CAGAYAN DE ORO (FILIPINAS), 19 (Reuters/EP)
Las autoridades filipinas han considerado cavar fosas comunes donde enterrar a los cientos de muertos que han dejado las inundaciones provocadas por el tifón 'Washi', mientras las agencias de gestión de desastres han acelerado este lunes la distribución de comida, agua, medicinas y bolsas para cadáveres en los abarrotados centros de evacuación en el sur del país.
La agencia nacional de gestión de desastres ha cuantificado 533 muertos y 390 desaparecidos, sin embargo, la Cruz Roja local aumenta la cifra a 652 muertos y más de 800 desaparecidos.
El Tifón 'Washi' tocó tierra este fin de semana en la región filipina de Mindanao mientras la gente dormía, y provocó torrentes de agua y lodo que arrasaron los pueblos ribereños y arrastraron las casas hacia el mar.
En los momentos posteriores al desastre, las emisoras de radio y los gobiernos locales se han visto desbordados por llamadas y peticiones de los supervivientes que demandaban ayuda para enterrar a los fallecidos y encontrar a sus parientes desaparecidos.
“Sugiero que cavemos fosas comunes para que las enfermedades no se extiendan”, ha declarado en una entrevista radiofónica el responsable de la agencia nacional de desastres, Benito Ramos. “Esta será la posición de los gobiernos locales y del Departamento de Salud”, ha añadido Ramos.
“Desde el helicóptero hemos visto los cuatro principales sistemas fluviales y todas las casas a lo largo de las orillas estaban totalmente destruidas”, ha explicado Ramos.
Una residente de Cagayan, Josephine Dalanguin, quien sobrevivió junto a otras tres personas tras estar agarrados a un tronco flotando en el mar durante 11 o 12 horas ha declarado a una emisora de radio local que “no tenía hambre ni sed”. “Yo solo rezaba para que la lluvia, el viento y las olas cesaran”, ha añadido Dalanguin.
El general Roland Amarille, responsable de un destacamento militar en la ciudad de Iligan, declaró ayer domingo que los soldados se habían movilizado para recuperar los cuerpos y construir ataúdes. “Necesitamos bolsas para cadáveres y cal”, pidió Amarille, por temor al brote de enfermedades. “En los tanatorios locales no hay sitio para más cuerpos y están pidiendo a la gente que entierre a los muertos a la vez”, ha reconocido.