RÍO DE JANEIRO, 23 (EUROPA PRESS)
Las autoridades brasileñas temen que surjan brotes de enfermedades infecciosas en las zonas afectadas por las inundaciones de los estados orientales de Alagoas y Pernambuco, que hasta el momento han dejado un saldo de 41 muertos, cientos de desaparecidos y 115.000 personas cuyos hogares han quedado destruidos.
El coronel Jorge Vianna, responsable del establecimiento de un hospital militar de campaña en Pernambuco, afirma que por el momento se están centrando en tareas de “atención temprana” para evitar que surjan brotes epidémicos de enfermedades como leptospirosis, hepatitis, fiebres, amigdalitis y cualquier tipo de infección.
Debido a lo inaccesible de muchas de las zonas anegadas por las aguas, las aeronaves del Ejército brasileño están teniendo un papel clave en la distribución de ayuda a los damnificados.
Así, helicópteros militares se han encargado de distribuir ayuda en seis condados del estado de Alagoas, mientras que un avión de transporte pesado Super Puma y ocho aeronaves más también contrinuyen a estas tareas.
Para compensar los daños provocados por las inundaciones el Gobierno federal anunció este martes un primer paquete de ayuda para los dos estados afectados de 100 millones de reales (casi 46 millones de euros), la mitad de los cuales ya ha sido enviados a ambos para atender las primeras necesidades de la población.