El presidente de EEUU, George W. Bush, envió este lunes al Congreso un plan de presupuesto que prevé que el Gobierno federal gaste 2,9 billones de dólares en el año fiscal que comienza el 1 de octubre. El proyecto contempla un aumento de la dotación para las fuerzas armadas y recortes en otras áreas para lograr el objetivo de eliminar el déficit fiscal del país en el 2012.
La propuesta, contenida en cuatro tomos verdes que llegaron este lunes al Congreso, prevé que las fuerzas armadas reciban alrededor de 710.000 millones de dólares hasta septiembre de 2008.
Esa cifra incluye 93.400 millones de dólares para las operaciones militares en Irak y Afganistán para este año fiscal y 624.600 millones en gastos de defensa totales para el próximo ejercicio, de los cuales 141.700 millones de dólares se usarán para financiar esas operaciones militares.
Los nuevos fondos, más lo gastado ya, pondrán la factura total en Irak, Afganistán y la guerra contra el terrorismo en general en 661.900 millones de dólares, si la legislatura acepta el proyecto de Bush.
El plan también tiene en consideración un aumento de los desembolsos para pagar la ampliación permanente del número de soldados en las fuerzas armadas de EEUU.
En cambio, el plan mantiene que el gasto discrecional -el que no está determinado por ley, sino que depende de la autorización del Congreso- crecerá tan sólo un 1%.
Descontada una inflación del 2,5%, como la alcanzada el año pasado, significará un recorte en términos reales de los desembolsos para programas de vivienda, protección del medio ambiente y de educación, entre otros.
La propuesta incluye una reducción en 66.000 millones de los gastos previstos en el programa de salud para los ancianos, conocido como Medicare, en los próximos cinco años, así como 12.000 millones en Medicaid, el seguro de salud para los pobres.
En cambio, sus números asumen que el Congreso hará permanentes las rebajas fiscales temporales aprobadas en 2001 y 2003, lo que costará al erario público 1,6 billones de dólares en los próximos 10 años.
Algunos demócratas ya han rechazado el plan fiscal de Bush. “El presupuesto del presidente está lleno de deuda y engaños, desconectado de la realidad, y sigue llevando a Estados Unidos en la dirección equivocada”, dijo el presidente del Comité de Presupuestos del Senado, el demócrata Kent Conrad.
Bush defendió la propuesta en una declaración. “Mi fórmula para lograr un presupuesto equilibrado refleja las prioridades de nuestro país en este momento de su historia: proteger la patria y combatir el terrorismo, mantener la fortaleza de la economía con bajos impuestos y controlar el gasto”, dijo. El envío del proyecto por parte del presidente es el primer paso de un debate en el Congreso que durará meses.