MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
Los candidatos a la Presidencia de Egipto han condenado este sábado los disturbios registrados en las inmediaciones de la sede del Ministerio de Defensa en El Cairo y han denunciado que la junta militar trata de minar el traspaso del poder a un gobierno civil.
El candidato Amr Musa ha acusado al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto, el órgano que gobierna 'de facto' el derrocamiento de Hosni Mubarak, de no garantizar la seguridad de las manifestaciones pacíficas. Además, ha exigido que se respete la libertad de expresión.
“Los intentos de una minoría de insuflar la confrontación entre el pueblo y el Ejército asaltando edificios oficiales no ha de ser tolerada ni aceptada de ninguna forma”, subraya Musa en un comunicado.
Por ello, ha instado a la junta militar a que intervenga de inmediato, detenga el derramamiento de sangre y ratifique claramente que el traspaso del poder se producirá de acuerdo con la 'hoja de ruta' prevista.
En esta misma línea se ha pronunciado el candidato de Hermanos Musulmanes, Abdel Moneim Abouel Fotouh, aunque ha sido más duro en sus críticas hacia el Consejo Supremo. Ha acusado a la junta militar de soliviantar el caos y perder el control del país.
El candidato presidencial moderado Mohamed Selim al-Awa también ha reincidido en un comunicado que es responsabilidad del Consejo Supremo proteger las vidas de los manifestantes, si bien ha condenado el asalto a la sede del Ministerio de Defensa egipcio.
Pasar de una sentada en el barrio de Abbasiya, donde está ubicado el Ministerio y otras sedes militares, juega en contra de los manifestantes, ha argüido Al Awa. No obstante, se ha mostrado más cauteloso y ha rechazado que la violencia tenga como objetivo desestabilizar al país para que fracase el traspaso del poder.
En cambio, el popular activista y abogado egipcio Jaled Alí, un férreo crítico del Consejo Supremo, ha afirmado que el ataque a los manifestantes dilapida los principios sobre los que se estructuró la revolución que terminó con la caída de Mubarak y ha acusado de nuevo a la junta militar de tratar de cancelar la transición política.
“Lo que pasó en Abbasiya es un movimiento para liquidar la revolución que comenzó el 9 de marzo de 2011 (cuando los soldados reprimieron por primera ocasión una sentada en la plaza Tahrir) y que antecedió a varios incidentes que probaron que el Consejo Supremo estaba amparando la contrarrevolución y planeándola desde los comienzos”, ha reprochado Alí. Las fuerzas de seguridad provocaron a los manifestantes pacíficos y alentaron la violencia, ha añadido Alí, en referencia a los altercados en Abbasiya, según ha recogido el diario egipcio 'Al Masry al Youm'.
El también candidato presidencial Abul Ezz al Hariri ha pedido a los manifestantes que abandonen las proximidades del Ministerio de Defensa para evitar más enfrentamientos.
Los disturbios del viernes se saldaron con al menos un muerto, casi 400 heridos y más de 300 detenidos, según han precisado las autoridades egipcias.