BERLIN, 28 (Reuters/EP)
El balance de víctimas de la tragedia del pasado sábado en el festival Love Parade, en Duisburgo, aumentó a 21, tras la muerte de una joven de 25 años que resultó herida en la estampida en la que también fallecieron dos españolas.
Entretanto, los alemanes siguen tratando de entender cómo se produjo la tragedia, sobre todo teniendo en cuenta que, según la Policía, las autoridades locales ignoraron las advertencias de que Duisburgo, de 500.000 habitantes, era una localidad demasiado pequeña para albergar al millón de asistentes que se estimaban acudirían al festival. Mientras, los organizadores acusan a la Policía de permitir que entraran demasiadas personas en la viaja estación del tren donde se celebraba el Love Parade.
“Esta es una tragedia que ha disgustado mucho a la gente en toda Alemania”, reconoció el portavoz del Gobierno alemán, Ulrich Wilhelm. “Esto va a tener ramificaciones de largo alcance”, añadió. La canciller, Angela Merkel, interrumpirá sus vacaciones estivales para asistir al funeral que se celebrará el sábado en Duisburgo.
Un alto cargo policial en Renania del Norte- Westfalia, Dieter Wehe, prácticamente rompió a llorar en una rueda de prensa esta mañana, cuando informó a los periodistas de que las víctimas murieron asfixiadas.
El alcalde de Duisburgo, Adolf Sauerland, ha sido uno de los principales blancos de las críticas desde el sábado. Según afirma hoy el diario 'Bild', ignoró las advertencias de las agencias de planificación de la ciudad, la Policía y el departamento de bomberos.
Sin embargo, Sauerland niega cualquier negligencia y asegura estar cooperando con la investigación que están llevando a cabo los fiscales. En declaraciones al 'Westdeutsche Allgemeine Zeitung', aseguró que no dimitirá porque eso equivaldría a admitir su responsabilidad en lo ocurrido. “Tengo que seguir adelante”, afirmó.
El alcalde, que fue insultado y agredido por algunas personas cuando intentó colocar algunas flores para las víctimas en el lugar de la tragedia el domingo, no asistirá a la ceremonia del sábado porque no quiere herir los sentimientos de las familias, explicó su portavoz.
Mientras, numerosas personas se acercaron nuevamente hoy al lugar para depositar flores y velas en memora de las víctimas, algunos de ellos tratando de contener el llanto. Una pancarta en el túnel que daba acceso al recinto reza: “24 de julio de 2010, nada volverá a ser lo mismo nunca”.