VENICE (EEUU), 7 (Reuters/EP)
Ingenieros de petrolera británica BP bajaron cuidadosamente el viernes una monumental cúpula sobre el pozo que está realizando un grave vertido de crudo en el golfo de México a raíz de la explosión de la plataforma petrolífera en la que se encontraba hace más de dos semanas.
Si todo sale según lo planeado, la estructura de cuatro pisos de alto redirigirá el flujo de crudo desde casi 1.600 metros por debajo la superficie del mar y lo bombeará a la superficie. No obstante, responsables de BP advirtieron de que no será una tarea fácil porque esa técnica no fue probada a esa profundidad, donde los ingenieros deben guiar a robots subacuáticos en medio de una total oscuridad, fuertes corrientes y alta presión.
Entretanto, manchas de petróleo diluido alcanzaron el jueves las orillas de una cadena de islas frente a la costa de Luisiana. Al menos 5.000 barriles (unos 795.000 litros) se han vertido diariamente en el Golfo desde que la plataforma Deepwater Horizon explotó hace dos semanas, dejando 11 trabajadores muertos.
BP explicó que el contenedor gigante podría estar operativo el lunes. Ayer, el Gobierno federal aumentó la presión sobre BP, y dijo que se asegurará de que la firma cumpla con su responsabilidad en limitar el daño del que podría ser el mayor derrame en la historia de Estados Unidos.
Tras reunirse con ejecutivos de BP en Houston, el secretario del Interior estadounidense, Ken Salazar, dijo que la compañía y sus socios cometieron “varios errores importantes” aunque declinó decir si estos fueron antes o después de la explosión. “Su vida se está jugando en buena parte aquí”, declaró Salazar a la prensa. “¿Están haciendo todo lo posible? Espero que así sea. Quiero asegurarme de que eso esté ocurriendo”, agregó.
Salazar reiteró que el Gobierno estadounidense no entregará nuevos permisos para hacer perforaciones petroleras hasta que un panel interdisciplinario formado por miembros de diferentes agencias estatales entregue un informe al presidente, Barack Obama, el 28 de mayo. Mientras tanto, la actividad en el sector continuará.
El derrame amenaza con producir una catástrofe ambiental en las costas de cuatro estados y ha obligado a Obama a replantearse sus planes para abrir más aguas a la perforación mar adentro.
El crudo pesado permanece lejos de la costa por ahora, cerca al lugar del derrame. Pero el delta del Misisipi, y las islas de Breton Sound y Chandeleur Sound siguen estando amenazadas por la llegada de la marea negra a sus costas en los próximos días, según las autoridades.
Kevin Begos, portavoz de la industria de alimentos marinos en Apalachicola, Florida, dijo que el derrame había afectado al mercado aunque aún no haya llegado el crudo al área. Los pedidos de mariscos y pescado han caído fuertemente, aseguró. “Por el momento se trata más que nada de miedo, porque el petróleo aún no llegó”, dijo Begos.
Algunas aves cubiertas de petróleo, incluyendo pelícanos y un alcatraz, fueron halladas en las islas, indicó Jeff Dauzat, del Departamento de Calidad Ambiental de Luisiana.
M.A. Sanjayan, científico jefe de The Nature Conservancy, sobrevoló el archipiélago y vio “listones y listones” de petróleo anaranjado extendiéndose a lo largo de kilómetros y penetrando las numerosas bahías, canales y entradas de las islas. Desde el aire, dijo, las operaciones de contención del derrame parecen inocuas frente a la magnitud de la marea negra.
Unos 250 botes han desplegado barreras de protección y dispersantes para romper la gruesa capa de petróleo el viernes, aprovechando otro día de condiciones meteorológicas tranquilas.
Para el sábado o el domingo por la mañana, los vientos en la región podrían subir hasta 27 a 37 kilómetros por hora, según un meteorólogo del Servicio Nacional del Clima. Esto haría más difícil los esfuerzos para luchar contra la mancha.