Belén recibe al Patriarca de Jerusalén horas antes de la Misa del Gallo

Miles de peregrinos y lugareños recibieron este miércoles al flamante Patriarca Latino de Jerusalén, Fuad Twal, en la Plaza del Pesebre de Belén, horas antes de que durante la noche de este miércoles se oficie la tradicional Misa del Gallo en la Iglesia de Santa Catalina.

Bajo un cielo parcialmente encapotado y un tiempo desapacible, la ciudad cisjordana de Belén, cuna del cristianismo, amaneció este miércoles engalanada para recibir al Patriarca y a los numerosos turistas y peregrinos que la convierten, al menos una vez en el año, en el centro del mundo.

Desde primera hora de la mañana se respiraba un ambiente festivo en esta localidad, ubicada en territorio palestino a tan sólo ocho kilómetros de Jerusalén.

Twal, máxima autoridad eclesiástica católica en Tierra Santa, llegó esta tarde procedente de Jerusalén, acompañado por notables de la ciudad y de las localidades de Bet Sahur y Bet Yala, en un viaje de aproximadamente media hora que es toda una tradición, aunque sobre el terreno se demora todos los años.

Y es que para ello, tuvo que cruzar el muro israelí de hormigón que separa ambas localidades, a través de un portón a la altura de la tumba de la matriarca Raquel, que se abre únicamente tres veces al año, todas ellas en las Navidades de las distintos ritos cristianos.

Pesebres de madera de olivo típico de Belén, árboles de Navidad decorados con guirnaldas, bolas ornamentales y figurines de Santa Claus y por supuesto, la tradicional Kefía palestina (el pañolón negriblanco que portaba Yaser Arafat), adornan los comercios de toda la ciudad, que en estas fechas triplican sus ventas.

“Es un día muy importante para nosotros. Un día como hoy recibimos muchos turistas y esperamos que la tónica siga así en los próximos años”, dijo Luna Canavaty, empleada de un comercio de recuerdos e imaginería religiosa.

La procesión del patriarca fue precedida como es costumbre por monaguillos y personalidades de la ciudad, así como bandas musicales de boy scouts, dispuestos para la ocasión con su tradicional uniforme escocés.

Los restaurantes en torno a la Plaza del Pesebre preparan cenas navideñas que rondan los cien shekels (unos veinte euros) e invitan al visitante a acercarse y contemplar los menús típicos palestinos, en los que abundan la carne asada, los pinchos morunos, el humus y las ensaladas orientales.

En esta plaza se arremolinaban la mayor parte de los turistas y peregrinos.

En ella se ubica la Basílica de la Natividad, cuya puerta, de poco más de un metro de altura, obliga al visitante a agacharse, según la tradición, para forzarle a una muestra de respeto hacia el lugar donde la tradición sitúa el nacimiento de Jesús.

La Basílica se alza sobre la conocida como Gruta de la Natividad, donde se halla el pesebre, marcado en el suelo por una estrella de plata de catorce puntas sobre mármol blanco, según una creencia que data del siglo IV.

En la adyacente Iglesia de Santa Catalina ya se ha desplegado la alfombra roja para la tradicional Misa del Gallo de esta medianoche, a la que asistirá el presidente palestino, Mahmud Abás, entre otras personalidades, y retransmitirá para todo el mundo la televisión palestina.

“Visitar este lugar y asistir a la Misa del Gallo es una cosa que cada cristiano desea hacer una vez en la vida”, comenta el guía turístico Naser junto al santuario.

En la céntrica plaza belenita se ha levantado un escenario, en el que por la noche amenizarán la fiesta la Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de Género, de visita por la región.

“En estas fechas se produce un gran incremento del turismo y esperamos llegar al millón de visitantes” durante el año, aseguró en Belén la ministra palestina de Turismo, Julud Daibes.

Estas Navidades se espera la llegada de 60.000 peregrinos para asistir a las misas en Belén y Nazaret, una dinámica de aumento constante del turismo en Israel y los territorios palestinos en línea con la disminución de la violencia tras los años más duros de la Segunda Intifada.

La afluencia aumentará más aún con la visita que el Papa Benedicto XVI efectuará en mayo a Tierra Santa, la tercera de un Sumo Pontífice a la región y confirmada ayer por Twal.

“El Papa es muy esperado en Tierra Santa. Es una visita muy importante para los cristianos palestinos, en particular, y para todos los palestinos, en general”, apuntó Daibes.