una rueda de prensa su “decepción” por la victoria demócrata y aceptó que comparte “una gran parte de la responsabilidad” en la derrota republicana.

“Irak ha tenido mucho que ver con el resultado de las elecciones”, reconoció Bush, quien dijo haber aceptado la dimisión del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.

Rumsfeld ha sido el principal artífice de la invasión y la ocupación de Irak, y los demócratas han pedido reiteradamente su cabeza por el empeoramiento de la situación en ese país.

Horas antes del anuncio de Bush, la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, insistió en una rueda de prensa que debía haber un cambio de liderazgo en el Pentágono.

La caída de Rumsfeld es un reconocimiento de que los votantes han penalizado a los republicanos por la política del Gobierno en Irak y de que el balance de poder en Washington ha cambiado, según los analistas.

Su desencanto con la situación en el país mesopotámico, confirmado en todas las encuestas, ha resultado en un vuelco radical en el Congreso y ha dado además a los demócratas la mayoría de los puestos de gobernador del país por primera vez desde 1994.

El partido de la oposición se llevó la Cámara de Representantes con holgura. Necesitaban robarles a los republicanos quince escaños para ganar la mayoría y lograron 27, con 12 puestos aún por decidirse.

Una mujer al frente de la Cámara Baja

Este resultado ha superado las propias expectativas de los demócratas y catapultará a Pelosi a la presidencia de ese órgano, que ocupará una mujer por primera vez.

En el Senado, la batalla por el poder se libra aún cuerpo a cuerpo. Los demócratas les han arrebatado a sus contrincantes cinco escaños adicionales, con el último, de Montana, decidido más de 12 horas después del cierre de las urnas por algo más de 3.000 votos.

Con ello, los demócratas han logrado, como mínimo, un empate en el reparto de asientos en la cámara alta, ya que dos independientes han prometido votar con ellos.

La pieza determinante del puzzle de poder del Senado es Virginia, donde el demócrata Jim Webb le saca una ventaja de casi 7.000 votos al republicano George Allen, con el 99 por ciento de las papeletas contabilizadas.

Webb se declaró vencedor en la madrugada, pero Allen no reconoció su derrota y podrá pedir un nuevo recuento, pues el margen de diferencia no llega al 1 por ciento de los más de 2,3 millones de votos recogidos.

A falta de ese resultado, los demócratas cuentan con 48 miembros en la Cámara Alta, mientras que los republicanos tienen 49. Además, desde enero habrá dos independientes, que los demócratas cuentan como suyos a la hora de votar.

Si al final hay un vuelco en Virginia y Allen gana, ambos bloques tendrían 50 senadores en sus filas.

En ese caso, el vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, en virtud del cargo de presidente del Senado que le reserva la Constitución, rompería el empate en las votaciones, por lo que los republicanos mantendrían la voz cantante en esa cámara.

Donde está confirmada la mayoría demócrata es en los palacios de los gobernadores del país. El martes se elegía a los gobernadores de 36 de los 50 estados y los demócratas se llevaron 20 puestos.

Con ello, el partido del burro, su mascota, acumula 28 gobernadores, que son puestos que les dan control sobre el presupuesto de los estados y otros temas de impacto nacional.

Además, son una buena plataforma para lanzar candidatos a la presidencia, como atestiguan Bush, que fue gobernador de Texas, y su antecesor, Bill Clinton, que lo fue de Arkansas.