LA PAZ, 14 (Reuters/EP)
El Gobierno de Bolivia y los líderes de la huelga cívica del departamento sureño de Potosí han iniciado una negociación para poner fin a la protesta de más de dos semanas que mantiene paralizadas las grandes minas operadas por empresas extranjeras.
Ambas partes expresaron disposición a firmar en el mismo día un acuerdo, que aliviaría tanto a la minería, principal actividad económica regional, como a los miles de residentes de Potosí afectados por los 17 días de bloqueos de carreteras. La propia población parecía dispuesta a desatar una ola de violencia ante la escasez de alimentos y otros productos.
La huelga se inició por una disputa de límites entre Potosí y el también departamento andino de Oruro y ha forzado la suspensión casi total de las operaciones de las filiales en Bolivia de la estadounidense Coeur D'Alene, la suiza Glencore y la japonesa Sumitomo, que explotan plata, zinc y plomo.
El ministro de la Presidencia, Oscar Coca, hizo un llamamiento al diálogo desde la ciudad de Sucre y dijo que el Gobierno tiene respuestas para todas las demandas de los huelguistas, desde la reactivación de una industria metalúrgica hasta la construcción de una fábrica de cemento y un nuevo aeropuerto.
“El Gobierno quiere un acuerdo lo más rápido posible para poner fin a una protesta que siempre consideramos injustificada y a la angustia y sufrimiento de miles de potosinos perjudicados por el bloqueo”, afirmó Coca.
El líder cívico de Potosí Celestino Condori dijo que su presencia en la reunión era “una muestra de buena voluntad” y “un mandato del pueblo de Potosí, que pide diálogo y soluciones verdaderas”.
El diálogo fue abierto formalmente al cabo de un día de discusiones durante las cuales la delegación potosina, presionada también por sectores de su mismo distrito, desistió de exigir la presencia del presidente Evo Morales.