Los españoles olvidados de Sidi Ifni

Diana Mendoza / Diana Mendoza

La ifneña Mahiyiba Bachir, nacida en Sidi Ifni en el año 1953, no puede aguantar las lágrimas y rompe a llorar. Está en las puertas del antiguo Cine Avenida, se ha acercado hasta allí para conocer a los miembros de una delegación canaria que ha viajado a la ciudad para llevar a cabo un proyecto de cooperación transfronteriza. Mahiyiba no forma parte de la comitiva del Ayuntamiento, pero desde que escucha que ha venido un grupo de España no quiere perder la oportunidad de hablar con los que ella considera “sus compatriotas”. “Yo hablo español también como tú, guapa” espeta a una de las integrantes de la delegación del proyecto.

Mahiyiba, ataviada con su chilaba de color rojo, entra con ellos en las viejas dependencias del mítico cine, que desde hace unos meses el Ayuntamiento ha alquilado a su propietario con la intención de rehabilitarlo. Mahiyiba se desplaza con agilidad, -pese a su edad, su cuerpo es menudo y grácil-, por las dependencias del antiguo cine mostrando su amplio escenario, sus butacas desvencijadas o la sala de proyecciones. Mahiyiba enseña con orgullo lo que ella considera parte de la época española, su época, cuando Ifni era la provincia española número 51. “Mira mi foto en la escuela ? enseña Mahiyiba-, y mira la carta que me escribió la señorita Mari Nieves”, prosigue, mientras muestra un papel con una pequeña foto pegada de su antigua maestra española, fallecida hace unos años. “Su hijo vino también a Sidi Ifni para conocerme”.

Salen del cine y frente a la antigua plaza de España, en la actualidad, plaza de Hassan II, Mahiyiba se detiene para señalar en varias direcciones “yo lo recuerdo todo, por aquí reclutas”, señala con su brazo derecho hacia un extremo, luego señala hacia el otro, “por allá legionarios, por aquí tiradores”. “Eran otros tiempos”, explica Mahiyiba, mientras sus ojos se llenan de lágrimas, “después todo cambió”, concluye, mientras desvía su vista hacia el suelo.

Los españoles, gracias al Tratado de Tetuán de 1860, desembarcaron en Sidi Ifni en 1934 y sobrevivieron entre 1957 y 1958 a una guerra con entre 200 y 300 muertos. Finalmente Franco y el rey Hassan II firmaron el 4 de enero de 1969 un Tratado de Retrocesión, del que hace pocos días, el 30 de junio, se cumplieron 44 años.

Mahiyiba vendía pescado en el mercado municipal pero ya no puede hacerlo porque está enferma. Su situación económica es crítica como la de la mayor parte de los 20.000 habitantes de Sidi Ifni, con más del 50% de su población en paro. No recibe ninguna pensión ni ayuda compensatoria y vive de la caridad y ayuda de sus vecinos. “Ella es buena”, explica Mahiyiba mientras mira hacia Khadija Ziyan, vicealcaldesa de Sidi Ifni que ha recibido a la delegación canaria, “el otro día me dio dinero para que comprase medicinas”.

Pablo Vázquez Ramírez, ingeniero industrial, miembro de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria e ifneño de nacimiento, vivió en la ciudad hasta los nueve años, cuando España firmó el Tratado de Retrocesión en 1969. “Muchos de los que estuvieron con nosotros no están contentos porque tenían trabajo, vivían bien, había suministro de todo” apunta Vázquez. “Desde que se fue España, hasta principios de 2000, Sidi Ifni ha sufrido un gran olvido por parte de España y de Marruecos, dónde ni siquiera tenía el estatus de provincia, que recuperó en 2009, hasta ese momento formaba parte de Tiznit”.

Las revueltas de 2008 y pequeños avances aperturistas

Vázquez Ramírez también guarda buenos recuerdos de aquella época, “salíamos a jugar a la calle, tirando piedras, haciendo el gamberro cuando podíamos. Recuerdo el movimiento en las calles, la presencia militar, pero había bastante integración con la población originaria de Sidi Ifni”. Para Vázquez Ramírez, que vivía detrás del Ayuntamiento, en la calle Teniente Vázquez, frente al Cine Avenida, que pertenecía a una familia de Gran Canaria, los Barber, no se han cumplido muchas de las cosas que España firmó en el Tratado de Retrocesión. “Una de ellas era la posibilidad de que los nativos decidieran si querían mantener la nacionalidad española o preferían adoptar la marroquí. Se les dio un plazo de tres meses para que normalizaran su nacionalidad española- como le ocurrió a Mahiyiba- pero muchos ni se enteraron ni pudieron hacerlo porque simplemente eran menores de edad”.

Muchos ifneños se encuentran en la situación de Mahiyiba, sin trabajo y sin ningún tipo de ayuda. Ella puede comparar esta etapa con la época española y “eso le produce una sensación de descontento con la actual situación, que comparten muchos ifneños que vivieron cuando todavía era una provincia española”, comenta este gran conocedor de la ciudad, que tiene una web dedicada a su historia y actualidad denominada El rincón de Sidi Ifni.

Consecuencia de esta situación económica fueron las revueltas que se produjeron a raíz de la concentración, en junio de 2008, de un grupo de jóvenes a la entrada del puerto impidiendo que salieran los camiones. Esta acción fue duramente reprimida por los militares marroquíes que llegaron a gritar, en medio de los porrazos, ¡Hijos de España!, a los jóvenes sublevados.

Vázquez Ramírez cree que la situación ha mejorado levemente desde aquel momento. “Durante la etapa española, Sidi Ifni vivía de la actividad militar, los comerciantes tenían venta asegurada, pero cuando España se marchó, casi todos los españoles, muchos de ellos canarios, que tenían un negocio de cierta importancia tuvieron que trasladarse a El Aaiún”. Después de esa época, continúa explicando este estudioso de Sidi Ifni, “su economía se ha basado fundamentalmente en el sector pesquero, pero sin generar riquezas para los ifneños porque carecen de industrias manufactureras de pescado, todo se lo llevan en camiones para Agadir. Ahora tienen una envasadora dónde producen aceite de cactus y también fábricas para hacer aceite de argán”.

Además de estos pequeños visos de industrialización, el grupo municipal, encabezado por el presidente del Consejo Municipal de Sidi Ifni, Mohamed El Ouahdani, se desplazó hasta Fuerteventura el pasado 28 de junio para mantener una reunión con el presidente del Cabildo majorero, Mario Cabrera. El objetivo de esta reunión fue dar forma a un proyecto que lleva muchos años encerrado en un cajón y con el que sueñan los ifneños, unir, mediante una línea marítima, las ciudades de Puerto del Rosario y de Sidi Ifni.

Junto a estos impulsos por desarrollarse, el grupo municipal está intentando rehabilitar antiguos edificios históricos como el Cine Avenida o el único edificio de titularidad española que permanece en Sidi Ifni, la antigua Pagaduría, para lo que han solicitado permiso al Consulado de España en Agadir con el objetivo de convertirlo en un centro cultural español.

Mahiyiba se despide de la delegación canaria con un “hasta pronto guapa, espero que vuelvan otra vez”. Ella representa el deseo de mantener los vínculos con la anterior etapa, que pese a ser acordados en el Tratado de Retrocesión de 1969, no se mantuvieron de facto pero sí permanecen en la memoria de gran parte de la población ifneña.

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