LONDRES, 13 (EUROPA PRESS)
El informe sobre armas de destrucción masiva en Irak que hizo público el Gobierno británico de Tony Blair meses antes de la invasión del país árabe había sido elaborado expresamente con el propósito de justificar la guerra, según revela un memorándum de un antiguo jefe de la Inteligencia militar citado por el diario londinense 'The Guardian'.
“Sabíamos en aquellos momentos que el propósito del informe era, precisamente, crear un 'casus belli' antes que establecer cuáles eran las informaciones disponibles de la Inteligencia”, declaró el general Michael Laurie, antiguo director del personal de Inteligencia de la Defensa y, por entonces, responsable de encargar y hacer públicos los informes de los servicios secretos.
Se trata de la primera vez que un alto responsable de la Inteligencia británica contradice las afirmaciones del Gobierno de la época respecto al informe, en particular las propias declaraciones que ofrecieron Blair y su entonces jefe de comunicaciones, Alastair Campbell, cuando se hizo público el informe, siete meses antes de marzo de 2003 y, por tanto, del inicio de la invasión de Irak.
Según el general Laurie, el entonces jefe de la Inteligencia Militar, el mariscal del Aire Sir Joe French, estuvo sometido a fuerte presión durante la elaboración del informe. “No pudimos encontrar ninguna prueba sobre planos, misiles o equipamientos relacionados con armas de destrucción masiva”, aseguró.
Las afirmaciones de Laurie forman parte de los documentos desclasificados por la Comisión Chilcot del Parlamento británico encargada de investigar el papel del Reino Unido en la Guerra de Irak. También incluye informes secretos del MI6 en los que se advertía de los riesgos y de los posibles atentados terroristas a que se enfrentaría Londres en caso de implicarse en el conflicto.
Otro documento recientemente desclasificado ha revelado, según 'The Guardian', que un alto responsable del Ministerio de Defensa de la época, Sir Kevin Tebbit, había advertido en enero de 2003 a su ministro, Geoff Hoon, de que Estados Unidos podría sentirse “traicionado” si su socio británico no apoyaba la invasión.