MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
El disidente cubano Guillermo Fariñas saldrá este jueves del hospital tras cuatro meses en la unidad de cuidados intensivos, donde estuvo al borde de la muerte por una huelga de hambre y sed que comenzó el pasado mes de febrero por la liberación de 26 presos políticos enfermos. Pese a su delicado estado de salud, el periodista independiente está dispuesto a realizar otra protesta similar si continúa la “represión” contra los opositores.
“Mi método de enfrentamiento al régimen no es la violencia, nunca ha sido protagonizar actos de violencia, es a través de la autoagresión con ayunos prolongados”, dijo Fariñas en entrevista teléfono a Europa Press desde el Hospital Arnaldo Milián Castro de la ciudad de Santa Clara, en la provincia de Villa Clara (centro).
Fariñas, de 48 años, regresará en las próximas horas a su casa en Santa Clara, pero bajo una estricta vigilancia médica debido a que todavía presenta problemas que mantienen en peligro su vida como el trombo que afecta “tres venas importantes” con el “riesgo de que se pueda desprender en cualquier momento”, según ha comentado.
En 15 días Fariñas deberá ser atendido por un angiólogo que le ha puesto un tratamiento con anticoagulantes que podría durar “mínimo seis meses”, aunque todo dependerá de la evolución del trombo. “En eso es lo que debemos de tener más cuidado”, afirmó.
El opositor, que ha realizado 23 huelgas de hambre desde el año 1995, tampoco puede caminar como consecuencia de una “polineuropatía producto de la desnutrición”. “Va a llevar un tiempo para que pueda volver a recuperar el ritmo, debemos ser pacientes porque no puedo hacer terapias debido al problema con el trombo”, confesó el psicólogo cubano.
OTRA HUELGA DE HAMBRE
El pasado 8 de julio Fariñas depuso una huelga de hambre que comenzó el pasado 24 de febrero tras la muerte del preso político Orlando Zapata Tamayo, después de que el Gobierno de Castro anunciara la liberación de 52 presos de la llamada Primavera Negra de 2003 --entre ellos los 26 que exigía el periodista-- gracias a la intermediación de la Iglesia Católica y del Gobierno de España.
Aunque su propuesta tuvo los resultados deseados, Fariñas ha dejado claro que estaría dispuesto a someterse a un ayuno prolongado “y a poner en riesgo” su vida si se vuelven a presentar situaciones como la de Zapata Tamayo, quien murió tras más de 80 días de huelga de hambre. “Mientras haya una acción de represión del régimen de Castro yo seguiré con mi protesta”, sostuvo.
Para Fariñas las excarcelaciones “son apenas el primer punto” de un “largo camino” hacia “la democracia” en la isla. A su juicio, todavía “no se han visto cambios reales” en la sociedad cubana y alertó de que “mientras no se modifiquen las leyes” en Cuba “es posible que haya otra Primavera Negra”.
Según sus cálculos, todavía quedan 115 presos políticos en las cárceles de Cuba por los que “hay que seguir trabajando con otros métodos” diferentes, de momento, a la huelga de hambre. Por lo pronto, Fariñas tiene previsto seguir escribiendo sus artículos y continuar con la redacción de los libros que dejó pendientes debido a su delicado estado de salud.