SIRTE (LIBIA), 5 (Reuters/EP)
Muchos de los residentes de Sirte, ciudad natal de Muamar Gadafi, responsabilizan a las nuevas autoridades del país y a sus aliados occidentales de las muertes y destrucción que se ha producido es esta localidad tras varias semanas de combates.
Aunque muchos se muestran reacios a hablar abiertamente sobre sus denuncias, por temor a ser calificados como partidarios de Gadafi, su enfado y amargura son evidentes.
“Este país fue construido en torno a un hombre. Si ya no está, Libia está acabada”, considera uno de los residentes, de nombre Al Fatouri, frente a su casa en las afueras de Sirte. “Gadafi es como un marco, cuando parte del marco es golpeado, toda la foto queda destruida; Libia será destruida”, opina.
Sirte se ha convertido en la principal prueba hasta el momento de la capacidad del Consejo Nacional de Transición (CNT) de ganarse a la tribu a la que pertenecía Gadafi y evitar que se produzca una insurgencia como la vivida en Irak que desestabilice el país y la región.
Mientras que la mayoría de las ciudades tomadas por las fuerzas del CNT lo ha celebrado, o al menos ha dado esa impresión, Sirte es diferente porque en ella residen miembros de la tribu de Gadafi que le apoyan.
“Que busquen a Muamar, pero que no maten a 50.000 personas para cambiar el régimen”, defiende Al Fatouri. “No vale la pena que miles de personas mueran en Sirte por Muamar, esto es lo que nos entristece”, explica.
Al Fatouri afirma que él, como miles de otros en Sirte, huyeron de sus hogares hace días por los combate, pero en su caso decidió regresar. “Nos negamos a marcharnos, no queremos sufrir (...) moriremos aquí antes que dejar nuestras casas y sufrir”, asegura.
Las fuerzas del CNT “suelen comenzar su día bombardeándonos y terminarlo bombardeándonos (...) los niños se han acostumbrado a escuchar los disparos como si fuera música”, afirma otro residente.
Los combatientes del CNT han indicado que están preparando la ofensiva final para hacerse con el control de Sirte, tras una pequeña tregua para permitir que la población civil abandonara la ciudad. Según las fuerzas antigadafistas, en la ciudad solo quedan mercenarios, los combatientes más duros y uno de los hijos de Gadafim Mutassim, un comandante militar.
Por otra parte, los combatientes del CNT han asegurado que están tratando bien a los habitantes que huyen, dándoles alimentos y agua, y deteniendo solo a presuntos milicianos leales a Gadafi. Varios residentes han asegurado que la situación no es así.
“No hay brigadas de Gadafi, hay voluntarios dentro” de la ciudad, asegura un joven de 23 años de nombre Bassem que huyó de Sirte hace dos días con su tío pero dejó allí a sus padres. “Algunas personas tienen miedo de ser asesinadas por los rebeldes y algunas personas no quieren abandonar sus casas”, relata.
Muchos habitantes temen que las fuerzas del CNT quieran vengarse de Sirte por sus vínculos con Gadafi, que desarrolló la localidad pesquera hasta convertirla en una ciudad de 100.000 habitantes en la que se celebraban acontecimientos de Estado.
Algunos de los combatientes que tratan de capturar Sirte proceden de Misrata, una ciudad en la que miles de personas fueron abatidas por las fuerzas de Gadafi y donde hay un gran odio por su régimen. “Los rebeldes de Misrata dicen que destruirán Sirte porque Misrata fue destruida”, afirma Alí, otro ciudadano que huye de la ciudad. “La OTAN ha traído destrucción y la revolución ha traído destrucción”, lamenta.
“¿Qué nos ha traído América y la OTAN? ¿Nos han traído albaricoques?”, pregunta otro ciudadano. “No, nos han traído disparos y bombardeos, han aterrorizado a nuestros hijos”, denuncia.