WASHINGTON, 7 (Reuters/EP)
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró este miércoles que el Estado hebreo está dispuesto a suavizar las restricciones que afectan a la libertad de movimiento de los palestinos en Cisjordania con el fin de convencer al presidente palestino, Mahmud Abbas, de que se reanuden las conversaciones directas de paz, que se suspendieron a finales de 2008.
Netanyahu no contestó claramente a las preguntas que le hicieron en el programa 'Good Morning, America', de la cadena estadounidense ABC, sobre si está dispuesto a prorrogar la moratoria de diez meses a la construcción en asentamientos judíos de Cisjordania, que finaliza el próximo septiembre.
En cambio, volvió a hacer un llamamiento, como en la reunión que mantuvo ayer en la Casa Blanca con el presidente estadounidense, Barack Obama, a que se reanuden las negociaciones de paz sin mediadores.
Los palestinos han reaccionado con cautela a la promesa que ha hecho el primer ministro israelí de tomar “medidas concretas” en las próximas semanas para intentar que vuelvan a la mesa de negociaciones, pero Netanyahu afirmó que está preparado para emprender acciones como “una mayor facilitación de los movimientos” de los palestinos en Cisjordania y algunos proyectos económicos.
“Estamos dispuestos a hacerlo, pero lo que queremos ver al final es una cosa: Queremos que el presidente Abbas coja mi mano (...) y la estreche, nos sentemos y negociemos un acuerdo de paz definitivo entre Israel y los palestinos”, dijo. Netanyahu se va a reunir hoy con el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y a pronunciar un discurso ante líderes judíos en Nueva York.
LOS PALESTINOS DESCONFÍAN
Pero Nabil Abu Rdainah, asesor de Abbas, opinó que si con la facilitación de los movimientos de los palestinos Netanyahu se refiere a “quitar un puesto de control aquí y otro allá, entonces no tiene importancia ninguna”. “Necesitamos medidas tangibles”, subrayó.
Las conversaciones indirectas que inició el pasado mayo el enviado de Estados Unidos a Oriente Próximo, George Mitchell, finalizarán en septiembre, coincidiendo más o menos con el fin de la moratoria en Cisjordania, que comenzó a aplicarse el pasado noviembre. Obama manifestó ayer su esperanza de que israelíes y palestinos vuelvan a dialogar cara a cara antes de que finalice la moratoria.
En opinión del jefe del equipo negociador palestino, Saeb Erekat, “la llave para las conversaciones directas está en la mano del primer ministro Netanyahu”. “Desde el mismo minuto en que anuncie una paralización (total) de la construcción (en los asentamientos judíos), desde el mismo minuto en que anuncie la reanudación de (las conversaciones sobre) el estatus definitivo desde donde las dejamos en diciembre de 2008, tendremos conversaciones directas”, recalcó.
Un informe publicado esta semana por la organización de Derechos Humanos israelí B'Tselem dice que más de 300.000 israelíes viven actualmente en el 42 por ciento del territorio de Cisjordania donde los palestinos quieren establecer su futuro país de acuerdo con la “solución de los dos Estados”.
Abu Rdainah consideró en declaraciones a la agencia Reuters que si los palestinos inician negociaciones directas con los israelíes “sin que haya unos principios claros sobre la naturaleza del futuro Estado palestino, los israelíes pueden decir: 'Os hemos ofrecido un Estado y no lo habéis querido'”.
“No queremos que nos culpen en la próxima fase de las conversaciones de rechazar la oferta de un Estado palestino que ocupe, digamos, el 60 por ciento de Cisjordania”, precisó, y aclaró que lo que quieren los palestinos es “entablar unas negociaciones directas cuyo objetivo sea crear un Estado palestino con las fronteras de 1967 con unos pocos intercambios de territorios”. “Queremos saber sobré que estamos negociando (...), y Netanyahu no quiere decirlo”, agregó.
Abu Rdainah recordó que en las conversaciones que contaron con la mediación de la ex secretaria de Estado estadounidense Condoleezza Rice, los israelíes reconocieron que los territorios ocupados son la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este, el mar Muerto y el valle del Jordán.
Pero algunos miembros de derechas de la coalición de Netanyahu creen que no tiene sentido abordar este asunto con Abbas porque él no tiene ningún control sobre la Franja de Gaza ni sobre el millón y medio de palestinos que viven allí bajo el Gobierno de Hamás, rival del grupo de Abbas, Al Fatá, y por lo tanto no puede dar ninguna garantía a Israel en cuestiones de seguridad.
Además de dejar claro el marco geográfico aproximado que Israel está dispuesto a aceptar, el otro tema importante que se debe discutir es el de la seguridad, destacó el asesor de Abbas. “Una vez que esté establecido el Estado palestino, estamos dispuestos a que un tercero supervise la seguridad, y no queremos que Israel controle nuestras fronteras con Jordania. Deberíamos acordar que haya una fuerza internacional de la OTAN o de otra organización, pero Israel no quiere ninguna presencia extranjera allí”, manifestó.