WASHINGTON, 5 (EUROPA PRESS)
Sarah Shourd, una de los tres ciudadanos norteamericanos arrestados en 2009 en Irán acusados de espionaje, ha anunciado que no volverá a Teherán para ser juzgada a partir del próximo miércoles, tal y como exigen las autoridades iraníes.
Shourd alega que sufre depresión y estrés post-traumático tras permanecer 14 meses encarcelada y sus síntomas “justifican claramente un agresivo tratamiento de salud mental”. Así lo habría determinado su psicólogo, Barry Rosenfeld.
“Dada la relación clara entre su captura y encarcelación y la emergencia de varios síntomas psicológicos (tanto durante su encarcelación como después, incluso siete meses después de su liberación), existen pocas dudas de que los síntomas de la señorita Shourd podrían empeorar sustancialmente si se le obliga a volver a Irán y enfrentarse a cargos penales”, se lee en el informe trasladado por Rosenfeld a la Corte Revolucionaria Iraní, recogido por la CNN.
Las autoridades persas han advertido de que Shourd será juzgada en rebeldía si finalmente no asiste a la sesión. En virtud de la legislación nacional, los casos “deben separarse para que el juicio pueda seguir adelante”, comenta el abogado defensor Masoud Shafii.
Shourd quedó en libertad en septiembre tras pagar una fianza de 500.000 dólares (unos 336.000 euros), mientras que los otros dos estadounidenses, Shane Bauer y Josh Fattal, permanecen encarcelados en una prisión de Teherán, la capital. Ambos comparecieron ante el tribunal por primera vez en febrero y fueron exculpados, pero Shourd no acudió.
Esta profesora de inglés ha mostrado su solidaridad con los otros dos detenidos. “Estuve 14 meses en la prisión de Evin pero la situación es mucho, mucho peor para Shane y Josh, que ya llevan más de 21 meses detenidos”, ha trasladado a través de la página www.freethehikers.org. Bauer y Fattal no hablan con sus familias desde el pasado mes de noviembre y tampoco han podido contactar con su abogado iraní.