China pondrá más barreras a los extranjeros que quieran adoptar niños en este país y estudia prohibir la adopción a personas solteras, de más de 50 años u obesas, con una nueva ley a partir del 2007, informaron este miércoles fuentes del Ministerio de Asuntos Civiles.
La nueva regulación, una enmienda a la Ley de Adopciones de 1992, se debate en la Asamblea Nacional Popular (ANP), el máximo órgano legislativo de China, confirmó el portavoz del citado ministerio.
También se espera que la ley impida adoptar a padres con problemas de ansiedad y depresión, o con ingresos inferiores a cierto nivel, entre otros motivos.
España, el segundo país que más niños chiños adopta
Los solicitantes de adopción en España, el segundo país que más niños chinos adopta (unos 3.000 anuales) estarán entre los principales afectados por la nueva ley, que teniendo en cuenta el proceso legislativo chino podría entrar en vigor durante la primera mitad del 2007.
Una agencia de adopción estadounidense (el país donde más niños chinos se adoptan, unos 8.000 anuales) aseguró que la ley entrará en vigor el primero de mayo, de acuerdo con informaciones de la prensa norteamericana.
El Centro Chino de Adopciones, organismo que regula las adopciones extranjeras, declinó hacer comentarios sobre la nueva ley.
Fuentes diplomáticas españolas dijeron que, pese a los “rumores” sobre la enmienda legal, todavía no han recibido una notificación oficial y por ahora los procedimientos de adopción se mantienen, aunque reconocieron que con una mayor lentitud.
La adopción de menores chinos por familias españolas ya se ha visto dificultada en los últimos años por otros factores, que han incrementado en gran medida el tiempo de espera (desde que los padres solicitan un niño hasta que se les asigna).
Hace unos años la espera media era de siete meses y actualmente roza ya el año y medio.
Los motivos, según explicó un padre adoptante, son que “con el desarrollo económico del país asiático se abandonan menos niños y, además, ahora Pekín prima que estos menores sean adoptados por familias de China”.
A ello se añade el hecho de que cada vez son más los países que firman convenios bilaterales para adoptar menores: en la segunda mitad de este año Italia alcanzó un acuerdo con China al respecto y Alemania está a punto de conseguirlo.
“Además, en España los demandantes han aumentado, las solicitudes se han multiplicado en los últimos años”, señalaron fuentes diplomáticas, que calculan que debido a todos los factores citados, en 2006 podría haber 500 adopciones menos de niños chinos por padres españoles.
Los menores adoptados son niñas en su mayoría (más del 95 por ciento de los casos), muchas de ellas abandonadas por familias rurales.
Los abandonos de niñas son consecuencia de la “política del hijo único”, que prohíbe a los padres chinos tener más de un vástago, por lo que las familias del campo, donde existe todavía la mentalidad de que las pequeñas son “menos valiosas” que los varones, recurren a veces a medidas desesperadas.
La política del hijo único, en vigor desde hace 25 años, intenta frenar los abandonos permitiendo a las familias rurales tener un segundo hijo si el primero es una niña.
Con la política del hijo único, Pekín ha logrado detener en gran medida su crecimiento demográfico y espera que su enorme población (1.300 millones de habitantes) comience a disminuir hacia mediados de este siglo, poco después de que la India -si no toma medidas- le supere como el país más populoso del mundo.
China todavía es, pese al aumento de las trabas, uno de los países más transparentes a la hora de tramitar adopciones, en comparación con países del este de Europa, africanos o latinoamericanos.
En China, no todos los orfanatos están cualificados para dar niños en adopción a extranjeros: sólo están autorizados los que reúnen mejores condiciones sanitarias y de higiene.
Las autoridades sanitarias chinas intentan mejorar no obstante las condiciones de los orfanatos, lo que podría aumentar en el futuro el número de niños y niñas susceptibles de ser adoptados por extranjeros.
Uno de los colectivos a los que más podría afectar la eventual aprobación de una nueva ley china de adopciones es el de homosexuales, teniendo en cuenta la prohibición a los solteros, ya que el matrimonio entre personas del mismo sexo está legalizado en pocos países.
Además, la página web oficial del Centro Chino de Adopciones señala que los homosexuales no pueden adoptar porque son considerados personas con “desorden mental”.
Esta información resulta muy chocante, ya que en el 2001 el gobierno chino -cuya web también incluye el comentario anterior- abolió las leyes que prohibían la homosexualidad y la consideraban un problema médico.