Mauritania y Marruecos con la ayuda de franceses y los estadounidenses están aumentando la vigilancia en el norte de Mauritania y el Sáhara Occidental para evitar la presencia de grupos terroristas en la zona.
El asesinato de cuatro franceses en navidad pasado en el norte de Mauritania y el ataque contra la embajada israelí en Nouakchott la semana pasada y la reivindicación de la organización Al Qaeda de los dos atentados ha llevado a los servicios secretos de la zona, además de los occidentales, a temer lo peor: el ataque contra la navegación en las aguas de África Occidental, las mismas que bañan Canarias.
Ya el Pentágono alertó de este peligro en el verano pasado cuando un grupo de expertos militares visitaron la zona a raíz de los informes que confirmaban que Al Qaeda está consolidando su presencia en el noreste de Mauritania, una zona estratégica que une Marruecos, Argelia y Malí.
La conclusión fue que la débil marina de Mauritania es incapaz de detectar a los terroristas en caso de que decidieran atacar a un barco en las aguas internacionales o las propias mauritanas.
La prensa marroquí y sobre todo el periódico Assabah aborda la lucha contra el terrorismo en el norte de Mauritania, señalando que Rabat fue la primera en plantear la necesidad de controlar las fronteras entre el Sáhara y Mauritania y la prohibición de la venta de armas en la zona.
Actualmente y según la propia prensa marroquí la vigilancia es extrema en dicha zona, patrullas marroquíes y mauritanas con el apoyo logístico de los franceses y los estadounidenses están rastreando la zona en busca de los presuntos terroristas que podrían camuflarse de inmigrantes ilegales.